El sol está en lo más alto del cielo cuando los cazadores vuelven, entre ellos un recién casado Aleksander quien soportó las burlas amistosas y las bromas de los otros alfa y betas.
— Incluso si lo miras por el resto de tu vida seguirá siendo el alfa de Jayden. — un beta palmeo el hombro de Roan.
— Lo se. — respondió el alma.
— ¿Qué te inquieta?
Roan mira a su amigo junto a él, ¿Qué lo inquieta?, el mismo quería saber la respuesta. Últimamente sentía bichos caminar bajo su piel acumulándose entre sus dedos, quería consuelo, quería a su alfa pero no sabia si podría seguir como estaban. Es un limbo últimamente, siguen disfrutando solo de mirar al otro en su tiempo compartido, pero se lastiman y no paran hasta que hay una herida punzante o hasta que el otro cede; nunca es Gael, aun si parece lo contrario, Roan es quien se acerca, baila a su alrededor como un anzuelo y al retirarse su presa lo sigue, pero, nunca hablan de lo que los molesto y si es sincero la mayoría de las veces ni siquiera lo recuerda, pero ahora no sabe cómo proceder, la desavenencia de esta mañana está fresca en su memoria y permanece como un fantasma atormentado, él no puede mentirse; a sí mismo y a Gael; lo sabe mejor.
El podría llegar a amarla, mas no lo hará, no si con eso lo pierde.
— El frío se acerca.
— Mhm, podría estar aquí antes de lo que predijeron los viejos — Roan soltó una risa baja, Danil no confía en ellos o sus predicciones — las bodas en invierno no son poco comunes.
Llevan la carne a curar para que sobreviva al invierno, las pieles son dejadas en las manos expertas de los artesanos para fabricar el cuero. Roan toma su porción de carne para la semana y sin prisa se dirige a su casa. Divisa a lo lejos su casa y no detiene su camino incluso al darse cuenta del humo saliendo de su chimenea a través del conducto, no se asusta pero su corazón se acelera al cruzar el umbral de su puerta y encontrarse con el visitante inesperado.
— No pensé en verte tan pronto.
— Yo tampoco.
No hay más palabras pero él considera un premio la falta de molestia en el tono, el vino, su alfa orgulloso pero falto de amor llegó a su casa por su propio pie sin semanas de silencio ni bailes a través del fuego. Por un momento realmente no sabe qué hacer, así no es como funcionan ellos o al menos no es como lo han estado haciendo desde hace cinco años; el hace lo más sensato, dejar la plática para cuando tenga las manos vacías y el cuerpo limpio. Lleva la carne a la cocina, va al baño donde no para de pensar en si el que esté aquí tan callado y sin ser llamado es el final; una vez vestido y sin un ápice de valentía en su cuerpo va y toma asiento junto a Gael.
— No puedo hacer mas esto, Roan.
— ¿Que? — pregunto el alfa
— No puedo seguir con esto sabiendo que la amaras a ella. — El alfa frunció el ceño ante las palabras de su amante — No puedo seguir haciendo esto sabiendo que ella podrá darte lo que yo nunca podre.
— ¿Qué cosa?
— Una familia, alfa.
— Amor...
— Julieta es la persona que eligió tu madre para ti, y se que no quieres decepcionar a tu madre. Pero yo no quiero ser un tercero cuando la hagas tu esposa, tu mujer. — confeso con los ojos cristalizados.
El tenia 22, era el heredero de la familia Romanov, pero su físico era diferente, Roan quien tenia 21 era mas alto que el, Gael era bajo, un poco robustito, era divertido, caótico, fiestero, le gustaba ver el mundo arder, lo opuesto a Roan.
— No puedo seguir con esto sabiendo que la amaras a ella cuando la vuelvas tu mujer, no puedo sabiendo que tu corazón ya no será mío.
— Por favor, no digas eso. — respondió Roan, no podía creer lo que decía Gael. — Tu eres el amor de mi vida, siempre lo has sido y siempre lo serás. No importa lo que pase, estoy dispuesto a renunciar a todo.
Gael cerro los ojos por un momento, antes de mirarlo. Al heredero Ivanov, no le agrado nada lo que vio reflejado en los ojos de su amante.
— No puedo soportar la idea de verte casado con otra persona. No quiero arruinar tu vida, ni convertirme en un obstáculo en tu camino. — las lagrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas — Te mereces a alguien que pueda ofrecerte todo lo que yo no puedo. Alguien que pueda ser tu compañera, tu...esposa y la madre de tus hijos. No puedo competir con eso, y no quiero que luego de que compartas cama con ella vengas a mi, no quiero ser tu desahogo sexual. — Roan intento tomar sus manos, pero Gael se puso de pie rápidamente alejándose del hombre que ama.
