No debiste hacerlo

—¡No!, soy yo el que pregunta lo que te pasa. No puedo creer que llegues a un lugar sin invitación, peor aún, que intentes iniciar un escándalo frente a gente muy importante. ¿Cómo te atreves?—

El señor Silver, muy molesto reprendía a Francisco, algo que realmente estaba disfrutando. Simplemente no podía demostrar cuan feliz estaba por ayudar al maldito del ex esposo de Clarissa a destruirse solo.

—Señor Silver, lo lamento, pero no puedo permitir que usted caiga en las mentiras de esta mujer estúpida. Seguramente vino a meterle mentiras en la cabeza—

Claramente Francisco se había exaltado muchísimo, como para olvidar con quién estaba hablando y a quien se estaba refiriendo.

—Al escucharlo, señor Lira está más que claro que usted no es apto para trabajar conmigo. Cómo aún no hemos firmado contrato alguno, no hay multas que pagar, queda suspendido el plan de hacer negocios juntos, también le informo que será usted quien le dirá a su jefe sobre esta ruptura.— Con el rostro lleno de vergüenza, el señor Silver pidió que sacaran del lugar a Francisco.

Aquel hombre enfadado, cuando lo arrastraban hasta la salida del lugar, no paraba de gritar, parecía que no era él mismo.

—Lamento mucho toda esta situación, por favor disculpen al hombre, no entiendo cómo pudo estar casada con un tipejo como él— se disculpó el señor Silver, dirigiéndose a mí

—Se que sonará a excusa, sin embargo me casé con él por órdenes de mis padres, no tenía elección. Después de despertar del coma, decidí que no valía la pena continuar desperdiciando mi vida con alguien así, por eso me divorcié—

Respondo honestamente, sin ningún tipo de culpa, pues no puedo dejarme ver cómo alguien débil y menos por Francisco.

—Ahora he perdido al encargado de llevar a cabo el más grande proyecto de nuestra empresa, no se cómo encontrar a alguien más en poco tiempo, la junta directiva pidió una reunión el próximo Lunes—

Tocándose la sien, el señor Silver parecía muy preocupado. Sin saber que justamente seria yo su salvación, o al menos así parecería.

—De hecho señor Silver, concerté esta reunión por una razón muy importante, como sabe soy la actual dueña y presidenta de las empresas C.A.I y estoy muy interesada en participar en los proyectos más importantes de la ciudad, el suyo me pareció muy completo y con altos estándares, para nosotros sería un placer poder ser parte de ello, si esta de acuerdo claro— mostrando humildad, intervengo.

Sabiendo que para el señor Silver sería un honor que una empresa tan prestigiosa como lo es la mía, le ayudara en la construcción y supervisión de uno de sus más grandes complejos comerciales.

—Amigo no lo pienses mucho, si algo te hace dudar, yo estaré a lado de la señora Goin para apoyarla en cada paso que dé— con una sonrisa maliciosa, interrumpió el señor Smith

—Está decidido, realmente agradezco su ayuda. Ustedes se harán cargo del proyecto. Este lunes les agradecería que se presentaran en la junta con los inversionistas para mantenerlos informados— finalizando la conversación, el señor Silver amablemente se despidió.

—No tenia que decir nada sobre trabajar juntos, me gustaría saber lo que pensaba— interrogo al señor Smith, pues su intervención fue algo personal.

—Lo hice para estar más cerca de la mujer que me gusta, también podré pasar más tiempo junto a ella— acercándose a mi oído, me habló. —Nos vemos el Lunes señora Goin, o quizás deseé verme antes— mostrando una sonrisa pilla, se va del lugar.

Yo quedo con una gran sonrisa en el rostro, me encantó todo lo que ocurrió está mañana. No tuve la necesidad de quedar como la mala, sino como la salvadora de la situación, Francisco recibió un poco de lo que se merece y el hombre que me gusta, estuvo aquí disfrutando de este momento conmigo, no podría pedir algo más por el momento.

—Parece que el señor Smith no dejará de meterse con usted— menciona Carl, con preocupación.

—Carl, él señor Smith es alguien de quien no debemos preocuparnos, es profesional y haremos un gran trabajo juntos.— Por supuesto que mantendré está relación en secreto, incluso de Carl. No es momento de que lo sepa aún.

Acabando todo favorablemente para mí, regresamos a casa, pasaríamos por algunos documentos y después iríamos a la empresa. Durante el camino, recibí algunos mensajes.

— —Hoy estabas más hermosa que la última vez que te vi— —

—Eso es algo que sé y te aviso que cada día lo seré aún más—

— —Me sentiré aún más agradecido por ser yo a quien hayas elegido. Espero verte antes del Lunes— —

—No prometo nada, aunque puedo cumplir algunos deseos, tal vez—

— —Estaré esperando tu llamada. Ten un excelente día, hermosa— —

—Enviaré un mensaje, es lo mejor. Si requiero tu presencia, yo te aviso—

— —Al ver esas palabras, me siento usado, aunque siendo tú, lo permitiría una y mil veces— —

—No quise que se escuchara así, me disculpo. Nos vemos.—

Era la primera vez que me escribía tanto con alguien, pero tuve que detenerme porque habíamos llegado a casa sin darme cuenta.

—Señorita Clarissa, quizás quiera ir primero a la empresa y después regresar a casa— pide Carl, aún sin abrir la puerta del coche.

Me parece extraña su manera de actuar y bajo del coche por mi cuenta, la escena que observan mis ojos, me deja impactada. Mi esposo Jack, está más que agasajado con una mujer, una amante más. Esto claro que me enfurece, puedo permitir que intente vengarse de mí, pero no que me falte el respeto hasta ese punto. Voy en su dirección y lo encaro.

—¿Me puedes decir que demonios estás haciendo?— cuestiono furiosa

—Cómo puedes ver, esta mujer me da lo que tú osas incumplir siendo mi esposa— responde el muy desgraciado

—Perfecto, me parece bien si quieres tener una, dos o más amantes, pero queda terminantemente prohibido que las traigas a mi casa, consigue un lugar donde puedas llevarlas— finalizo la conversación y trato de retirarme.

Jack me detiene del brazo y me jala con fuerza, haciendo que por inercia pierda el equilibrio. Caigo y me golpeó con la esquina de una mesita en la sala.

—Esto es para que aprendas que no debes intervenir en mis asuntos— habló Jack y se fue con su amiga.

Mientras, Carl y Tomás corrieron a ayudarme. Carl estaba furioso, tanto que le quitó el arma que llevaba Tomás y se dirigía hacia Jack para hacer algo muy malo.

—Detente Carl, seré yo quien se encargue— decidida le informo. Entonces él se detiene. —Tomás, ¿aún tienes relación con tus antiguos compañeros de oficio?— pregunto seriamente.

—Los llamaré señora, ellos se encargarán de lo que usted pida— serio responde, parecía muy molesto por lo que había ocurrido y no era para menos. Me había rasgado parte del brazo, algo que si no se atendía adecuadamente, dejaría marca.

Obviamente Jack conocerá una parte de Clarissa que jamás debió despertar, ya que rara vez me encargo de asuntos personalmente, ensuciando mis manos.

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