No recuerda el camino hasta aquí o al menos quiere fingir que no es así, hoy deja el hogar de su familia y del amor que le proporcionarán, hoy mueren mil cosas en una sola noche. El único consuelo que puede recibir es el saber que Roan ahora vive en la misma villa y se mantendrá cerca o al menos tanto como su futuro esposo le permita.
Puede escucharlos desde la habitación donde está siendo preparado las llamas que hacen la madera crujir en las hogueras, ambas villas danzan, cantan y comen en celebración, ¿por qué no lo harían?, es la boda que une a las dos familias mas poderosas. Las guerras terminarían, los problemas igual, y de eso modo podrían permanecer todos a salvo.
Así que él se calla y deja que lo vistan con prendas blancas de omega, trenzan su cabello, pintan sus manos y lo adornan con joyas de oro y piedras de cristal rojo. Puede sentir los ojos de su madre en él incluso si no pudiera verla en el reflejo del gigante espejo, trata de sonreírle pero lamenta que haya salido más como una mueca que no ayuda con su angustia más no habla hasta que las mujeres terminan con él.
— Déjenos solos — sin dejar tiempo a vacilación o negación, así es su madre para las mujeres que la habían acompañado desde villa Bogdan. Ella tomó su velo rojo y le cubrió el rostro — Te ves hermoso, Jayden. — murmuro la mujer mirando a su hijo.
— Fui adornado para ovación... a partir de hoy ya no seré un niño, madre — a la dama roja se le estrujo el corazón, muy en el fondo quería a ese niño.
Sus miradas siguen entrelazadas, ninguno quiere perderse nada, no están dispuestos a ceder. Jayden mira los hermosos ojos grises de su madre, y recuerda cuantas veces deseo tener ese mismo color de ojos, cuantas veces deseo ser parecido a ella, ser...perfecto. Pero el sabia la verdad, su madre jamás lo quiso como quería sus hermanos, jamás lo vio como suyo, como su sangre, sino, que lo vio como algo que la atormentaba.
— ¿Puedo preguntarte algo? — Victoria asintió — Si Roan, Colin o tal vez Alaric debían casarse ¿Hubieses cedido tan fácil como lo hiciste conmigo? — Victoria se sorprendió al oír la pregunta del niño.
— Jayden...
— Responde, ¿Si los Romanov hubiesen pedido a uno de mis hermanos, hubieses aceptado? — el quería escuchar un "si" saliendo de los labios de su madre, quería que ella lo mirara a los ojos y le digiera que los amaba por igual y que entregarlo le dolía. Pero no fue así, su madre solo guardo silencio.
— Yo...
— ¿Aceptarías, mama? — Victoria suspiro antes de negar.
— No, jamás lo habría aceptado — esas palabras fueron como una apuñalada a su pecho, y eso solo le recordó nuevamente que su madre no lo quería.
Jayden sintió sus ojos cristalizarse y soltó una pequeña risa amarga. Ella jamás lo iba a querer, y era por esa misma razón, que a ella no le dolía entregarlo en bandeja de plata a los negros.
A la lejanía escucha la música cambiar a un ritmo de tambores y cascabeles. Su madre intenta acercarse, pero el retrocede no queriendo que ella lo toque.
— Es hora, afuera ya te esperan — madre e hijo miraron en dirección a la puerta, Danil entro a la habitación preguntándose porque su esposa e hijastro tardaban tanto. — ¿Esta todo bien? — pregunto Danil mirando el rostro triste de su hijo. El omega le sonrió débilmente antes de salir de la habitación.
El aún no había visto nada así que la curiosidad fue genuina al salir. Su boda fue una de las afortunadas que pudo darse antes del invierno así que los pasajes podrían ser decorados con flores frescas, había guirnaldas blancas adornando los cielos y todo el camino fue bañado en arroz y pasas. Las bodas como eran tradición en las familias se realizaron fuera de las villas, había muchas fogatas pero las principales estaban hasta el final, casi al comienzo del poblado, tres hogueras inmensas, las que estaban a los lados se reunían las personas de mayor jerarquía y en la del medio era para la familia principal; frente esta última será donde se enlazarían.
