capítulo 20- que son...

Al adentrarse a la aldea, la esposa del jefe los llevo a la casa más grande que servía como enfermería, ahí estaban los hombres con extrañas marcas negras en sus brazos y cuello, entre ellos el jefe, todos presentan los mismos síntomas, fiebre y dificultad para respirar.

Charlotte se acerca a uno de ellos, para observar la marcas, levanta la mano creando un sello arriba de la persona, este sirve para detectar el tipo de maldición que posee.

— ya lo tengo, parece que alguien hizo enojar a un mago muy talentoso.— expresa Charlotte.

— ¿que? Pero nunca hemos tenido un mago en este pueblo...¿que mal le hicimos?—

— reúnan a todos, quiero saber si alguien de aquí es mago o si alguien tuvo un problema con uno.— ordena.

Los guardias que iban con ella, se apresuran a moverse, reuniendo a todas las personas del pueblo, solo eran mujeres y niñas, pues los varones eran quienes estaban enfermos, nadie sabía que estaba pasando en ese momento.

Charlotte explica que un mago maldijo a los hombres de su pueblo, ya sean niños o ancianos, así que pregunta, si alguien tuvo alguna discusión con un mago o alguien que crean puede tener magia, pero nadie sabe, quienes van a la ciudad por asuntos importantes, procuran no meterse en problemas con gente del reino. Una mujer levanta la mano.

— hace una semana, una joven paso a descansar en el pueblo, el jefe le ofreció una cabaña que esta junto a su casa, pero al día siguiente la joven se fue muy enojada, ella decía que el jefe era un hombre asqueroso.—

— ¡silencio! Eso es mentira.— defiende la esposa del jefe.

Pero las otras mujeres concuerdan con la que hablo, incluso algunas de ellas dice que han tenido momentos incómodos con el jefe.

— bien, curare a todos, menos al jefe, no pienso salvar a un posible abusador.— asegura Charlotte.

— ¿que? No puede hacer eso, los magos tienen el deber de proteger a las personas.— habla la esposa del jefe.

— y eso hago, protejo a estas mujeres, posiblemente su esposo trato de abusar de esa joven y ella era una maga, por eso lo maldijo y a todos los varones del pueblo.—

— majestad, no...¿que haré sin mi esposo? Él es un buen hombre.—

— parece que en realidad no lo era.— menciona Sigrid y le hace una seña a los guardias.

Los guardias sostienen a la mujer y Charlotte entra a la casa para comenzar a romper la maldición. Para el atardecer, ya todos se habían recuperado, a excepción del jefe y su esposa lloraba desconsolada porque era el único que seguía en cama.

— majestad por favor...le juro que él no le hará daño a nadie...— suplica.

— por favor madre, sabes como era él, nos golpeaba...no supliqué por él.— menciona una joven que se acerca a la mujer.

— es tu padre, ¿como puedes decir eso? —

— porque mis hermanos y yo sufrimos en sus manos, nos ponía a trabajar mientras él solo estaba de vago.— responde.

La mujer sigue llorando, pero la hija de esta agradece a Charlotte por su ayuda y por no sanar a su padre, quien siempre fue un mal hombre y solo fingía ser amable ante la gente.

Charlotte y Sigrid suben al carruaje para ir de regreso a la torre.

— quien lo diría, que todo era porque el jefe no puede mantener sus pantalones en su lugar.— dice Sigrid un poco enojado.

— así como ese, hay muchos casos. No culpo a esa maga, yo habría hecho lo mismo.—

— no lo dudo, Charlotte Leroux, no perdona.—

La noche estaba cerca y aún estaban atravesando el bosque, cuando de repente el carruaje se detiene y sienten que este es golpeado, Sigrid se apresura a abrazar a Charlotte cuando siente que el carruaje esta por voltearse, así que al caer, es él quien recibe el golpe, mientras se escucha que fuera los guardias están luchando.

Charlotte se aparta de Sigrid, notando que tiene una leve cortada en la frente, pero esta consciente.

— anda, estoy bien.— Sigrid cubre la herida con la mano, pero siente el cuerpo adolorido.

Charlotte se pone de pie para salir, subiendo hasta la puerta, al estar fuera puede ver como sus guardias pelean contra una especie de insectos gigantes. Hasta donde ella sabe, en ese bosque no hay cosas así, nisiquiera en los libros que estudio se daba informe de esos seres.

— ¿que son esas cosas?— se pregunta Sigrid quien ha salido también.

{Son gamad, insectos que se encuentran en el mundo demoníaco, no deberían estar aquí.} Menciona Amira.

La mujer demonio aparece ante ellos, estaba sorprendida de ver esa clase de cosas ahí.

{Alguien debe haberlas invocado, solas no pueden salir.}

— ya resolveremos eso después.— dice Charlotte.

Se baja del carruaje y comienza a atacar a los gamad con su magia, creando una especie de dagas negras con la neblina y atravesando a los insectos. Sigrid también se une a la pelea, usando magia en su espada y cuando la agita, varias ráfagas salen disparadas hacía los insectos y son cortados a mitad.

Eran demasiados gamad, pero gracias a sus guardias tenían una ventaja, mientras pelean, no muy lejos de ahí, alguien les observa, fijando su mirada en Charlotte y dejando ver una sonrisa maliciosa, pero Amira se da cuenta de la presencia, aunque no tarda en desaparecer, por lo que se acerca para ayudar en la batalla, quemando a varios gamad. La batalla demoro, pero habían ganado y afortunadamente solo hubo heridos de manera leve, pero el carruaje había quedado inservible. Así que el cochero toma uno de los caballos del carruaje y Charlotte comparte el otro con Sigrid.

Ella iba delante, sentada de lado, debido a su vestido, mientras que Sigrid sostiene las riendas del caballo.

— creo que lo mejor hubiera sido que te subieras tras de mi.— deja salir un suspiro.

— si llego a sentir algo contra mi pierna, irá caminando.— la advierte.

— es normal que se sienta, no es como si desapareciera mientras no estoy excitado.— menciona con cierta burla.

— sabe a lo que me refiero.— agrega.

— deberías dejarte llevar por el momento, soy un hombre de buen aspecto, tengo estatus y sería fiel, piénsalo, soy el mejor prospecto que hay en el reino.— se halaga así mismo.

Aunque solo recibe un codazo de parte de Charlotte. Pero Sigrid se inclina para hablarle al oído.

— también tiene buen tamaño, estarías satisfecha...— susurra en su oído.

— el tamaño no importa, si no lo sabes usar no sirve.— responde.

— eres tan cruel y eso me excita.— empuja la cadera contra Charlotte.

Ella se sobresalta y le da otra vez con el codo en el estómago, pero Sigrid solo ríe. Charlotte se sorprende ella misma, por aguantar por tantos a años a ese rubio molestoso, aunque no niega que es atractivo y de buen estatus, además le ha sido un fiel aliado.

...

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Comments

ljp

ljp

yo escuche un refrán que dice es mejor chiquito y juguetón que grande y dormilón 😂😂😂🙈🙉🙊

2024-03-20

10

Ana Fernandez

Ana Fernandez

quién sería el atacante?

2024-02-16

1

becfran

becfran

La pura verdad 😂

2024-02-13

6

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