— Gael, mi amor, mi luna. Por favor, puedo renunciar a todo por ti, puedo...
— ¿Vivirías con el desprecio de tu madre? ¿Estarías dispuesto a vivir sin una familia por mi? ¿Vivirías con la idea de no poder tener un hijo? ¿Me seguirías amando de la misma forma cuando tu familia te de la espalda? ¿Me seguirías amando a pesar de saber que jamás seré como ella?
— Mi luna...
— ¿Lo harías? — el alfa de cabello rubio se puso de pie intentando acercarse a el, pero el alfa albino negó retrocediendo. — No, por favor, no lo hagas mas difícil de lo que ya es. — suplico el albino y su alfa se detuvo.
Era en esos momentos, en donde Gael Romanov odiaba su casta, odiaba ser un alfa, odiaba no poder ser un omega y estar con la persona que mas amaba.
— Si para que seas feliz, y puedas tener la familia que tanto deseas debo dejarte ir, entonces lo hare. Incluso si eso significa que debo sacrificar mi propia felicidad.
El silencio lleno la habitación, mientras los dos se miraban perdiéndose en un limbo de dolor y auto destrucción. Ambos eran incapaces de encontrar las palabras adecuadas para expresar el dolor que estaban sintiendo en ese momento.
En ese momento, unos golpes en la puerta alertaron a los dos alfas, dentro de aquella casa.
Jayden esperaba pacientemente frente a la casa de su hermano mientras mira el paisaje y las viviendas a la lejanía; entendía porque Roan tuvo que vivir casí a la salida del poblado, era un sitio silencioso y hermoso rodeado de la vegetación.
Pasado un tiempo volvió a mirar la puerta, ¿No lo habría escuchado?, solo se abstuvo de tocar nuevamente cuando escuchó pasos resonantes al otro lado. Roan lo recibió con el cabello alborotado y un leve sonrojo en las mejillas.
— ¡Hermano! — saluda alegre mientras se precipita a abrazarlo haciéndolos tropezar hacia dentro — Estoy tan feliz de verte.
— Jay — puede escuchar la puerta cerrarse a su espalda; su hermano devuelve el abrazo con fuerza — ¿Te lastimo? — pregunta en voz baja; como si compartiera un secreto, soltando sus manos y llevándolas a la cara de Jayden mientras lo aparta un poco para poder mirarlo a los ojos.
— No — responde igualando el tono de voz de su hermano quien lo descubrió un momento más antes de dejarlo ir — Yo solo quería verte, ¿Estabas ocupado? ¿Interrumpo? — pregunta curioso.
— Podría decirse, cuñado — entonces ve al alfa que baja las escaleras tras su hermano; Gael le da una sonrisa divertida — ¿Cómo te recibes tu primer día de casado?
Él no sabe qué opinar, es decir; sabe que Roan y Gael son cercanos desde que se casó con Aleksander, pero aún así no esperaba ver a su cuñado ahí; en la casa de su hermano, tan laxo y cómodo mientras cruza el arco que separa el recibidor del resto de la casa y desaparece sin esperar respuesta. Jayden vuelve a concentrarse en su hermano quien le sonríe tenso mientras le hace señas para que lo siga hacia la sala donde ya se encuentra Gael sentado mientras pone copas y una jarra en la mesa frente al fuego. Jayden nota el nido un poco más a la izquierda, sobresaliente a un lado del sofá cerca de la pared pero decide no comentarlo e ignorarlo; es la casa de su hermano, él puede construir su nido a la vista si quiere.
— ¿Vino?, Gael — sisea su hermano al ver el líquido que contiene la jarra mientras se sienta frente al hombre con Jayden a su lado — Mi hermano no...
— Tu hermano puede decir por sí mismo si quiere o no beber — interrumpe mientras voltea a verlo.
Jayden no debería o al menos no sin su alfa presente, aun sabiéndolo él asiente en aprobación; Gael le sonríe a su hermano con sorna mientras sirve las tres copas. Roan toma la copa de mala gana y da tragos pequeños
— Entonces pequeño Jay, ¿Mi hermano te trato bien?
— Si. — respondió tímido el omega.
— ¿Cómo fue? — insiste Gael divertido, al menos el dolor de hace unos momentos ya no estaba tan presente.