— Jay — el omega miro a su lado y le sonrió a su padrastro. — Lamento ser yo el que deba entregarte, se que seguramente hubieses deseado que tu padre biológico este a tu lado — Jayden miro con confusión a su padrastro — Lamento no ser tu padre — murmuro el alfa acomodando el velo rojo en la cabeza de ese niño al que había criado desde que este tenia siete años.
Jayden guardo silencio unos minutos, justo cuando los tambores volvieron a sonar anunciando su entrada le dirigió una mirada a su padrastro, quien miraba el fuego de las hogueras como si fuera lo mas interesante del mundo.
— Te equivocas, Danil. — el hombre lo miro, expectante — Si eres mi padre. Y es por esa misma razón, por la que quiero que hoy me entregues tu. Quiero que mi papa me entregue.
El corazón de Danil se calentó con las palabras del niño. El hombre tomo el rostro de su hijo entre sus manos, y dejo un pequeño sobre la frente de este sobre el velo rojo que cubría el dulce del niño y las lagrimas en el.
— Mi pequeño, mi cachorro — sonrió Danil y Jayden le correspondió.
Recorrió todo el camino junto a su padrastro y madre, todos los observaban mientras lanzaban sus buenos deseos con la música de fondo. Al llegar el oficiante tomó su mano y la unió a la de quien sería su alfa, haciendo le entrar al círculo de flores blancas con cuatro velas colocadas en orden cardinal donde solo ellos pueden entrar.
El oficiante comenzó el rezo mientras le daba una daga de acero a Aleksander, él está dispuesto a aceptar que por un momento imagino a este alfa apuñalándolo y reclamando su venganza, la venganza de toda la familia Romanov; mas no hizo eso, tomó su mano derecha y la cortó en la palma para luego hacer lo mismo en la propia y luego unirlas. Una tira de tela blanca e inmaculada fue puesta sobre sus manos unidas, cada uno tomó un extremo y comenzaron a envolverse las manos hasta terminar con un lazo. En este punto la voz del oficiante era un zumbido en su oído, este había recolectado la sangre que derramaron en una copa y con la yema de sus dedos les untó un poco en la frente antes de pasar la copa a el alfa quien sin dudarlo tomó un trago.
— Que los dioses los guíen en su sabiduría y destreza, que los protejan en la guerra...
Tiene un vago recuerdo de esta oración, el mismo la presenció en la unión de Danil y su madre, recuerda todo hasta el final y si es honesto está en su parte favorita, donde los dioses los bendicen y cubren con su manto una unión que tiene el deber de perdurar hasta el final de sus vidas. Sus ojos que habían permanecido en la unión de sus manos miran hacia arriba sin poder atrapar el de quien en este momento se está convirtiendo en su alfa. Aleksander no lo ha mirado ni por un solo segundo, su mirada está fija en el fuego danzante detrás del oficiante, iluminando sus ojos azules. Él lo ve, el reflejo de alguien quien está siendo enlazado con un bastardo llamado así desde que era un niño, la vergüenza lo atrapa y aparta la mirada, agradece el velo que tapa su rostro, que lo vean lagrimear sería demasiado para él.
Esta unión nunca podría tener amor, se da cuenta. Son un tratado de paz obligado a la fidelidad del cuerpo, ellos no obtendrán paz.
— El enlace debe ser completado.
Aleksander toma una respiración profunda y con su mano libre libera el velo dejándolo caer a la espalda de Jayden quien descubre su cuello para el alfa quien se inclina para alcanzar su cuello, en todo este proceso sigue sin mirarse a los ojos. El escozor lo hace regresar al presente, sus ojos arden en lágrimas calientes, duele, hacer un lazo duele, pero luego lo siente como otra piel vibrando a través de él y lo sabe; esas emociones no son suyas pero aun así las comparte. Su alfa se separa un momento y mira fijamente la marca antes de acercar de nuevo su boca y lamer la sangre en la herida, su saliva ayudará a cerrarla y convertirla en una cicatriz blanca y sana.
