inseguridades.

Estoy en la inauguración de mi casa de modas Rafa Bernard, sí el nombre de mi hijo y del hombre que creyó en mí, estoy feliz y puedo decir que mis sueños volvieron y también mis ilusiones, Leandro es un buen hombre aunque debo admitir que me da terror revivir ese pasado con Leandro, no lo soportaría.

— Mi amor aquí estás, no sabes lo orgulloso que estoy de ti, te amo mucho mi amor._ Dice Leandro y yo lo abrazo.

— Leandro... Eres tú...— Dice una mujer muy guapa detrás de nosotros.

— Lizeth... eres Tú, cuanto tiempo sin verte.— Dice Leandro emocionado y ambos se abrazan ignorándome por completo.

Mis miedos y mis inseguridades se hacen presentes y me retiro de allí camino para respirar un poco y lila me intercepta.

— Que sucede amiga que tienes.— dice y niego, pero no me cree.

— No tengo nada amiga.— digo y levanta una ceja.

— dile eso a alguien que no te conozca a mí, no.— doce con su mirada de que le estoy ocultando algo y ella lo sabe.

— es... Lo que sucede es que tengo miedo Laila no quiero volver a salir lastimada por un amor anterior .— digo y frunce el ceño.

— de que hablas amiga explícate.— dice y suspiro

— mira a Leandro y dime si no está feliz.— ella voltea a ver y rueda sus ojos.

— Maldita víbora regresó._ dice y me preocupo.

— Ahora sí me asustaste.— digo y ella suspira.

— Amiga, esa es la razón de que mi hermano sea un ogro, la chica del desfile no significa nada ante ella, es su amor del pasado, lo siento, pero... No sé qué pueda pasar.— dice y quiero llorar.

— Me reusó a pasar por lo mismo ya el evento término, así que me voy discúlpame y si me necesitas estoy en mi apartamento por ahora, pero no lo comentes si adiós, amiga.— Digo y ella suspira triste

— Amiga, lo siento, podría decirte que luches, pero la verdad no sé si ella todavía es importante para él, aunque en su relación prefirió alejar a su familia solo por ella — Dijo y sentí mucha más inseguridad que antes me retiré de allí con mis ojos cristalizados y la señora Leti entendió y me abrazo.

— Hija, ya pasamos por esto, una vez no sé a qué atenernos con su regreso entiendo si quieres estar sola, pero irá a tu departamento mejor ve a la mansión de nosotros, allá no te encontrará y tendremos a nuestro nieto muy cerca.

— Gracias señora Leti la veo en casa.— Digo y ella sonríe y niega.

— Mamá Leti te parece bien.— Dice y me río.

— Okay mamá Leti adiós.— tomo el auto y busco a Rafa, saco sus cosas y las mías y me retiro, en el auto voy pensando y haciendo memoria a ver qué santo le apagué una vela para que me vaya tan mal.

Llegó a la mansión y me acomodan en una de las habitaciones, deja a Rafa en la suya, pues, aquí él tiene una recámara para él con todo lo que necesita al verlo dormir, me retiro a dónde dormiré y paso toda la noche pensando en que haré ahora como lo miro, verlo con alguien más me romperá y no puedo huir y dejar a los abuelos de mi hijo sin poder verlo, lo primero será dormir.

Me remuevo toda la noche en la cama sin conseguir dormir extraño a Leandro, sus besos, sus caricias, sus te amo, miro la hora y ya son las cuatro y no he pegado los ojos, me levanto y voy a la habitación de Rafa la niñera le está preparando un biberón yo se lo doy, lo duermo y me voy a dormir o tratar de hacerlo, pero al pasar veo la habitación de Leandro y entro al parecer es muy ordenado, todo aquí tiene su estilo y su olor, voy al armario y busco una camiseta de él y me la coloco, legó me acuesta en su cama y tomo una fotografía del que estaba en una mesita y me acuesto Abrazándola después de unos minutos me quedé dormida.

Me remuevo por la luz en mi rostro y abro los ojos lentamente, veo la foto en mis brazos de Leandro y la beso, una lágrima traicionera se me escapa, y escucho.

— Por qué no me das ese beso a mí mejor, esa foto no te va a responder el beso.— Me sobresalto al escucharlo y me tiñó de rojo.

— Leandro...— murmuro.

—Quieres huir de mí, pero vienes a mi habitación, usas mi ropa y abrazas mi foto, por qué no hacer todo eso conmigo, mi amor— Dijo y baje mi mirada.

— ya sé lo que pasó por esa cabecita loca y de una te digo que a la única mujer que Amo es a ti... Deja tu desconfianza, mi amor hablé con ella y le dejé las cosas claras.— dijo Leandro reemplazando la foto por su cuerpo.

— Que le dijiste, ni siquiera me llamaste anoche, entiendo que fue tu mor, pero no quiero volver a sufrir, te dejo ser feliz mi amor.— Dije aguantando las lágrimas.

Tomó mi cara en sus manos y me obligó a mirarlo. — Jamás dejaría desplazada a la mujer que amo te lame más de mil veces y el teléfono estaba apagado— abro los ojos recordando el detalle de que mi teléfono estaba descargado antes de la celebración.

— Sabes qué le dije, le dije que tú eres y serás el amor de mi vida y que jamás sería tan tonto de dejar semejante bolsa de diamantes por una sola roca. Te amo grábatelo, tus inseguridades me han hecho tomar una decisión y no hay vuelta atrás, no veo solución— Dijo Leandro y pensé mierda se acabó.

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