Capítulo 15 “Enfrentando la Oscuridad”

...Cassian...

El eco de mi llamado a Amelia resonaba en la mansión vacía, donde la oscuridad parecía engullir incluso el sonido de mi propia voz. Cada paso que daba se convertía en un eco inquietante en los pasillos desiertos, y el aire estaba cargado con la presencia de secretos que se escondían en las sombras.

Mis sentidos se agudizaron, buscando cualquier indicio de dónde podía estar Amelia. El silencio era abrumador, solo roto por el susurro de la brisa que se filtraba por las ventanas cerradas desde hacía mucho tiempo. La mansión de los Morgan se revelaba como un laberinto, un escenario donde los misterios se entrelazaban con la historia olvidada del pueblo.

Al llegar a la biblioteca, donde Amelia y yo habíamos estado explorando las pistas que nos llevaron a la cripta, noté un libro fuera de lugar en uno de los estantes. Al acercarme, vi que era un tomo antiguo, cuya portada llevaba inscripciones en un lenguaje que apenas podía entender. Mis dedos acariciaron las letras desgastadas, y una sensación de malestar se apoderó de mí.

La mansión se volvía más claustrofóbica con cada paso. La arquitectura imponente se convertía en un escenario inquietante, donde las sombras danzaban con la promesa de revelar más de lo que estábamos preparados para enfrentar. El miedo que sentía por Amelia se mezclaba con la inquietud que despertaban los secretos que habíamos desenterrado.

Al llegar a la cripta, un escalofrío recorrió mi espalda. La puerta, antes cerrada, estaba ahora entreabierta. El aire en el pasillo subterráneo estaba cargado con la sensación de que algo estaba a punto de suceder. Mis pasos resonaron con determinación mientras descendía con la esperanza de encontrar a Amelia en este oscuro rincón de la mansión.

El resplandor débil de una linterna se vislumbró en la penumbra de la cripta. Amelia estaba allí, pero su figura estaba rígida, como si hubiera presenciado algo que desafiaba toda explicación. Al acercarme, la luz de la linterna iluminó su rostro pálido y los ojos que reflejaban el terror.

—Cassian, no deberías haber venido. Hay algo aquí, algo oscuro y malévolo —susurró, su voz temblando con una mezcla de miedo y advertencia.

Miré a mi alrededor, captando destellos de figuras sombrías que se deslizaban entre las lápidas. La cripta, que antes había sido un lugar de secretos silenciosos, se volvía ahora un escenario de pesadilla.

—Tenemos que irnos, Amelia. Esto es más de lo que esperábamos enfrentar —dije, mi mano aferrando la suya con firmeza mientras nos adentrábamos en el pasillo.

Pero las sombras que nos rodeaban parecían cobrar vida. Murmullos ininteligibles resonaban en la cripta, y las figuras se movían con una malevolencia que iba más allá de lo terrenal. El peligro estaba en todas partes, y la sensación de que algo nos acechaba se volvía cada vez más insoportable.

Al llegar a la entrada de la cripta, una figura oscura se materializó frente a nosotros. Era la misma sombra que había enfrentado antes, la misma que Amelia había encontrado en su camino solitario por la mansión.

—Ustedes no deberían haber venido aquí. Los Morgan guardan secretos que no pueden ser revelados —dijo la sombra con una voz que resonaba con un eco antiguo y maligno.

El enfrentamiento con esta entidad oscura nos dejó paralizados, atrapados entre la realidad y la pesadilla. La cripta, testigo de secretos enterrados y fuerzas insondables, se convertía en el escenario de una lucha que trascendía las leyes conocidas del mundo.

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