Contenido +18 al final. Leer bajo su responsabilidad
Dejé de pensar tanto en una relación futura con quién fuese, en realidad no es lo que estoy buscando en este momento. Tengo mejores cosas que hacer, enamorarme no está en mis planes cercanos.
Seguí recibiendo flores por los días de la semana restantes, hasta que recibí un mensaje del señor Michael, para verificar la hora en la que nos veríamos el fin de semana por mi cumpleaños. Lo de mi fiesta era verdad, pero la cancelé por motivos personales, tuve uno de esos momentos inesperados, pon los pies sobre la tierra firme. Escuché al recto y justo señor Michael hablando con su secretaria y en verdad no me gustó lo que decían, quizás que alguien te guste es bueno, pero no suficiente para que quieran pasar por sobre ti y burlarse de alguna forma, entonces no lo permitiré.
Decidida a continuar con mis planes, le marco al señor Smith.
—Buen día señor Michael, lamentablemente la fiesta de cumpleaños se canceló, pero si aún gusta acompañarme, le enviaré una dirección para que nos veamos el día de mañana, lo estaré esperando por si gusta asistir, solo seremos usted y yo— sin darle tiempo de contestar, cuelgo el teléfono y me dedico a lo mío.
El proyecto avanzaba conforme lo planeado, por otra parte, aún no podía divertirme de nuevo con la pareja de recién casados, pues se habían ido a su luna de miel, por fin.
Entonces el día tan esperado llegó, mi cumpleaños, que en realidad no cambió, ya que mi hermana y yo cumplíamos años el mismo día. Cómo siempre, trabajé, solo que esta vez solo fue medio día, después de eso asistí a una estética prestigiosa y me arreglé lo mejor que pude, salí rumbo al restaurante donde cenaría y ahí estaba él, Michael Smith, esperándome.
—Buenas noches, señor Smith. Agradezco que me acompañe— saludé
—Buenas noches señorita Goin, para mí es un verdadero placer estar aquí con usted— respondió
Ambos pasamos y disfrutamos de una exquisita cena, era claro que Carl y Tomás se habían quedado en casa para no interrumpir mi juego.
—¿Siempre le han gustado los lugares costosos?— pregunta
—No, solo que me encanta la comida de este lugar, ¿a usted no le gustó?— cuestiono.
Lo mejor que podría hacer, sería consentirme por ser mi cumpleaños, pero claro que no, eso es algo imposible. Está probándome y haremos que llegue hasta el punto dónde él ya no tenga retorno.
—Camarero, la cuenta por favor— pide, es claro que ahora sí quiere lucirse.
Solo aguanto las ganas de reír y el camarero responde.
—La cuenta ha sido pagada en su totalidad, señor. Buenas noches—
Claro que se sorprende, anticipé cierto comportamiento de su parte y por esa razón había dejado una cuenta abierta en el restaurante, no permitiré humillaciones de nadie, ni siquiera de este bombón que tengo frente a mí.
—Entonces, ¿nos vamos?— pregunto
Accede y salimos del lugar, enseguida hace su jugada, una que realmente esperaba que hiciera.
—Señorita Goin, no traje mi auto. Un amigo me dejó aquí, ¿cree usted que me pueda acercar a mi casa?—
Pareciendo damisela en peligro, este hombre hablaba. Por supuesto que acepte llevarlo, yo lo llevaría a dónde fuese, algo que comprobaría más adelante. Ambos entramos a mi coche y nos pusimos en dirección a su casa, aunque el no llegaría a dormir esa noche.
—En la nevera tengo una botella de champagne, sirvámonos una copa y disfrutemos de un trago juntos— amablemente, pedí.
El hizo caso, abrió la botella, sirvió dos copas, me detuve en un estacionamiento y ambos bebimos. De un momento a otro le dieron ganas de tomar algo de aire, salió del auto a respirar mejor, momento exacto que aproveché para poner en su copa un afrodisíaco especial, serví dos copas nuevamente y salí.
—Tome, será nuestra última copa juntos—
Le entrego la copa, pasando mi brazo por su cuello dando paso a un abrazo y algunas caricias, algo que lo hizo exaltarse. Esa era la reacción que quería provocar, para comenzar.
Terminamos nuestras copas y él comenzó quitándose su saco, diciendo que tenía mucho calor.
—Michael, podemos ir a un lugar mucho mejor si estás de acuerdo— le hablo al oído y él vuelve a erizarse.
—De acuerdo, necesito un mejor lugar para lo que pienso hacer contigo— respondió, dándome un beso efusivo.
De esa manera, nos dirigimos a la habitación de hotel que previamente había reservado, eran más que obvias mis intenciones. El afrodisíaco solo hacía que el cuerpo del señor Smith, se sintiera como animal en celo, pero en cierto grado debería de poder controlarse, a menos que el también deseé estar conmigo.
Apenas entrando a la habitación, el hombre se quitó la camisa, y comenzó un efusivo beso, en el que nuestros labios y lengua se unieron ferozmente. Llevaba un vestido muy fácil de quitar y eso hice, dejando ver mi escultural cuerpo, utilizaba un conjunto de encaje que a cualquiera volvería loco de deseo. Lo confirmé cuando Michael me vio, literalmente me lanzó sobre la cama y comenzó su ardua tarea, me besaba por el cuello, bajando a mis senos, dándoles el tratamiento que merecían, absorbiendo uno con su boca y lengua, mientras que el otro era masajeado con su mano, un momento maravilloso, que disfrutaba segundo a segundo. Y parecía que el también lo disfrutaba, así paso a hacer lo mismo con esos dos puntos sensibles, enseguida inició a descender rumbo a esa parte única, la más sensible de todas las partes del cuerpo. Cuando llegó ahí, cada acto con su lengua, cada acto con sus manos eran más alucinantes, me dí cuenta que era un experto en esto de asuntos en la cama, ya al menos.
Al finalizar, arquee mi espalda haciendo énfasis en el excelente trabajo recibido. Había llegado mi turno, cambié de lugar con él y comencé un camino de besos y caricias desde el cuello hasta la parte inferior del abdomen de su escultural cuerpo, al llegar ahí comencé ligeros masajes a su miembro, primero con mis manos y después con mi boca, era un trabajo que no hacía desde hace tiempo, pero pude darme cuenta que mis técnicas seguían intactas, lo supe porque aquel hombre gemía como un primerizo.
Acto seguido de habernos dado satisfacción uno a uno, unimos nuestros cuerpos para que se volvieran uno solo, tanta fue la satisfacción, que Michael parecía no sufrir efecto alguno del afrodisíaco. Lo hicimos alrededor de unas cuatro veces hasta que quedamos exhaustos y dormiríamos.
Cuando amaneció, en la cama solo se encontraba Michael, ¿qué como lo sé?, porque yo lo dejé ahí, con una nota que decía.
“Excelente servicio el de anoche, muchas gracias. Cariño te dejo lo del taxi, ya que no podré llevarte a casa”
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Comments
GMSC
Pongo en duda sus técnicas porque el hombre tenía afrodisíaco encima 😅
2025-03-06
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GMSC
Que lo lea detalladamente dice 🥰🤭😅
2025-03-06
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Carmen Terreros
Sabrá que escucho entre la se re y Mai porque la verdad se me oso muy mal su comportaminto en todos los sentidos que la llevó a eso????
2024-08-06
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