El resonar de tambores empieza antes del cántico y los aplausos, el mira por curiosidad a su familia. Su ahora suegro sonríe, la dama negra Alice hace una mueca parecida a una sonrisa de piedad mientras asiente con la cabeza, su madre sigue teniendo esa mirada que no encaja por completo en tristeza pero que nunca será alegría, Danil sigue sin reflejar emoción, Colin y Alaric solo mantiene una mirada de compañerismo con él y Roan parado a un lado de su cuñado Gael mira fijamente sus manos aun enlazadas, casi parece anhelo. Cuando salen del círculo, Alice se les acerca y los bendice con fertilidad.
— Tendrán hermosos niños, me darán nietos a los que atesorar y expandieran nuestras tribus hasta los confines — luego de eso, la mujer toma los lados sueltos del lazo hecho con la cinta ahora bañada en su sangre y lo arroja al fuego pues el lazo que los une ahora es eterno e intangible.
— ¡Que empiece la celebración!— declaró el Alfa Vlad, ambas mafias y pueblos empezaron a reunirse en familia, los omegas y mujeres repartieron la comida y las danzas empiezan una vez más mientras se sienta junto a su esposo frente a la hoguera.
Pero, Aleksander sigue sin mirarlo.
— ¿Estas bien?
— Si.
Desde la lejanía, una mujer de cabello rojizo, se acerco al heredero de la familia Ivanov, moviendo sus caderas seductoramente. Danil rodo los ojos ante la hija de uno de los miembros de la mafia negra, mientras que Victoria estaba feliz de ver a una omega de la mafia negra con interés en su hijo.
— Pide su mano — le ordeno Victoria a su hijo mayor quien la miro.
— ¿Que? — pregunto sin comprender
— Pide la mano de aquella joven, despósala, vuélvela tu esposa y la madre de tus hijos. Es una buena joven, su madre murió cuando ella tenia cinco años, desde entonces su padre ha intentado deshacerse de ella, su familia tambien es poderosa, ella es un buen partido — insistió Victoria mirando a su hijo. — ¿Esta bien Roan? — el alfa asintió.
— Si, madre. — Victoria sonrió dejando un beso en la mejilla de su hijo antes de caminar hacia su mesa nuevamente.
La mirada del alfa de cabello rubio viajo hasta chocar con aquellos ojos azules y cabello platinado como la luna y la plata que lo volvían loco, pero tambien vio el dolor y la desesperación en ellos.
— ¿Me concede un baile, mi señor? — Roan miro a la pelirroja que se había acercado a el y extendía su mano. El alfa sintió la mirada de su madre en el, así que acepto la mano de la pelirroja quien sonrió cuando el alfa la llevo a bailar.
Cuando el alfa busco nuevamente aquella mirada azulada, la encontró pero esta vez con los ojos cristalizados, Roan tuvo que usar todo su autocontrol cuando vio a la persona que le quitaba el sueño salir a toda prisa de la fiesta.
Era la hora de ir al lecho nupcial ahora que los hombres estaban muy borrachos para sostenerse, los cachorros se cansaron de corretear y las mujeres tienen los pies hinchados por el tiempo que duraron danzando; todos felices y con la barriga llena. Ahora los recién casados se despiden y van al lecho nupcial, Aleksander hace un tiempo fue llevado por los hombres, desapareciendo de su lado.
Alice se acercaba junto a las ancianas de la tribu Romanov, su madre aun muy arrepentida por la charla que había tenido con el, intentaba acercarse pero Jayden solo se acercaba mas a su suegra. Las ancianas de la tribu Romanov y la dama negra lo escoltaron adentrándose en la villa hasta el corazón del pueblo; la mansión Romanov, el Alfa en jefe mientras las viejas entablaron una conversación donde intentaron arrastrarlo.
— Aleksander debe comenzar pronto los preparativos para su propio hogar.
— Si, pero como es costumbre vivirán con la familia del alfa hasta entonces — respondió Alice a las omegas mayores, para luego dirigirse a él — no dudes en pedir algo que quieras que se construya en tu futuro hogar — le aconsejo la mujer con una pequeña pero sincera sonrisa.
— Por supuesto que no debe durar, después de todo será su casa, donde vivirán y criaran a sus cachorros.
