capítulo 4- a casa de la abuela...

Un carruaje se detuvo en la mansión del Marqués, después de una semana, Valentina había llegado nuevamente de visita, rápidamente la marquesa bajo a recibirla, aunque el rostro de la mujer se veía cansado, pues las pesadillas de Mariam no se iban y la chica cada día estaba peor.

— bienvenida suegra, lamento no atenderla como se merece, pero su nieta Mariam ha estado teniendo muchos problemas para dormir.—

— ¿nieta? No recuerdo haberla aceptado como mi nieta, pero es una pena, espero se recupere.—

Es lo único que Valentina dijo para después entrar ignorando la presencia de la marquesa y de Rogelia quien le hizo una reverencia. Valentina solo manda a una doncella para que le traiga a Charlotte, pues le ha llevado un par de regalos, las doncellas de Valentina entraron con algunas cajas. La marquesa solo observa en silencio, pero estaba molesta por como llama a su hijos, cuando ellos ahora son los hijos legítimos del Marqués.

Charlotte no demoro en bajar y corrió hacía su abuela sonriendo y abrazándola como lo haría cualquier niña de su edad.

— abuelita, te extrañe mucho. ¿Y esas cajas?— pregunta sorprendida.

— son obsequios para mi preciosa nieta. Vamos a tu alcoba.—

Valentina ordena suban todo a la habitación de Charlotte y la marquesa se pone algo nerviosa, pues la habitación de la niña era bastante simple, apenas tenía una cama con sábanas blancas y cortinas grises, así como un pequeño escritorio, los juguetes que una vez tuvo la verdadera Charlotte, ahora eran de Rogelia, lo mismo con joyas y vestidos.

—¿es esta tu habitación? La de una doncella luce mejor, ¿donde esta todo?— la mujer revisa el armario y solo hay vestidos pasados de moda.

Charlotte agacha la mirada de manera tímida.

— la marquesa se lo dio a mi hermana, dice que ella es bonita y merece lo mejor...pero abuelita no le digas que te dije eso.—

La niña se cuelga de la falda del vestido de Valentina y esta puede ver que Charlotte tiene miedo, una de las doncellas de Valentina la mira preocupada.

— madam...no será que...— se calla enseguida.

— lo se Lulú, puede que es lo que piensas.—

Valentina estaba molesta, esa mujer seguramente estaba maltratando a su nieta y su hijo parece no saber nada. Ordenó que saquen esos vestidos todos pasados de moda y que ordenen los que ella había traído, también hizo que dos doncellas fuesen al pueblo para conseguir accesorios. Mientras Charlotte se queda con Lulú, Valentina baja llamando a Nidia, la marquesa, cuando esta llega recibe una fuerte cachetada.

— ¿sabes porqué ha sido eso? Tienes a mi nieta viviendo peor que una sirvienta, mientras que le quitas todo para tus bastardas, te recuerdo que gracias a mi hijo no sigues en la calle, pero si mi nieta vuelve a perder lo que tiene, me aseguraré de que vuelvas a la calle con tus bastardos.—

Nidia se llevo la mano a su mejilla mientras escucha las palabras de Valentina, pero aprieta las manos.

— usted no tiene derecho a venir a faltarme al respeto a mi casa...mis hijos son hijos del Marqués, son sus hijos legítimos.—

— ellos son mayores, es obvio que nacieron antes de que seas marquesa, aunque ahora seas la esposa de mi hijo, no dejas de ser una vil ramera que solo se busco a un estúpido para subir su estatus.—

— largo, usted no vuelva a venir a esta casa...¡guardias!llevense a esta mujer fuera de mi casa.— grita Nidia.

Los guardias llegaron pero notaron que se trataba de Valentina, así que no hicieron nada, solo se quedaron ahí en silencio.

— ¿que esperan? Saquen a este vejestorio de mi casa.— grita.

— lo sentimos marquesa, pero es la madre del Marqués, no podemos hacerle nada o seremos castigados.—

—¿que? Yo también les daré azotes por no obedecer a la señora de esta casa y esa soy yo.—

Valentina ordena los guardias regresar a sus puestos, Nidia solo puede ver como es que ellos se marchan.

— ya he dicho, si tus hijas toman algo más de mi nieta, yo misma les daré los azotes.—

La marquesa regreso a su habitación, tirando todo a su paso mientras maldice a Valentina, detesta como la hace menos a ella y a sus hijas.