— Yo no quiero saber eso — responde enfadado Roan recibiendo una ceja alzada y una expresión de burla de el alfa mayor — No quiero saber la vida sexual de mi hermanito, Gael. — el albino resoplo pero aún así miro a su cuñado y sonrió.
— Estuvo bien, no me lastimo si esa es tu duda — decide interferir Jayden sin la intención de presenciar una pelea — De hecho hemos hablado, los preparativos para la construcción de la casa ya están en curso... tenemos un plano, y hemos cambiado la ubicación de la casa.
— Eso es bueno, Jay — responde Roan.
Pero Jayden lo conoce lo suficiente como para no saber que su hermano mayor tiene dudas; el tinte de preocupacion aun pinta la mirada de su hermano
— Si hay algo en lo que podria ayudar solo tienes que decirme.
— Lo sé, gracias. Me gustaría eso — le sonrió Jayden a su hermano,y luego mira a su cuñado — Tu madre dijo que tenías planes para casarte ¿Te gusta alguien?
Roan dejó su copa y se concentró en el fuego de la chimenea, Gael miró lánguidamente a Jayden quien no entendía la explosión atmosférica tensa.
— Solo lo dije para calmarla, pero ahora que te has casado con mi hermano, supongo que se olvidaría de mi por un tiempo. — responde Gael sonriendo algo incómodo por la situación.
— ¿Dónde será construida tu casa? — pregunta Roan con la intención de cambiar el tema — Espero esté lo suficientemente cerca para visitarlo, hermano; que te hayas casado no te libra de mi.
— Lo se — Jayden resopla divertido — Estará limitada con los terrenos de Nikolai. — responde el omega.
— Nikolái, ¿el hijo del anterior consejero de mi padre? — pregunta Gael, por lo bajo suena un 'tu padre' por parte de Roan; ambos lo ignoran. El omega solo asiente a la pregunta y Gael lo mira expectante — ¿No te molesta? — inquiere llevando la Copa de vino a sus labios.
— ¿Por qué me molestaría? — pregunta confundido.
— Bueno, no muchos omegas aceptarían vivir tan cerca de quien se esperaba que sería la pareja de su alfa — responde sin importancia mientras volvía a tomar más vino. Jayden lo mira fijamente hasta que es demasiado obvio para ignorar por ambos alfas — Quiero decir... Lianna.
— ¿Lianna? — la pregunta implicada suena más fuerte de lo que esperaba, cuando Gael se encoge sobre sí mismo sin querer hablar; Jayden mira a su hermano — ¿Quien es ella?
— Bueno, Lianna es la sobrina de Nikolái, ella iba a ser la omega de Aleksander; pero eso fue antes de que se pactara su alianza — le explica Roan a un Jayden que concentró su mirada en su copa la cual no había sido tocada aun cuando él la acepto — No tienes de que preocuparte, Jay.
— Nuestro matrimonio fue pactado hace menos de una luna y tiene apenas una noche de ser sellado — Relata lo obvio mientras toma la copa y le da un trago profundo, odio el sabor — ¿donde vive ella? — inquiere.
— Jay — dice suavemente su hermano, es como una consolación; la cual no sera bienvenida — Aleksander no es tonto, sabe que no puede hacer eso, no si quiere paz en la tribu.
— Gael — exige Jayden a su cuñado, queriendo respuestas.
— Con su tío, Nikolái — responde el mayor sin querer ver a su cuñado ni al molesto alfa a los ojos, se acurrucó más con su copa abrazada al pecho. — Pero no tienes por que preocuparte.
— No tengo de que preocuparme... excepto de una infidelidad a nuestro pacto — mascullo el omega sintiéndose celoso y nervioso.
— Jay...
— No tengo que preocuparme con una omega que vivirá justo al lado.
— ¡Jayden! — gruñe su hermano exasperado — ¡Por favor! eso no está pasando, ni mucho menos pasará.
— Pero podría — se encoge de hombros para luego pararse y caminar hasta la puerta — Él quería unirse a ella, él la quiere — susurra el omega un poco dolido.
— Jayden — habla Roan, ambos alfas lo habían seguido — Debes calmarte, independientemente de si quería enlazarse con ella, ahora están casados, llevas su marca, Aleksander es tu esposo, él no puede deshonrar eso.
— Mi hermano no es como yo, si escuchas los rumores — Gael una risa aún acunando su copa — apenas llevan un día juntos, cuñadito no creo que sea prudente... poner presión en el lazom
— ¿Entonces debería sentarme y esperar a que pase? — gruñe enfadado a su cuñado, Roan frunce el ceño — No voy a esperar a que este pasando.