Jayden les respondió con un asentimiento y una diminuta sonrisa, no quería hablar. Al cabo de unos veinte minutos llegaron a la mansión Romanov y fue dirigido por los pasillo al lugar que compartiría con su esposo, no tardo tanto en reconocer el camino, hace algún tiempo atrás, cuando sus familias no estaban enemistadas, el había estado en esa casa y había recorrido cada rincón de ella con el hijo del líder de la mafia negra y este es el camino que pocas veces recorrió para jugar con el; era el camino a los aposentos de Aleksander Romanov.
Fue dejado frente a la puerta, todos lo miraban expectantes y así con una última mirada a su madre quien permanecía seria se dispuso a abrir las puertas. Si lo piensa es casi poético, entrar ahí como un omega puro y salir al día siguiente como un omega enlazado en todo el sentido de la palabra. Aleksander ya estaba allí, se dio cuenta, mientras se cerraban las puertas a sus espaldas, el estaba sentado en uno de los extremos de la cama mirando por el gran ventanal hacia el bosque, la túnica de color negro que huso durante la ceremonia ahora era un ovillo en el suelo dejando el torso del alfa cubierto por una fina camisa blanca. El bullicio era un eco a la lejanía que no lo distrae lo suficiente de la presencia frente a el iluminado tenuemente por el fuego crujiente de la chimenea.
— Estamos obligados a cumplir con nuestro deber y lo que se espera de nosotros — dijo Aleksander, con voz ronca por las horas en que no fue usada.
— ¿Y que seria eso? ¿Abrirte las piernas? — pregunto a la defensiva el omega y el alfa soltó un gruñido al oírlo.
— Haremos lo que se espera de nosotros, y que te comportes de esta manera intentando retrasarlo, no cambiara nada. Solo me abrirás las piernas una vez, después ya no te tocare jamás — afirmo el alfa.
Aleksander se pone de pie y voltea a verlo, él sabe lo que se espera de él esta noche, tiene miedo pero obliga a sus manos a no temblar ni aferrarse a su ropa mientras da cortos pasos hacia el centro de la recámara con un valor que verdaderamente no siente. Aleksander camina hasta él sin mucha prisa y queda a unos tres pasos de distancia, sólo entonces, por fin, lo mira a los ojos mientras extiende la mano a la túnica del omega.
— No — dijo Jayden en apenas un susurro — no se si pueda...— El lo sigue mirando directo a los ojos, pero apartó sus manos.
— Es nuestro deber y el propósito de todo esto, Jayden. Tu sabes esto mejor que yo.
— Lo se, de acuerdo... si, esta bien pero si me lastimas, te arrancaré la cara Aleksander — el alfa lo mira divertido mientras reanuda nuevamente la tarea para desvestirlo. Una vez que estuvo en la fina tela de su camisón, Aleksander toma sus hombros y lo guía para que se siente en la cama, así lo hizo, de nada servirá resistirse; su alfa se puso de cuclillas a sus pies llevando una de sus manos a su propio cabello blanco marfil para soltarlo.
— ¿No te molestara? — Aleksander le dio una expresión confundida — tu cabello quiero decir
Aleksander se vio muy divertido ante su pregunta, llevo los mechones de su cabello atrás de su oreja mientras se encogía de hombros y tomaba uno de los pies del omega desatando sus zapatos hasta liberar el pie, deja un beso en su tobillo que hizo saltar a Jayden, no se lo esperaba, Aleksander hizo exactamente lo mismo con el otro pies obteniendo la misma reacción de nuevo. El alfa colocó una mano en cada rodilla de su omega, comenzó a arrastrar el camisón a esa altura hasta que sus dedos tocaron la piel, lo miró de nuevo a los ojos mientras sus manos subían por sus muslos. Él realmente no quería admitirlo pero un toque tan suave hacia cosas por él, estaba mojándolo, no era su culpa, eran las hormonas.
— ¿Cómo lo quieres? — pregunto el alfa con algo de excitación en su voz
— ¿Que? — eso sin duda salió como un chillido — ¿Qué cosa? — Aleksander suspiro ante la inocencia de ese niño de cabello rizado
— El nudo omega, ¿Cómo se te haría más cómodo tomarlo?
— Yo, no lo sé... ¿De espaldas quizás?