Charlotte por su parte, se probaba los vestidos que le había dado su abuela. Valentina al regresar halaga a la niña por verse como una pequeña muñeca con esos hermosos vestidos. Más tarde ella y su abuela estaban paradas frente a todos los sirvientes y las otras dos concubinas del Marqués, nadie comprendía lo que estaba pasando.

— he visto la condición en la que tienen a mi nieta, en lo que regresa el Marqués me la llevaré conmigo...—

— n-no puede, el Marqués no lo permite.— habla Nidia.

— yo me arreglo con él. Espero que de ahora en adelante mi nieta este bien cuidada cuando regrese, de lo contrario, cada uno de ustedes acabará en la calle. En especial tú, Nidia, recuerda que yo puedo lograr que te regresen al burdel de donde te sacaron.—

Todos se encogen de hombros, la voz autoritaria de Valentina causaba miedo, su presencia era la de toda una mujer sociedad respetable. Tras dar la orden, Charlotte fue guiada al carruaje y ordeno que las cosas de Charlotte fueran trasladadas a una mejor habitación y si alguien agarraba algo, sufriría las consecuencias.

Tras ver marcharse el carruaje, Nidia se fue directamente a su habitación tirando todo a su paso, las otras dos concubinas solo regresaron a su área, ellas procuraban no cruzarse con Nidia pues saben lo terrible que suele ser, así que en parte, estaban felices por el regaño que le dieron.

— maldita vieja...como quisiera matarla...—

Charlotte ve desde la ventanilla como se aleja de la mansión, lo cual es una pena porque no puede seguir torturando a Mariam, pero al menos estará fuera de la vista de la marquesa y puede aprovechar para estudiar y entrenar mejor su magia.

— abuelita, ¿puedo tener un profesor de magia?—

—¿magia? Pero en nuestra familia no tenemos magia.—

— lo sé, pero me gustaría aprender sobre la magia y sobre pociones.—

La mujer se queda en silencio, pero Lulú, su doncella le dice que puede ser una buena idea, pues si aprende de pociones, podría serle útil a la niña en un futuro, ya que tiene personas dispuestas a hacerle daño. Valentina acepta ante la opinión de Lulú, aunque será solo una semana.

\*\*\*\*

Tras llegar a la mansión de Valentina, los sirvientes la esperaban en la puerta y le hacían una reverencia.

— bienvenida Baronesa, le aviso que tiene visitas esperando por usted.— le informa el mayordomo.

— bien, Lulú, lleva a Charlotte al patio y que le sirvan limonada.—

Lulú hace caso y guía a la pequeña hasta el jardín, donde hay una pergola, con mesa y sillas acolchadas, Charlotte camina hacía el lugar pero alguien se interpone en su camino, viendo a un niño rubio de ojos azules.

—¿quien eres y que haces aquí?, este jardín es de la baronesa.—

— joven Duque, ella es lady Charlotte, la nieta de la baronesa.— menciona Lulú.

El chico observa a Charlotte y esta se mantiene en silencio, pero esta atenta a todo lo que haga o diga ese pequeño mocoso, pues sus acciones le dirán si es alguien a quien debe quitar de su camino en un futuro, pues no recuerda que en la historia ella haya conocido a un niño así, aunque claro, todo cambio, porque Charlotte es llevada a la mansión de su abuela tras comprometerse con el segundo príncipe.

— si, creo que madam Valentina me contó algo así, me disculpo por ser agresivo, un gusto conocerla lady, soy Sigrid Richardson...— hizo una leve reverencia.

— ¿Richardson? ¿Como la familia real? —

Charlotte buscaba en su memoria el nombre, si estaba relacionado con la familia real, debería de haber sido mencionado antes.

— si, mi padre es el hermano menor del rey.—

Y ahí, la memoria de Charlotte arrojo la información que necesitaba, claro, era el sobrino del rey, Sigrid, por supuesto, ese chico era el gran general de las tropas del rey, a su corta edad demuestra su valentía en la guerra y trae victoria al reino, después de que el príncipe heredero renuncia al trono, Sigrid lucha por ganarse ese lugar, pero como en toda historia, quien gana es el protagonista.

— ¡oh! Lamento ser grosera, Charlotte Leroux, un gusto alteza.— hace una reverencia.

Charlotte muestra una sonrisa, si logra hacer una buena amistad con ese niño, le será útil a futuro, para arruinar al segundo príncipe y a su amada.

...

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