— Podrían hablarlo — sugiere en un susurro y con copa en brazos se inclinó a la pared por apoyo — Aleksander es muy maduro, probablemente él hizo el papel del hermano mayor, si le dices lo que piensas podrían llegar a un acuerdo; cambiar la ubicación de la casa quizás. Ya lo hizo una vez ¿Porque no de nuevo?
Roan le sonrió al alfa mientras tomaba sus costados y lo ayudaba a estar de pie. Ante la interacción entre los dos alfas, Jayden no dice nada y procede a salir de la casa; necesita pensar y controlar sus sentimientos conflictivos.
Él sabía mejor que nadie cómo se concertó esta unión y si bien no había ningún amor entre ellos tampoco quería un tercero en medio.
¿Dónde dejaría eso su honor y reputación?
Puede que Gael tuviera razón; podía decir su punto de vista e intentar llegar a un acuerdo, pero ¿quién le aseguraba que el alfa lo escucharía?, él era probablemente un desconocido en su vida; un desconocido a cual lo obligaron a enlazarse, uno al que seguramente soporta por obligacion.
Discutir la posibilidad de una posible infidelidad le revolvía el estómago. Pero también le generaba miedo e inseguridad.
Sabía su deber, abrirle las piernas cuantas veces Aleksander quisiera, ser callado y sumiso. Él ser reconocido como un bastardo era un gran peso, pero el que tu madre te rechaze, corto todo lazo contigo y que lo último que te recuerde es complacer a la persona que ahora es su esposo, es lo peor.
Y si Aleksander, si él se fijará en alguien más. Entonces su madre tendría razón, el no sirve.
La marca comenzó a punzar y por instinto gimió y se encorvó sobre sí mismo, las personas que pasaban miraron inquietas al omega en una obvia situación de estrés; avergonzado de poder ser reconocido camino más rápido a la casona, el sol empezaba a ocultarse cuando llegó a la seguridad de sus aposentos sólo para encontrar a su esposo aun ahí, leyendo un libro en los muebles junto a la ventana.
— ¿Tendrás por costumbre estresarte y poner tensión en el lazo? puedo sentirte, omega — dice como saludo aun con la vista en su libro — Pensé que ver a tu hermano te satisfacería, o al menos te haría feliz.
— Discúlpame si la infidelidad no es mi evento favorito o me satisface, alfa — le gruñe en reto. Aleksander se levanta dejando a un lado su libro — ¿Pensabas decirme que viviríamos junto a tu amante o dejarías esparcir los rumores primero? — gruñe el omega.
— Esto es por Lianna — ni siquiera era una pregunta, sino una afirmación; eso molestó más a Jayden — entre nosotros no hay nada...ya no, no desde que me comprometieron contigo — asegura el alfa.
— No viviré a su lado Aleksander, no seré ese omega que calla las infidelidades por miedo a ser abandonado y en definitiva no dejaré manchar mi nombre así — Jayden se le acerca quedar hasta cara a cara; en ese momento los centímetros en diferencia a sus alturas ni siquiera se sintieron — Te arrancaría los ojos antes de permitirlo.
— Tienes que calmarte, bestiola — Aleksander no se ve ofendido, parecía más que nada divertido con sus palabras y en consecuencia Jayden crecía en rabia — La ubicación de la casa no tiene segundas intenciones, la tierra ya había sido apartada por mi y solo pensé en darle un uso...
— Apartada — interrumpe el omega incrédulo — Apartaste una tierra para cortar a otro omega y se te ocurrió que era bueno darle un uso cuando te casaste conmigo en su lugar... atrapado conmigo, púdrete Aleksander Románov — mascullo.
— ¿Disculpa? — el omega lo ignora y entra a los baños cerrando la puerta con seguro y comienza a desvestirse.
Jayden se mete a la bañera ya con agua caliente, y se apoya en sus piernas, escondiendo su cabeza en sus brazos y piernas. Tras unos minutos de silencio el alfa se aproxima a la puerta
— Te daré un tiempo a solas, cuando estés listo podemos hablar.
Jayden no respondió dedicándose limpiar su cuerpo para refrescarse y sentirse cómodo; Jayden recargó el mentón sobre sus rodillas cuando las abrazó contra su pecho. Alrededor de ellas flotaban algunos pétalos y el aroma de la esencia de rosas le llenaba los pulmones. Era dulce, agradable... pero no hacía mucho por quitarle esa sensación incómoda del pecho. Era como si su corazón estuviera siendo estrujado sin cuidado alguno y unas náuseas infernales le revolvían el estómago.