— Ohm, esa es la típica pose de presentación de un omega al alfa — tan suave como vino se fue el toque y Aleksander se enderezó en toda su altura — Hazlo entonces, omega. Abre tus piernas para mi.
Él podía hacer esto y él tenía que hacerlo, giró su cuerpo y gateó un poco más haya de la orilla, separó las rodillas mientras pegaba su pecho al colchón y estiro las manos sobre su cabeza; el sonrojo que vino con la nueva posición fue inevitable, el estaba presentando, con las mejillas de su trasero al aire y lubricante brillando. Aleksander se posicionó detrás de él con las rodillas tocando la cama.
— Esto puede llegar a doler levemente, pero es necesario.
No hubo necesidad de preguntar, más temprano que tarde sintió una mano separa su abertura y dedos inquietos rozando su entrada; a la primera presión de los dedos no fue una sorpresa para el que su cuerpo producirá más lubricante, cualquier omega es sensible a él estímulo. Empezó lento, apenas y una exploración hasta que el dedo pudo deslizarse sin mucha resistencia por sus paredes internas hipersensibles; no era suficiente.
— Más
Así se agregó otro dedo, las feromonas comenzaron a elevarse, el alfa tras él estaba comenzando a excitarse y eso lo animó, él podía hacer esto. Un jadeo escapó de sus labios, su cuerpo se sacudió y pegó más el pecho a la cama mientras sus caderas se movían en busca de más.
— ¿Q-que fue?
— Esto — respondió Aleksander mientras volvía a presionar algo desde adentro que lo hizo gemir más fuerte esta vez — Es tu punto dulce, omega, creo que ya está bien"
Así saco sus dedos, Jayden casi sintió la pérdida hasta que algo que en definitiva no es un dedo empezó a presión
— Relájate, iré despacio — dijo el que en definitiva no iba a ser penetrado, soltó un resoplido ante el pensamiento. Aleksander comenzó a empujar, todo el aire de sus pulmones se escapó mientras su cuerpo se abría para recibir a el alfa — está bien omega, casi estamos ahí.
Eso fue falacias, él sintió cada minuto que tardó en ser penetrado, todo el recorrido le dijo que lo que sintió al inicio fue solo la punta del iceberg. Aleksander comenzó a besar su cuello y Jayden giró su cabeza para darle espacio, los besos bajaron de un poco hasta su espalda.
— Voy a moverme.
Fue así, apenas comenzó como un balanceo de caderas, el cual fue aumentando por su excitación y la de omega, y con el Jayden aprendió nuevas cosas de su cuerpo, sintió como se abrió y tomó todo lo que este alfa estaba dispuesto a darle, como de su entrada escurría lubricante y se deslizaba por sus muslos, sentía el golpe de las bolas del alfa contra las propias a medida que las embestidas aumentaban y esto le daba otro tipo de estímulo, pero en definitiva lo que más sintió fue el choque constante que recibe su punto dulce.
— Por favor, Alfa, yo...
— Tranquilo, está bien, tengo que hacerlo — el sonido de cuerpos chocando baño la habitación, su vientre comenzó a sentir un cosquilleo y al cabo de unos pocos minutos el se vino, gimiendo y sollozando mientras Aleksander perseguía su propio orgasmo a través del cuerpo sensible bajo el, no tardo mucho después, su nudo se expandió encajado dentro de su omega quien entre la sobre estimulación y el nudo se vino otra ves, en seco — Esta bien, omega. Está bien, nos acomodare
Aleksander tomó su cintura y con sumo cuidado los maniobró quedando él como la cuchara grande y Jayden como la pequeña. El alfa comenzó a acariciar sus costados, consolando al omega que sollozaba mientras tomaba su primer nudo. No había ruido al exterior cuando ambos se quedaron dormidos. Pero el alfa sabia que cuando un nuevo día llegara, le pediría un te anticonceptivo a las sirvientas.
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Updated 97 Episodes
Comments
zeelikebee
pues su "cariño" se lo puede meter por donde no le da el sol
2025-03-22
0
Zaurus
La verdad me ultra caga la Victoria
2024-07-19
4
Jitae❤️🔥
Quiero llorar, me da mucha pena por Jayden que tenga que pasar por todo esto..
2024-07-01
1