Ahora mismo.

Leandro.

Soy Leandro Bernocchi el hijo mayor de mis queridos padres Rafael y Leticia, tengo una hermana que está loca de remate, pero la amo, se llama Laila soy el mayor y el encargado de todas las empresas, soy un poderoso CEO y me gusta mucho el trabajo, no soy muy sociable que digamos ahora he tenido varias relaciones una peor que la otra por eso decidí si optar solo por divertirme y ya, desde hace mucho que me fui de Italia y ahora solo voy y vengo tuve un gran amor llamado Lizeth Gales y bueno como les digo por ella cometí muchas locuras mi familia no la toleraba, pero no importó con que la amara yo bastaría, Nos adorábamos o eso hacía yo, ella era mi todo me entregué como un loco hasta que pasé por un mal momento en la empresa, todos los negocios cayeron estaba todo mal y ella decidió irse y dejarme allí vi lo que todos me decían, yo me sentí un idiota, ya que por ella había alejado a mi familia, hasta les dejé de hablar para nada para que ella se fuera con otro dejándome en el peor momento de mi vida

De a poco me recuperé y volví a levantar todas las empresas, mi vida como lobo solitario estaba mejor que nunca hasta que decidí regresar con mi familia y fui al apartamento de Laila allí conocí a la que seria la madre de mis hijos o ese fue mi primer pensamiento al verla, la mujer más hermosa y con una calidez que transmitía al hablar.

Al ver su enorme vientre mi mundo se fracturó y mis esperanzas iguales, pero por poquito, ya que ella me confirmó que no tenía pareja y ese bebé prácticamente no tenía papá, esa misma noche la acompañe al nacimiento de mi hijo, por qué obvio era mío y eso ya lo había decidido ambos serían míos para siempre.

Después sé ahí poco a poco fuimos construyendo una amistad que se volvió algo más hasta que por fin le pedí ser mi novia estaba feliz la amo, por qué sí me enamore de ella y de Rafa ellos son mi vida con el pasar del tiempo apareció el ex y padre de Rafa entonces mis inseguridades y mis miedos salieron a flote una mujer de mi pasado regreso, pero ella y yo nada que ver, ella si quería algo conmigo, pero yo solo amos a Diana, nosotros no distanciamos por el trabajo y por nuestras dudas hasta que me arme de valor y le pedí que fuese mi esposa y todo iba genial compré una mansión para ambos y seríamos felices en ese lugar por qué así me lo plantee yo, tener un futuro con mi reina está mujer de a poco ha conseguido salir adelante y me encanta que lo haga, ella hasta abrió su propia empresa de modas y ese día regreso mi pasado.

A pesar del daño causado por Lizeth, Verla me encantó, nosotros fuimos grandes amigos y se podría decir que era el amor de toda mi vida, ahora no se podía, me giré para presentarle a Diana y ella había desaparecido, quizá estaba saludando a otros fue mi pensamiento.

Lizeth me dio un beso al cual reaccione de inmenso limpiando mis labios y mirándola firme.

— Que ocurre Lizeth por qué lo hiciste — fue mi pregunta hacia ella.

— Leandro fui una estúpida y vine a recuperarte todavía te amo y sé que tú también a mí.— Dijo ella y allí me di cuenta de que esas palabras no podían ser más erróneas, yo ya no la amaba, no sentía nada

— Lizeth verás como te digo esto, Amo con locura a una mujer maravillosa y jamás la dejaría, por ti... Ya no siento nada.— Dije mirándola y ella se entristeció.

— Amor no me digas eso, sé que estás molesto, es solo eso, regresé para recuperarte y no me iré sin ti.— dijo ella segura, mientras yo sentí rabia al escucharla que creyó que estaría igual llorando por ella.

— Pues te digo Lizeth, que eso será imposible, okay, jamás dejaré ir a Diana y sabes cómo soy para defender lo que quiero así sé implacable seré contigo si no lo entiendes.— Me aleje y fui a buscar a diana, como no la encontré le pregunté a Laila y está me dijo.

— Para qué la buscas, si le vas a decir lo obvio no te preocupes, ella entendió que sobra entre ustedes, mi amiga no quiere pasar por lo mismo y te agradecería que no la hagas sufrir más aléjate y sé feliz con Lizeth.— Dijo Laila y pensé, que mierda está diciendo jamás dejaría a mi niña y por Lizeth Menos.

— De qué demonios hablas Laila yo amo a diana.— Dije y ella rio.

— A si desde aquí no se veía eso, olvídate de Diana, ella se fue de tu vida para que fueses Feliz.— dijo y un dolor se estableció en la boca de mi estómago y allí se quedó.

Tome mi teléfono y empecé a llamar a diana, pero está no contesto, el teléfono estaba apagado, me desespere y fui a la mansión, al llegar a la habitación de Rafa y no ver sus cosas enloquecí corrí a nuestra habitación y me desplome sus cosas no estaban, caí de rodillas y llore como un pequeño huérfano.

Tomé mi auto y después de recorrer el apartamento de Laila y el que usaba Diana fui a casa con mis padres, necesitaba el abrazo de mi mamá.

Al llegar mi madre me recibió y me preguntó qué sucedía, me preguntó que tenía planeado hacer con el regreso de mi amor.

Entonces me alteré por qué todos piensan por mí.

— Mamá, mi único amor es Diana y la perdí, estoy desesperado, madre perdí a mi mujer y a mi hijo, yo no quiero nada con Lizeth, necesito a mi amor conmigo madre.— Caí a sus pies como bebé llorando no la quería perder, mi padre me vio y me levanto, después de reprenderme por no darle su lugar rápido a Diana me dijo que descansara ya eran muy tarde y debía dormir ya era de madrugada casi amanecía, más bien me encontré con a mi madre de casualidad que bajó por agua.

Me sentí abatido a mi cabeza, llegó la posibilidad de que ella volviera con Edgar, al ver que volví con Lizeth sacudí ese pensamiento y fui a mi antigua habitación al entrar vi la imagen más linda del mundo, el amor de mi vida acostado en mi cama, usando mi camiseta y abrazando una fotografía mía lo único de esa escena que me molestaba era la carita hinchada de mi amor y las gotas de agua en el vidrio de la foto.

Hablé y se sobresaltó, le dije que mejor era hacerlo conmigo, que si le iba a corresponder le expliqué todo lo que había pasado y le dije que en vista de su comportamiento tomaría una decisión.

— Qué decisión tomaste Leandro quieres terminar nuestro noviazgo.— preguntó con sus ojitos rojos y aguados

La miré a los ojos y le dije...

— sí, quiero que terminemos este noviazgo.— en seguida rompió en llanto, la miré serio y le dije.

— Deja de llorar y levántate, sí, hay que irnos ahora mismo al registro civil mi amor.— Al terminar mis palabras levantó y respondió sorprendida

— Qué... Casarnos ya.— Dijo nerviosa.

— Si casarnos ya mi amor, luego te hago la boda de tus sueños, pero casemos ya antes que esa cabecita loca inventé y me abandone.— Salto y me abrazo.

_ te amo mi amor y sí, si quiero casarme ahora en el registro civil.— dijo sonriendo pero con lágrimas en su carita.

— Que... claro que no mi amiga merece una gran boda idiota.— Dijo Laila cruzada de brazos en la puerta viendo todo.

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