°°° Sebastián°°°
Me encuentro en un bar acabando mi décima cerveza y media de tequila. Al llegar del Instituto me encontré con mi padre, ahora resulta que se va a
volver a casar por cuarta vez en menos de seis años.
—Oye guapo, ya vamos a cerrar— Me dice una camarera que no está para nada mal, busco en mi billetera y dejó sobre la barra un billete de cien dólares.
En el parking saco un cigarrillo y comienzo a darle cortas jaladas. Me monto en mi auto, avanzó como tres cuadras, al pasar por el cementerio, me doy cuenta de que de un auto lanzan un pequeño cuerpo a la frialdad del asfalto.
°°° Blanca°°°
Caminó lentamente por el cementerio al llegar a la salida, siento que unos brazos envuelven mi cuerpo, un olor repugnante se filtra en mis fosas nasales y hay todo se volvió negro.
Me despierto mi cabeza duele, me encuentro recostada en el asiento trasero de un auto. Abrí la puerta del coche, intenté huir, pero mi movimiento fue tan rápido e impensado que caí al suelo junto al coche.
Una mano sujeta mi tobillo, entonces me di cuenta de que estaba atrapada.
A punta de empujones me hacen entrar en una cabaña.
— ¿Se quiere escapar la nena?—
— Es una zorra…—
Dice una segunda voz igual de desconocidas que la primera.
Los recién aparecidos comenzaron a brincar como incluyéndose oportunamente en el juego. Uno de ellos se acercó, puso un zapato sobre mi antebrazo para que no pudiera levantarme.
De reojo veo ingresar a otro hombre, los gestos de su cara reflejan mucha crueldad con pasos decididos, se lanzó sobre mí, aterrada, veo que se vaga el cierre del pantalón, se acerca a mi rostro y pasa su lengua por él.
Término de sacarse los genitales, sus piernas presionan mi cintura inmovilizándome.
Los dos mirones se reían
—Come—
—Suéltame, cerdo— escupí e hice la cabeza a un lado.
—Cállate—grito, algo mi cabeza y me azotó— Lo estás echando todo a perder—
— No te atreves a volver a interrumpir.—Digo uno de los mirones.
Me abofeteó cuatro veces con la mano abierta. Sentí que la cara me reventaba de ardor, mi boca me sabía a metal.
Se puso de pie y al instante aproveché para levantarme a medias y correr, pero uno de los tipos aprovechó, me agarró de los cabellos.
—Ven acá— abrió una puerta y me lanzo sobre una cama.
Entre los tres, a tirones, me quitaron una a una mis prendas de vestir hasta dejarme totalmente desnuda.
Uno de ellos, sé bajo los pantalones, me hicieron girar poniéndome de espaldas y, por la fuerza, me obligaron a morder una correa.
En una esquina de la habitación entre lágrimas pude observar la sombra de un cuarto hombre, él solo se dedicó a observar.
Fue muy doloroso.
Grite
Lloré
Pero no había nadie cerca.
Cuando se habla de abuso sexual solemos pensar” eso a mí no me ocurrirá”
No recuerdo lo que me obligaron a realizar después. Y lo que recuerdo no quisiera comentarlo. Los tres estuvieron haciéndome todo tipo de ultrajes por más de una hora. Lo más absurdo fue que cuando terminaron, me obligaron a vestirme y a subir al auto.
No estaba consciente del tiempo se llevaba, hay sentada hasta que la puerta se halla y me expulsan contra el pavimento. Levanto mi mirada y me encuentro en la entrada al cementerio.
La congoja volvió a invadirme y me limpié las lágrimas con furia. Debía levantar la cabeza y sin vergüenza. ¿Por qué me había pasado esto? A ver qué no me controlaba, grite, hasta que las fuerzas se me acabaron me coloque en cuclillas y solté a llorar inconsolable.
De pronto sentí la presencia de un automóvil detrás de mí. El ronroneo del motor a escasos metros de distancia me hizo darme cuenta de que alguien me observaba. El miedo me invadió de inmediato paso por mi cabeza que otra vez habían regresado a volver a lastimarme.
El auto tenía las luces apagadas. Me hallaba postrada, indispuesta para defenderme.
Permanecí en el suelo unos minutos más, esperando sin voltear. Al ver que pasaba el tiempo y nadie se acercaba, el instinto de conservación bueno lo que me quedaba de él. Me puse en pie y me eché a caminar con la cabeza agachada. Mi cuerpo dolía y mi vientre bajo no lo soportaba.
Abrupta, repentinamente mi cuerpo choco con el cuerpo de un hombre que estaba parado frente ami. Me asusté. Levante la vista. Y mi mundo se desvaneció en la completa oscuridad.
—Estarás bien—fue lo último que logre escuchar.
Solo sabía que me sentía segura por primera vez en mi vida.
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Updated 36 Episodes
Comments
Rosalinda Quintanilla
cerdos infelices, desgraciados, que los agarren y los capen
2024-02-20
3
Carina Moreno
que hdp se les va a podrir,puercos,marranos,los odio!🤬
2023-05-29
2
Adriana Araceli González Alonso
para su mala suerte a de ser un viejo apestoso igual k su papá😡😡😡
2023-04-27
1