05 Divorcio

—¿Qué rayos estás haciendo aquí?, se suponía que estabas en el hospital, yo iría a recogerte— con el rostro palidecido y furioso, el hombre contestó

—Resulta que ya pasaron casi tres semanas desde que desperté y me sentía impaciente por verte, pero ¿no me vas a dejar pasar?, es nuestra casa— continúo con la actuación de esposa amorosa.

—Aquí no, deberíamos ir a otra parte, ¡ahora camina!— toma mi brazo con fuerza y trata de jalarme.

Claramente no soy la misma mujer con la que trató la última vez, así que con la mano libre que tengo, también lo jalo, le doy la vuelta y lo pongo contra la pared.

—Creo que te equivocas Francisco, jamás volveré a permitir que me trates como se te antoje. Ahora entremos a casa—

El hombre más que sorprendido por lo que sus ojos veían, solo pudo acceder a mi petición. Entonces entramos a la casa y tomé asiento en la sala, cuando de pronto escuché hablar a alguien más.

—Cariño, ¿quién tocó a la puerta?, ¿era la maquillista?— ilusionada preguntaba Katy

—Lo siento, no soy maquillista ni nada que se le parezca, de hecho soy la causa por la que su boda no podría llevarse a cabo— me pongo de pie y me presento con mi socia, que hasta ganas de vomitar siento.

—¿Quién demonios te crees para aparecer ahora?, no permitiré que arruines mi boda. Maldita, primero hago que desaparezcas— furiosa gritó

Yo camino hacia la puerta y la abro. —Señor abogado, ¿escuchó la amenaza que acaba de hacer está mujer?. Quiero que quede estipulado que si me llegara a pasar algo, la primera sospechosa debería ser Katy Northoun, ¿queda claro?— por supuesto que no iría sin refuerzos a ese lugar, antes mandé llamar al abogado más prominente del despacho legal de la empresa.

—Queda estipulado señorita Clarissa. Ahora sí me lo permiten, quisiera poner sobre la mesa el asunto de su divorcio, cosa que el señor Francisco había venido preparando con sus abogados desde algún tiempo— impaciente interrumpió Nicolás Willis, el abogado.

—¿De qué carajos están hablando?, yo jamás haría tal cosa— defendiéndose, habló Francisco.

—¿Entonces todo era mentira?, nunca pensaste en divorciarte de la estúpida de tu esposita. Que tonta, siendo así me largo— haciéndose la víctima, Katy salió corriendo a su habitación.

—No me interesa seguir casada con un hombre como tú, así que solo firma el divorcio, ya tus abogados leyeron las estipulaciones y no pido nada a cambio, solo quiero mi libertad. A ti te convienen, porque nos casamos por bienes mancomunados— insisto para por fin poder deshacerme de basura como ese tipo.

Observando los documentos, Francisco decide firmarlos, después de haber confirmado la información con sus abogados. Por fin soy una mujer libre, para hacer lo que a mí me plazca y no tendré a nadie que me pueda detener, me encargaré de que la pareja que recién comenzará su vida matrimonial, sepa lo que es vivir con la desesperación de lo que sucederá en un futuro no tan lejano, que vivan con la incertidumbre de lo que serán sus vidas, lo mismo que sufrirá todo aquel que se atreva a ofrecer su ayuda. La única persona que me importaba está muerta, otra está a mi lado y espero que no tenga que encontrarme con nadie más.

Nicolás, toma los papeles y nos vamos del lugar, él se regresará a la empresa por su lado, mientras que yo por fin haré acto de presencia como nueva dueña.

—Tomás, a la empresa C.A.I. Es hora de que me conozcan, al menos los que estén ahí— así partimos de aquel lugar, esperando y suplicando que la boda de esos dos si se lleve a cabo.

Al cabo de una media hora, llegamos a la empresa, no es por nada, pero si que extraño trabajar como siempre lo hacía, se había vuelto parte de mí.

