Capítulo 9

Tras varias horas de vuelo, el avión aterrizó en una ciudad de Alemania. Ahí Mellea bajo y fue hasta la salida del aeropuerto donde tomo un taxi y le dio una dirección anotada en un papel.

— bitte an diese Adresse. [ A esta direccion Por favor ]— Le dijo Mellea.

El auto no tardo en arrancar y finalmente comenzo a viajar hacia fuera de la ciudad. Al llegar a una cierta parte el auto se detuvo y el chófer habló.

— Es tut mir leid, dass ich es nicht weiter ertragen kann. Wenn Sie hier 6 Blocks weiterfahren, kommen Sie an Ihrem Ziel an. [ Lo siento no puedo llevarla más alla, si sigue 6 cuadras derecho llegara a la dirección. ] — Le dijo él hombre.

— Mach dir keine Sorge. danke, nimm [ No se preocupe... Gracias, tome ] — Le respondio Mellea dándole unos billetes para pagar.

Después de esto bajo del auto y así comenzo a caminar. Hizo lo que el hombre le dijo, camino seis cuadras y finalmente llego a la casa que decía la dirección. Pero esta estaba abandonada. Justo bajo la banqueta estaba un auto y no tardo en bajar un nombre.

— ¿Mellea?— Preguntó el.

— Si — Respondió ella.

El le abrió la puerta del auto y Mellea entró para asi después ser acompañada por ese hombre. El auto comenzo a avanzar hacia otra direccion saliendo de aquel lugar y entrando a una carretera.

— Te mudaras a un pequeño pueblo a las afueras de la ciudad, ya tienes un trabajo a partir de este lunes. Trabajaras en una cafetería, si no sabes de esto igual dije que tenias poca experiencia. El dinero de tu madre se dio a tu seguro por cualquier cosa y te dejamos otro poco en la tarjeta para que te compres víveres y ropa mientras te acomodas, la casa en la que Vivirás pertenecia a una anciana pensionada, el registro hará ver que como eres su sobrina te la dejo a ti. — Le dijo él hombre.

— Muchísimas gracias...— Le dijo Mellea.

— No hay de que. —..

...

Tras varias horas de viaje por fin llegaron a ese pueblo y el auto siguió conduciendo hasta llegar a un pequeño fraccionamiento en donde llegaron hasta una casa.

El auto se detuvo y el hombre le entrego las llaves de esta.

— Suerte. Hay un poco de comida en la nevera, y solo dos cambios de ropa. Le aviso que no puede volver a contactarme — Dijo el hombre.

— Le agradezco todo — Dijo Mellea para asi salir del auto y así caminar hasta aquella casa.

El auto no tardo en irse y Mellea fue hasta la puerta. Miro el jardín que estaba seco y algo feo y después con las llaves abrió la puerta de dicha casa.

Entro a esta y encendió las luces para asi ver todo. La decoración era anticuada y se veía algo desgastada. Sin embargo embargo estaba en perfecto cuidado.

Mellea camino hasta la cocina y encontró en esta un par de sodas y unos filetes de pollo. Sin ánimos tomo las sodas y abrió unas para asi caminar hasta la habitación dejando la mochila en una mesa. Al abrir la puerta de la habitación vio la cama grande y fue hasta esta para sentarse ahí.

Mientras bebia su refresco por fin sintió calma, se sintió segura y tranquila por lo que comenzo a llorar sin querer. Habia una sonrisa en su rostro, pero lloraba por qué después de tanto anhelar había logrado la libertad y la paz que estaba buscando....

...

Por otro, Alessandro había movido todo el país para buscarla, pero simplemente el trabajo estaba echo de manera perfecta.

Notaron que pjdo haber salido disfrazada de pelirroja pero la perdieron en el aeropuerto y de ahi la mujer pelirroja había logrado evitar cámaras para asi salir desaparcibida.

Alessandro interrogó a su madre, sin embargo ella logró mentir a la perfección e incluso los guardaespaldas la habían acompañado fuera del centrocomercial.

Por supuesto Alessandro estaba demadiado mal, ya había asesinado sin querer a tres de sus hombres y dos sirvientas, comenzon a beber a mares mientras destruía todo en la habitación de Mellea... estaba volviéndose más loco...

...

A la mañana siguiente. Mellea se cambió de ropa, y sin dudarlo salió de casa para asi ir hasta un pequeño restaurante en donde desayuno algo pequeño y después fue al centro del pueblo.

Ahí entró a una estética y un hombre fue quien la atendio.

— ¿En que puedo servirle? — Le pregunto el hombre. Mellea le miro y quedo fascinada con el maquillaje que el tenia. — Lo se lose, si gusta puede atenderla una de mis compañeras — Dijo el joven.

— N-no no es eso es solo que. Tu maquillaje, es espectacular — Le dijo Mellea sonriendo.

— Oh, gracias guapa. — Le dijo él hombre. — ¿Dime que puedo hacer por ti?— Preguntó él.

— quiero un cambio pequeño... mi cabello, quiero que sea diferente, quiero ser irreconocible — Dijo ella.

— ohh! Fantástico. Será así entonces. Ven siéntate belleza — Le dijo él guiandola a una silla.

Mellea se sentó en esta frente al espejo y el se puso tras de ella para observar su cabello.

— No no, es el cabello más hermoso que he visto en mi ¡VIDA!. Es suave, brillante, se nota que lo cuidas mucho — Dijo el mientras le peinaba con los dedos.

— ¿Tu crees?.— Preguntó Mellea.

— No lo creo, lo afirmó.! Sería una pena tener que teñirlo, arruinaría este bello cabello. Pero!. Con un corte puedo asegurarte que te veas R-A-D-I-A-N-T-E — Dijo el.

— Entonces confio en ti — .

Finalmente pusieron manos a la obra, el hizo un gran esfuerzo y le propuso incluso ideas de vestimenta para cambios de look.

Tras algunos minutos Mellea termino lista con un corte medio y con pequeñas extensiones de colores morado, rosado y azul.

— Vaya... Me siento más joven — Dijo Mellea riendo un poco.

— Tú rostro se ve como el de una jovencita, hay que aprovechar. Y como dije las vestimentas que te dije te harán ver como una diosa — Le dijo el.

— Mmh... no se de ropa... ¿Estás libre ahora?— Preguntó Mellea.

— ¿Libre?. Pues ¿para que o que?— Preguntó el cruzadondose de brazos.

— Bueno, soy nueva aquí... no se donde comprar ropa y mucho menos que comprar... necesito un... amigo que me ayude — Dijo ella.

— Pues me A-PU-NTO — Dijo el quitándose el mandil para ponerlo en una mesa. — Sara, hazte cargo por mi por un bono extra. — Dijo el feliz.

— Cuanto es por esto?— Preguntó Mellea sacando algo de dinero.

— Eso es invitación de la casa, vamos baby. — Le dijo él.

Mellea no supo que más decir y finalmente se encontraron saliendo de aquella estética para asi ir hacia unas tiendas.

— Por cierto mi nombre es Amadeus, Vesper. Y tu guapa?— Preguntó él tras presentarse.

— Me llamo... Mellea Mayers...— Dijo Mellea sonriendo.

— Oh por dios, hasta el nombre es dulce, Miel en Italiano amo a quien te puso ese nombre — Dijo el.

Y así.. Mellea hizo un nuevo amigo...

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