Noticia

Así pasaron los días en lo que se planeaba como llevar a cabo el proyecto en puerta.

—Señorita Clarissa, le aviso que hoy es cuando dan de alta al señor Lambert del hospital— un poco preocupado, informó Carl

—Estoy consiente Carl, iremos al hospital y de ahí a la empresa, para dar inicio al proyecto, por fin— respondo, seria

Últimamente me he dado cuenta que mi estado de ánimo no es el mismo que antes, algo hace que no me sienta totalmente completa. Imagino que debe ser porque aún extraño a cierta persona.

—Estoy lista Carl, vamos al hospital a terminar con esto de una vez—

De esta manera partimos rumbo a un destino incierto, inesperado. Realmente no se cómo será la reacción de Jack cuando le diga que no volveremos a vernos.

De nuevo ahí estaba yo, perdida en mis pensamientos hasta que Carl me habló.

—Hemos llegado señorita Clarissa. ¿Quiere que la espere o entre con usted?— amablemente pregunta

—Quiero que vayas por unos documentos a esta dirección, yo estaré bien en lo que regresas— le entrego una tarjeta con una dirección y este se va enseguida a cumplir con mi encargo

Entro al hospital, me dirijo a recepción y pregunto por Jack Lambert.

—Buen día, disculpe. Estoy aquí para ver al paciente Jack Lambert— pido información.

—Puedo saber, ¿quién es usted?— pregunta la recepcionista

—Soy una conocida, ¿podría decirme en qué habitación está?— un poco impaciente vuelvo a preguntar

—Lamento informarle que a menos que sea familiar directo, todos tienen prohibido visitar al paciente— muy prepotente, aclaró la mujer.

—Así que decidiste venir a visitarme por fin—

Escuché que alguien habló a mis espaldas. Volteé y me dí cuenta que era Jack

—Vine porque necesito hablar contigo, aunque no me dejan verte por no ser familiar tuyo. Quizás cuando estés fuera podamos hablar, entonces me voy— me despido e intento irme

—Espera, podemos hablar en mi habitación, acompáñame— me toca el hombro y me detiene

Decido ir con él.

—Habla, dime lo que venías a decir— intrigado dice Jack

—Lo siento, eso vine a decirte. Por todo el mal que te he hecho, por mentirte y tratar de hacer cumplir tu venganza para conmigo. Aunque todo fue un fracaso—

Con la cara pálida, le digo

—¿Algo más?— pregunta

—¿A qué te refieres?— cuestiono

—Cómo veo que aún sigues sin recordar, te daré un resumen del porque te odio. Nos conocimos, me enamoré y después tu me abandonaste, pero no es la razón de todo este rencor. Te odio porque a pesar de haberme abandonado por dinero, me seguiste ilusionando, creí estúpidamente, confíe en ti y al final nada de lo que dijiste sucedió. El día que iba a impedir tu boda llamaste, escuché toda la conversación con tus padres y el que sería tu futuro esposo. Escuché cuanto los amabas a todos, como los harías felices y como jamás me quisiste, ¿ya recuerdas?— molesto cuestionó

—¡No!, no puedo recordar eso y jamás lo haré, al igual que tú, estuve mucho tiempo en coma en el hospital por un accidente causado por mi ex esposo y su ahora esposa. Al igual que tú mi único plan es hacerlos caer y verlos sufrir. Algo que tú no puedes hacer, pero puedo decirte que a diferencia de ellos, me arrepiento de todo el daño que te he causado. Lo único que puedo decirte es que lo mejor será que continúes con tu vida, olvida que alguna vez me conociste y comienza desde cero— ya con algunas lágrimas en los ojos, le digo

—Lo dices como si fuera tan fácil. Me iré de tu vida, así podrás decirle a tus defensores que jamás volverán a verme,— Aclara

—No entiendo de lo que hablas— intrigada le digo

—Me refiero al señor Smith, el que te defendió de mis insultos y malas palabras. El muy tonto jamás me tocó un pelo, pero siempre intenté golpearlo, así que su guardia se encargaba de mi, esa era la única manera de sentirme satisfecho, por lo que veo logré parte de mi cometido, te separé de él— ríe algo fuerte y se burla

—Dejaré que lo creas, además eso es algo que a ti no debe importarte. Has visto de lo que soy capaz, eso debería enseñarte que si intentas algo nuevo en contra de mí, te prometo que pagarás tanto o más que Francisco, ¿entendiste?— le informo

—Ya te dije que me largaré de este lugar, no volverás a saber de mí, así que digamos todo lo que tengamos que decir— aún riendo, aclara

—No diré nada más, solo que no te vuelvas a cruzar en mi camino Jack Lambert— firme y seria le digo

—Lo mismo digo, espero que seas realmente infeliz y espero jamás volver a verte, ya te puedes ir— burlón, dice

Salgo de la habitación y suelto una risa, era obvio que fui una tonta, que al final si logró lastimarme de alguna forma, pues incluso si Clarissa estuvo obligada a casarse, jamás debió de decir cosas que pudieran dañar a Jack, se supone que lo quería. Me molesta pensar que ella fue capaz de hacer sufrir a una persona inocente. Eso es algo que jamás podré saber con certeza.

—Señorita Clarissa, he regresado. ¿Usted terminó con el asunto que la trajo hasta aquí?— pregunta Carl

—He terminado, pero yo…— no puedo terminar de formular la oración, puesto que me desmayo.

—¡Ayuda, ayuda!— gritaba Carl, estando yo en sus brazos.

Un par de enfermeras le indican a Carl que me lleve a una camilla. Un doctor viene y me revisa, me colocan suero intravenoso, mientras descanso.

—¿Qué es lo que le sucede a mi señora, doctor?— preocupado pregunta Carl

—No estoy seguro, debo hacer algunos estudios para descartar algunos problemas, sin embargo puedo decir que su desmayo se debió a cansancio y quizás estrés— indicó el doctor

—Se la encargo doctor, asegúrese de que esté bien— suplicante pidió Carl

Así, poco a poco voy recobrando la conciencia y me sorprendí al darme cuenta que aún seguía en el hospital.

—Carl, ¿qué sucedió?— intrigada, pregunto

—Enseguida vendrá el doctor señorita Clarissa, él podrá aclarar sus dudas— responde, con cara de alivio

No paso mucho tiempo para que el doctor apareciera.

—Señora, veo que se despertó. Hemos encontrado la causa principal de su desmayo. Aunque le recomiendo hacerse muchos más estudios para rectificar que todo esté bien— informó el doctor, aún sin decir la causa exacta

—Pero, ¿qué es lo que tiene la señorita Clarissa?— muy preocupado, pregunta Carl

—Felicidades señora, usted está embarazada— sin titubeos, respondió el doctor

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