Él no podía ser el problema. No había hecho nada. Nada...además de la situación en la que los metieron. ¿Tal vez Aleksander aún lo odiaba por eso...? El omega hizo un gesto y suspiró antes de tomar aire y sumergirse por completo en la tina.
Salió del agua y suspiró después de tomar aire. No estaba disfrutando el momento, así que resolvió solamente salir de la tina.
Envuelto en su bata se miró al espejo que había en un tocador. Era pequeño pero podía ver su rostro. No era desagradable visualmente. Su padre le había dicho en alguna ocasión lo parecido que era a su difunta abuela. Eso no era malo, ¿verdad? Su madre le había contado que su abuela era una mujer bella y amable... ¿Qué era entonces eso tan horrible que hacía que Aleksander quisiera a alguien más?
Lianna, seguramente era bonita. Y tal vez por eso su esposo queria vivir cerca de ella, porque la amaba.
Tal vez odiaba sus pecas o la forma de su nariz. O sus cejas o sus pestañas. Incluso su cabello. Recordaba los comentarios ácidos que podía hacerle al respecto, haciéndole ver lo diferente que era de su madre y su padre, el parecido que tenía con...
Frunció el ceño y apartó la mirada, tal vez podría eso. Que Aleksander sentía desagrado por él al ser reconocido como un... bastardo.
Jayden se metió bajo las sábanas luego de ponerse su camisón blanco. Estaba demasiado contrariado por sus propios pensamientos. ¿Debería escuchar a Aleksander al respecto...? ¿Pero qué debería decirle? Reclamarle algo podía sugerir que estaba... celoso. Celoso de una omega común. Celoso... ¿Por qué celoso? No era como que sintiera algo por su esposo más allá de la cordialidad fría de siempre, ¿no es así?
Aleksander volvió a su habitación un poco más tarde de lo usual. La conversación con su hermano se había extendido demasiado y sentía la cabeza un poco ligera por el vino. No esperaba más que acostarse y poder contemplar a Jayden en su momento más íntimo y especial para poder dormir cómodo y tranquilo. Solo esperaba que su omega estuviera calmado.
Al entrar a la habitación notó que olía a rosas silvestres. Las llamas de la chimenea seguían bastante vivas todavía y las velas no habían sido apagadas. Las cortinas estaban a medio cerrar y la bata estaba tirada en el suelo.
Jayden sabía que era entrada la madrugada cuando escucho la puerta de la recámara abrirse a la par de pasos pesados por las botas que solían usar los cazadores, él no se movió mientras fingía dormir y no emitía sonido cuando sintió la cama hundirse tras el nuevo peso, mientras Aleksander se abría pasó a través de sus sabanas.
El cuarto estaba a oscuras, pero el fuego en la chimenea alumbraba un poco la habitación, no quería fuego ni luz, pero no quería moverse. El silenció los persiguió más al omega que no podía decir que se arrepentía, no mientras sus instintos le exigían gruñir y luchar poor quien si bien era casi un desconocido ahora compartían un lazo; eso lo convertía en su alfa y él en su omega.
— Buscaremos un nuevo lugar, será donde quieras — Aleksander es quién rompe el silencio primero — Yo lo estoy intentando, Jayden... realmente no pensé que el lugar fuera a ser un problema; fue mi error. A mi tampoco me gustaría vivir ahí si estuviera en tu lugar, supongo. — se disculpó él alfa
— Cerca del arroyo — susurro el omega, y sintió como la cama suena con el peso de Aleksander acercándose; un brazo lo rodea y mentiría si dijera que el calor a su espalda no es bien recibido, aún así nunca admitirá el ronroneo que expresó — Me gusta que limita con el poblado y el bosque; cerca pero a la ves lejos.
— Uhm, veré que puedo hacer para que no se me sean arrancados los ojos.
— Por los dioses.
La risa suave del alfa no hizo nada por calmar la vergüenza de Jayden, ni mucho menos el beso que dejó en alfa en su cuello, cerca de su marca.
— Descansa, pequeño. — susurro el alfa.
— Descansa, alfa — susurro el omega acercándose más al alfa buscando su calor.
Tal vez, Aleksander no lo odiaba después de todo.
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Comments
leli thv
me gusta me gusta la actitud de aleksander pensaba que iba a ser malo con jay pero no lo fue 👍🙃
2023-07-23
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