Cuando llegamos había una discusión muy acalorada entre uno de los jefes de proyectos y el que parece ser un conocido.

—Solo le estoy informando lo que el cliente dijo, no estaremos esperando hasta que ustedes puedan, tengan o se les de la gana de comenzar su trabajo. El proyecto ya lleva semanas de retraso— se escuchaba gritar a un hombre.

—Lo sentimos mucho señor, es solo que hemos tenido muchos problemas, nuestra presidenta, bueno ella…— no podía permitir que un encargado de proyectos, diera como excusa algo así, seguro hablaría sobre mí muerte.

—Por favor disculpen la intromisión, quiero hacerle saber que el proyecto dará inicio a partir de mañana, el tiempo estipulado en los contratos se cumplirán, de eso puede estar seguro, además la empresa C.A.I se hará cargo de cualquier costo extra por asuntos externos que puedan surgir— de una manera seria y muy profesional, le hablé a ese hombre quien resultó ser el presidente de la empresa C.N.D

—Usted, ¿quién se supone que es?— algo alterado aún, pregunta

—Ella es la nueva dueña y presidenta de las empresas C.A.I, así que tenga en cuenta que lo dicho por ella se cumplirá al pie de la letra— en este caso tuvo que hablar Carl, pues yo me había retirado directo a mi antigua oficina para ver realmente el porque de no estar trabajando como debería de ser.

Al llegar encuentro pilares de documentos, algunos parecen ser proyectos y otros parecen ser solo archivos muertos. Demonios, al parecer nadie aquí hacia su trabajo a excepción de Carl, bueno si hay que comenzar de nuevo, podría hacerlo desde cero como al principio.

Al parecer Carl, logró calmar las cosas en el vestíbulo, porque llegó conmigo y yo estaba hecha una furia.

—Carl, ¿qué significa todo esto?, deberían continuar trabajando, la que murió fue Christine, nadie más— grito molesta y más de un empleado escucha. —Quiero que reúnas a todos los empleados presentes en una hora, los que faltaron a trabajar, deben ser despedidos de inmediato, porque pude darme cuenta que varios no vinieron a trabajar aunque sea su horario laboral. Con los demás hablaré después, pero encárgate que todos reciban un correo para citarlos mañana a primera hora, haremos una reunión igual que la de hoy— termino de hablar y le hago una seña a Carl para que salga de la oficina.

Reviso cada archivo que se encuentra en el escritorio y pasada una hora me dirijo a la sala que se encuentra en el primer piso, ahí se llevara a cabo la reunión con los empleados.

Entro y veo que aún no están todos reunidos.

—Carl, ¿avisaste a todo el personal?— cuestiono algo seria.

—Si señorita— responde

—Bien, entonces comencemos. Cierra la puerta y quién no haya llegado será despedido de inmediato, no permitiré ningún tipo de falta en esta empresa— lo digo fuerte y claro para que todos escuchen y no solo se hagan ideas de lo que sucede, sino que vean la realidad de lo que pasará de ese momento en adelante.

—Bien, como saben la antigua presidenta de este lugar lamentablemente murió, sin embargo no veo motivo alguno para que sus empleados no hagan lo que les corresponde. Como su nueva líder, me haré cargo de todos sus contratiempos y por lo mismo si soy la única que realizará los trabajos, creo que no necesitaremos más de sus servicios a menos que estén dispuestos a hacer lo que deberían de hacer. A mí no me interesa su amor ni su odio, me interesan los resultados positivos entregados a esta empresa que al final es la que les provee para vivir. Dejaré una lista, en ella deberán anotarse si quieren ser despedidos de acuerdo a lo estipulado en sus contratos o quieren seguir trabajando aquí, es su decisión, pero tomen en cuenta lo que significa cada decisión que tomen— dejo la hoja que dije y me retiro, no pretendo presentarme con personas que ni siquiera volveré a ver, así que lo haré más adelante.

Los empleados se han vuelto diferentes, creía que éramos un equipo y resulta que no era así.

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