Capítulo 7

Pasaron varios días. Mellea seguía saliendo todos los días a ese lugar. Alessandro le daba el permiso de ir a donde quiera por lo que en una de esas veces Mellea aprovecho para ir a una florería y después fue hasta el panteón donde entro al lugar reservado de la familia Vi Desmont.

Ahí fue hasta la tumba de Arthur y con todo el dolor de su corazón dejo el ramo de flores para después mirar al cielo.

— ( Pronto sere libre Arthur.. Pronto... Veras que... Haré lo que me dijiste...)— Pensó Mellea al mirar al cielo recordando las palabras que Arthur antes le había dicho.

"Si un día llego a faltar en tu vida, que espero sea nunca ajaja. Quiero que seas feliz y sigas viviendo... Yo no quiero ser de quien dependa tu felicidad por que solamente estoy aqui para complementarla... Si un día muero, vuelve a enamorarte y se muy feliz no importa si para eso debes olvidarme...". — Palabras de Arthur. Esas palabras formaron parte de sus votos en el altar.

Tras dejar las flores y rezar unos minutos Mellea se dispuso a irse asi que acompañada de esos hombres fueron hasta el auto y ahi subió para después ser llevada de regreso a la mansion Capella...

Al llegar a la mansion Mellea fue hasta la habitación en donde se dispuso a darse un baño. Mientras que el hombre encargado de Mellea fue a la oficina de Alessandro donde le entregó el informe de los lugares que Mellea había visitado en el día de hoy.

Alessandro comenzo a leerlo y fue ahi que su furia ardió de nuevo. Azotó el reporte contra la mesa y después se puso de pie.

— No quiero que vuelvas a llevarla a ese lugar... ¿Me oiste?— Le dijo al hombre.

Este último asintió y después Alessandro salió de la oficina para asi ir hacia la habitación de Mellea. Mellea salía de darse un baño por lo que sólo estaba vestida con una bata mientras secaba sus cabellos.

Justo ahi escucho la puerta ser tocada por lo que se levanto para asi ir a abrir esta. Al abrirla y ver a Alessandro un escalofrío invadió su cuerpo pues esa mirada llena de molestia le causó un enorme miedo.

— Fuiste al panteón... ¿Por que?.— Preguntó él.

— Y-yo... fui... a dejarle flores...— Dijo Mellea retrocediendo en la habitación. Alessandro avanzo con cada paso que ella retrocedía mientras se notaba como la amenazaba solo con verla. — No creí que te molestaría...— Dijo Mellea nerviosa.

— Pues ahora lo sabes... Te dije... que NO PUEDES VOLVER A ENAMORARTE MENOS DE UN MALNACIDO QUE ESTA MUERTO!— Le Grito Alessandro terminando por soltarle una bofetada. Mellea se quedo en silencio temblando de miedo y justo de nuevo sintió a este casi sobre ella.

Alessandro le tomó del cuello apretando este mismo para después acercarla hacia el..

— Ales...Alessandro...~... ah..... me lastim-as...— Le dijo Mellea.

— He echo todo.... para que te enamores de mi... TODO.... y sigues pensando en ese idiota que jamas volvera!!..— Le dijo Alessandro molesto. Mellea frunció el ceño sintiendo como el le cortaba la respiración y ahi termino por darle una bofetada.

El la solto y después esta retrocedio hasta caer al suelo respirando agitada pues estaba a nada de desmayarse por lo fuerte que hizo aquello. Alessandro le miro furioso y se acercó a esta para levantarla tomandola de los brazos. Pero esta vez Mellea reacciono más agresiva.

— ¡VAMOS MATAME!!!... ¡MATAME COMO MATASTE A TU HIJO EN MI VIENTRE!!¡Matame!... vamos...— Le Grito Mellea. Alessandro se quedo helado y termino por soltarla, sintió un dolor inmenso en su pecho y después termino por salir de la habitación.

Apenas se fue Mellea se sento sobre la cama y despues se echo a llorar por el miedo que había sentido.

...

Para la mañana siguiente Mellea fue hasta la oficina de Alessandro y ahi abrio la puerta.

— Mi madre me invito a comer un helado... ¿Puedo ir...? O de nuevo estoy castigada..?— Preguntó Mellea. Alessandro solamente fruncio el ceño con sus palabras y miró su cuello cubierto de moretones por el agarre de anoche asi que solamente sacó de un cajón una pomada misma con la que se acerco hasta dársela.

— Ve... Y ponte esto — Le dijo Alessandro señalando el cuello.

Mellea tomo la pomada y sin decir nada salió de la oficina para asi irse de ahí. Alessandro solo se sentó de nuevo en su escritorio comenzando a beber un poco para sentirse más calmado.

Mellea salió de la casa y fue en camino a aquel centro comercial, hoy seria el día en el que su gran escape se llevaría a cabo...

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