Cambios drásticos

Al parecer Michael hizo exactamente lo que le pedí, cumpliendo así su palabra dejando libre a Jack. ¿Qué como lo sé?, pues horas más tarde me llamaron del hospital para avisarme que mi esposo había sido encontrado en muy malas condiciones y que era necesario ir al hospital por si llegase a suceder algo inesperado.

Cuando llegué al hospital, era más que claro lo mal que estaba Jack. Se habían tomado su tiempo con él, aunque no logro comprender porque Michael le haría tanto daño a alguien que no le ha hecho nada.

Entonces decido marcarle.

—¿Sabes lo mal que está Jack?. Podría perder la vida y el culpable de todo eres tú— le reclamo furiosa.

——Te equivocas Clarissa, la única responsable de todo, eres tú. Tu te casaste con ese hombre, falsamente. Tu lo metiste a tu casa, tu dejaste que te tratara mal. Tu dejaste que yo me enamorara de ti y tuviera esa necesidad de protegerte, tu eres la única responsable de todo, sin embargo acepto mi culpa y por esa razón me voy de tu vida. Las complicaciones no son lo mío y lo soporté mientras pude, pero no puedo decir que esta persona soy yo. Vive feliz y vive bien, incluso si no estoy junto a ti quiero que sepas, siempre podrás contar conmigo. Te amo, pero no lo suficiente para hacer todo lo que tú quieres. Hasta siempre—— una voz afligida, hablaba del otro lado del teléfono.

Por mi parte, de mis ojos corrían lágrimas sin parar. Justo en ese momento me dí cuenta que estaba perdiendo al hombre del que me enamoré, solo por ayudar en una estúpida venganza, aparte de mi venganza propia.

Me senté, respiré profundo y acepté las consecuencias de mis actos. No me puedo dar el lujo de arrastrar a un buen hombre conmigo, en un camino de venganzas, que ni yo misma sé cuándo tendrán fin.

—Carl, prepara todo lo que tengamos para terminar lo más pronto el proyecto del señor Silver, necesito terminar toda relación con el señor Smith— aún sollozando, ordeno a mí secretario.

—Solo hace falta firmar los documentos, porque el proyecto se realizó en tiempo récord señorita, además si no quiere tener que ver al señor Smith, le informo que yo al ser su mano derecha, tengo toda la autoridad de firmar por usted — informa de inmediato

—Eso lo haré yo— respondo, al menos quiero verlo por última vez.

Después de haber firmado todos los documentos necesarios para que Jack recibiera la mejor atención, me fui del hospital. Dejaré libre a este hombre, no necesito más sus intentos de venganza, me dí cuenta que el amor que alguna vez le tuvo a Clarissa, desapareció por completo. Al menos a él lo dejaré en paz de una vez.

Al llegar a casa, descansé porque al día siguiente tendría la reunión con el señor Silver y también estaría ahí Michael. Tal vez pueda arreglar las cosas o al menos me de la oportunidad de disculparme, ya que anteriormente fui cobarde para eso.

—Señorita Clarissa, despierte o se le hará tarde para su reunión con el señor Silver— insistente hablaba Carl.

Al parecer alguien más ya había intentado despertarme y no lo había logrado.

—Ya voy Carl— respondo entre bostezos y me voy levantando poco a poco.

Tomo una ducha relajante y me visto. La noche anterior ya había elegido lo que me pondría. Consiste en una blusa y una falda que en verdad resaltan mis atributos físicos, claramente quiero que alguien volteé a verme, esperando con toda la actitud que así sea.

Bajo por las escaleras y desayuno algo apresurada, pues también estoy ansiosa por ver a Michael. No he querido hablarle por teléfono como gran mujer independiente y digna. Estúpidamente creo que si soy yo en dar el primer paso, estaré humillándome.

—Carl, estoy lista. Ya podemos irnos— al salir, le informo. En este caso nos acompañará Tomás, ya que ellos tienen algunas cosas que hacer después, asumiendo que yo regresaré a casa sola.

—Perfecto señorita. Está pronosticado que habrá un poco de tráfico así que tomaremos una ruta diferente a la habitual, esto para que lleguemos a tiempo— informa Tomás

—Muy bien, estoy muy ansiosa así que revisaré algunos pendientes durante el camino— seriamente, les aviso.

Parezco adolescente al observar mis reacciones y mi forma de actuar.

Pasaron alrededor de cuarenta minutos y por fin llegamos al punto de reunión acordado, pues no se haría en ninguna de las empresas, se concertó una cita en un restaurante lujoso y muy conocido por firmar contratos y cerrar negocios ahí.

Al llegar, Tomás abrió la puerta del coche, cuando me dí cuenta que habíamos llegado al lugar, me sorprendí, pues estaba tan metida en mis pensamientos que no me percaté.

—Gracias chicos. Por favor esperen en recepción, entraré yo sola— les pido, mientras me dirijo a la sala privada, preparada para esta reunión.

Cuando entro, el señor Silver ya está esperando, algo totalmente inaceptable porque él es nuestro cliente.

—Buen día señor Silver, me disculpo por la tardanza— con la cara llena de vergüenza, me disculpo.

—Buen día señora Goin, no se preocupe, al igual que usted, voy llegando. Además, el señor Smith no ha llegado aún. ¿Le gustaría algo de beber mientras esperamos?— amablemente, menciona el señor Silver

—Le agradezco, sin embargo prefiero esperar a que llegue el señor Smith— ansiosa, respondo

—Ciertamente me sorprendió que no llegaran juntos, quizás imaginé algunas cosas que estaban fuera de lugar. Me disculpo por eso—

Al parecer aunque quisimos ocultar todo, algunas personas sospechaban ciertas cosas, es lamentable porque supuestamente soy una mujer casada, ante los ojos de las demás personas, quedaré como una mujer adúltera.

—Lo cierto es que no he podido estar en comunicación con el señor Smith a causa de que he estado ocupada con asuntos personales, afortunadamente pudimos terminar el proyecto justo antes de estos percances, pero quizás no podamos trabajar de nuevo juntos— tratando de dar una explicación para desacreditar las suposiciones del señor Silver, soy interrumpida por alguien más.

—Eso es muy cierto señora Goin.— Una mujer de aspecto altanero y exageradamente maquillada, me sorprendió por como interrumpió.

—Me disculpo, soy la secretaria del señor Smith o bueno al menos lo era. Les envía los documentos para que los firmen ustedes dos y después le enviaré una copia a él. El señor Smith se ha mudado a otro país, hizo todos los movimientos en un solo día, así que me pidió que viniera en su lugar— con una gran sonrisa, revela dicha información.

Mi corazón en ese momento sintió un dolor tan fuerte, parecía que una daga lo atravesaba, era tanta la sorpresa que sentí no poder respirar.

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