Édgar y sus problemas.

Diana.

— Buenas tardes y buen provecho, hola Diana, estás realmente hermosa, me enteré de tus logros y te felicito.— Dice Eduardo, el hermano de Edgar.

— Gracias Eduardo, tu tan caballero como siempre, ella es mi amiga Laila, Laila él es Eduardo, esposo de Andrea.— ellos se dieron la mano y cuando nos levantamos para irnos Edgar hizo acto de presencia para mi mala suerte.

— Hola Diana, cómo estás, estás... muy hermosa.— Dijo este viéndome de arriba a abajo.

— bien Edgar y gracias ahora si nos disculpan nos tenemos que ir.— digo para salir de allí.

— Diana regálame un minuto, sí, por favor.— dijo y volteé a ver a Laila esta me asintió con la cabeza.

— Día a ve, yo te espero aquí, ve con el señor...— dijo Diana para que Edgar se presentara.

— Hay que modales los míos, soy Edgar Morelli él...— Edgar iba a continuar, pero Laila habló.

— ahh okay, tú eres el ex de mi amiga... Mucho gusto, yo soy Laila Bernocchi la cuñada de Diana.— dice y Eduardo interviene.

— ¿Cuñada.?— pregunta confundido.

— Sí, soy la hermana de Leandro Bernocchi el prometido de Diana, por cierto, Diana ve y no te tardes que en un momento él viene a recogernos.— dice y yo le sonrió para luego ir con Edgar, la cara de este al escuchar lo que Laura dijo cambio de sonriente a molesta.

— y bien Edgar dime qué querías decirme.— Le digo de manera tranquila, pues, ya no tiene ese efecto en mí, dónde tartamudeaba y mi cuerpo temblaba solo con su presencia.

— Mi amor, por favor, escúchame, fui un idiota, por favor perdóname mi amor, me dejé engañar y te perdí a ti y a nuestro hijo, por favor regresa y volvamos a ser tan feliz como una vez lo fuimos.— dice Edgar y la rabia me invade.

— Feliz dices, te parece que fui feliz los últimos tres años, te parece que me merecía lo como me trataste, lo siento, pero no quiero regresar contigo.— Dije para irme y este empezó a relatarme lo que ya sabía por qué André hace momentos atrás me lo había contado.

— Está perfecto que por fin abrieras tus ojos Edgar, pero no fuiste el único que lo hiciste, ya no siento nada por ti.— Dije para volverme a levantar, pero me volvió a detener.

— Que sucede Diana, no te creo, tú me amas, lo plasmaste en cada hoja de tu diario, me has amado desde que tenías dieciséis años y sé que aún lo haces.— Dijo este tratando de tomar mis manos.

— Pues te equivocas Edgar, yo ya no te amo y no regresaré contigo jamás.— Dije de manera fría.

— Diana dime algo si yo te beso ahora, mismo que sucedería.— dijo y abrí los ojos, no quería que lo hiciera, pero una voz interrumpió la conversación.

— Lo que sucedería es que yo te partiría la cara, que no entiendes lo que quiere decir no.— Dijo molesto Leandro.

— tú no te metas que no eres nadie idiota.— Dijo Edgar también enfurecido.

— No le hables así Edgar y claro que es alguien es mi todo, así que con permiso, amor no vamos.— Dije y Leandro asintió para Luego, llevármelo de allí Laila al vernos nos siguió y fuimos directo al auto.

— Laila gracias por llamarme, ahora adelántate que yo me llevo a diana.— Sandra asintió, me abrazo y luego se marchó en su auto.

— Leandro perdón, él quería hablar conmigo, pero te juro que yo no...— Dije, pero este me interrumpió.

— Lo sé Bonita tranquila, si yo sé que debes hablar con y ahora más por qué de seguro se irá en contra de ti por Rafael, pero calma no te lo quitará confía en mí sí.— Dijo Leandro y lo abracé, Andrea, Eduardo y Edgar nos observaron y Edgar se nos acercó.

— Diana no me fue, quedaré así, tú eres mía y lo sabes, fue tu primer hombre, fui tu todo y tenemos un hijo, no lo quería hacer, pero me obligaste, espera noticias de mi abogado por la custodia de mi hijo.— dijo y se marchó Andrés corrió a abrazarme y me dijo que todo saldría bien y que luchará, Eduardo me dijo que hablaría con él para convencerlo.

Me despedí de ello y subí al auto en el camino, iba pensativa y preocupada, no quiero que me quiten a mi bebé.

— Bonita... no te preocupes, sí que no nos quitarán a nuestro hijo.— dijo y pude a llegar y Leandro me abrazo muy fuerte.

— ya princesa, nadie te hará daño si, tampoco te alejaran de nuestro hijo.— llegamos a casa y abracé a Rafael, esa noche volvimos a dormir los tres juntos.

Han pasado tres meses y he estado ocupada con los proyectos y los nuevos diseños, la relación entre Leandro y yo va muy lenta, he estado tan metida en mis asuntos y en la pensadera que no he podido darle la atención que él se merece.

Hoy es el lanzamiento de la línea de ropa interior y estoy emocionada, las cosas se están arreglando, Edgar me cito a un juzgado de familia y él reconoció al bebé, pero no le dieron la custodia, solo lo puede visitar y llevárselo por algunas horas establecidas luego lo regresa a casa.

Mi bebé está muy chiquito y me sigue dando terror que él se lo lleve, su actitud conmigo ha cambiado, ya no es grosero como antes del juicio, ahora es cariñoso y a veces me trae flores las cuales no recibo y Leandro se molesta y está un poco alejado de mí la verdad no hemos tenido un noviazgo normal además él también está ocupado y pasa mucho tiempo con una socia que a decir verdad me da mala espina Laila me dice que si no hago algo perderé al Ogro.

Ya casi empieza el momento de lanzar la línea de trajes de baño y estoy nerviosa, yo no soy modelo, hoy abra mucha gente y necesito el abrazo de Leandro, pero como si ambos estamos actuando un poco infantil.

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