Consecuencias

Tomás llama a su antiguo jefe y me lo pasa.

—Buen día, pagaré lo que sea si secuestran a un hombre y lo llevan a su establecimiento, preparan una pelea y uno de los contrincantes será él, mientras que la otra persona seré yo. ¿Queda entendido?—

La otra persona al teléfono sin conocernos, aceptó. Tratándose de Tomás, es claro que harían caso inmediatamente, ya que se encargó de informar a su antiguo jefe, quién era yo, pues soy una persona de negocios y muy tranquila, pero que puedo convertirme en otra persona si se meten conmigo directamente.

Así Jack fue raptado del hotel donde se encontraba con su amante, lo subieron a una camioneta y lo llevaron a un lugar remoto. Era allí donde se llevaban a cabo peleas clandestinas entre hombres y mujeres que querían ganar dinero fácilmente, no era legal, pero nadie era obligado a participar. Una de las cosas por las que jamás me metí con ellos, cada quien puede hacer de su vida lo que quiera, mientras no me afecte.

Encadenaron de pies y manos a Jack y lo metieron a una jaula en lo que llegaba al lugar, eso sería en la noche, pues fue necesario que un médico me revisara antes para tratar mi herida.

La noche llegó y nos dirigimos al establecimiento, todo estaba preparado. La pelea que habría, se llevaría a cabo como cualquier otra, sin ningún tipo de trato especial a ninguno de los contrincantes.

—Señora, déjeme pelear a mí— prácticamente suplicaba Tomás

—Tranquilo, estaré bien. Sé artes marciales y me puedo defender sola, es hora de que ponga en práctica lo que me han enseñado mis profesores— segura de mí, le digo.

Siendo honesta, son pocas las veces que he peleado personalmente, ya que cuento con guardaespaldas, pero será la ocasión en qué más disfrute golpear a un bastardo como Jack, jamás permitiré que nadie se burle así de mí, no mientras pueda evitarlo.

El momento de la pelea llegó, nos anunciaron tanto a Jack como a mí y entramos al Rin. El parecía confundido y no era para menos, pedí claramente que no le hicieran daño, aunque no sirvió de mucho, parece que Tomás dio un poco de información sobre lo sucedido. Yo llevaba una máscara, esto claro para que no pudiera reconocerme.

—No he hecho nada malo, terminemos esto sin pelear. Podría hacerte daño— con la voz temblorosa, dijo Jack

—Deberías pensar muy bien a quien lastimaste, acepta las consecuencias— le respondo y suelto el primer golpe, un puñetazo dirigido a su rostro. Un golpe totalmente certero, que lo hace tambalear por un par de segundos.

Jack se da cuenta que la pelea era enserio y trata de defenderse, pero al parecer no fue entrenado como se debía, pues no podía ni siquiera esquivar los golpes que le daba.

Así terminé rompiendo sus costillas, también dejando su rostro golpeado lleno de sangre, me encargué de rasgarle el brazo justamente donde yo me había lastimado. Cuando todo terminó y ya no pudo ponerse de pie, suplicaba ayuda. Me acerqué a su oído y les dije.

—No deberías meterte con la persona equivocada, tomando en cuenta que es quien te ayudó— me alejo y escupo su rostro.

Salgo de ese lugar, insatisfecha por el enojo que me hizo pasar ese hombre. No dio pelea y fue más que fácil derribarlo. Eso nunca me gustó, parecía que me estaba aprovechando de alguien indefenso. Aunque con el brazo como al principio, pues la pelea había hecho que la herida volviera a abrirse. Entonces tuvieron que suturar de nuevo.

Llegamos a casa y no paso mucho tiempo para que alguien de la policía llamara a la puerta.

—Señorita Clarissa, un policía pide verla, se trata de su esposo— informa Tomás

Salgo a recibir al policía y muestro sorpresa al enterarme sobre el motivo de su visita y todos los empleados también.

—Iré de inmediato oficial, gracias por avisar— hablo amablemente

Cuando el oficial se va, claro que tengo que ir al hospital. Al parecer Jack había informado que alguien lo asaltó, le robaron todo y lo golpearon, lo único que pudo dar, fue la dirección de mi casa y mi nombre para localizar familiares.

Al llegar al hospital, me dirigí a su habitación. Ahí estaba él, hecho una piltrafa, no parecía ser el hombre que me prohibió meterme en sus asuntos. Jamás quise hacerle daño directamente, aunque no solo me faltó el respeto llevando a casa a una amante, también hizo algo que logró lastimarme físicamente, eso es algo que no podría pasar por alto.

—Jack, ¿estás despierto?— pregunto para poder hablar con él.

—Clarissa viniste, por favor investiga quién me hizo esto— entre dientes, me dice

—De eso se encargará la policía, tú solo encárgate de recuperarte pronto. Sabes que estaré ocupada trabajando, por esa razón no podré estar acompañándote. Espero que vuelvas pronto a casa. Adiós.—

Con el rostro más frío posible, le informo sobre lo que pasará y me voy del lugar, dejando a aquel hombre que intenté ayudar, pero que ahora será parte de los que paguen si es que sigue con su dichoso intento de venganza.

Entre tanto, pasaron los días y el momento de la reunión con la junta directiva de la empresa del señor Silver llegó, aún con el brazo vendado, asistí.

Al llegar a la empresa, sentí la mirada de una persona en especial, simplemente no dejaba de observar mi brazo, eso quizás traería algunos problemas.

La reunión terminó con éxito, pero cuando estaba a punto de irme, el señor Smith me detuvo.

—¿Qué sucedió para que tengas el brazo así?— algo molesto pregunta.

—Fue algo sin importancia, no debes preocuparte, estoy bien— me aparto de él y me dirijo a la salida, sin notar que un informante le dice a Michael, lo que quería escuchar.

—Quizás no sea de su incumbencia, pero el marido de la señora, tuvo que ver con su accidente. Por favor si necesita algo, dígamelo a mí y no le exija demasiado a mi señora— parecía que Carl, me estaba traicionando, sin embargo lo único que tenía por mi, era cariño y preocupación.

Al escuchar lo dicho por Carl, el rostro de Michael cambió por completo. Era un rostro que daba miedo y provocaba escalofríos.

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