Donde todo inicia

Desde el momento de mi nacimiento, mi destino no me perteneció, si comía era gracias a alguien más, si dormía era gracias a alguien más, yo no era nadie, lo supe desde el primer momento, a la corta edad de seis años, ya poseía todos los conocimientos médicos descubiertos hasta el momento, cuando cumplí nueve, una extraña enfermedad surgió en el califato Macenio, mi padre fue enviado a Mirza para intentar detener la enfermedad, luego de semanas, mi padre envío una muestra de la enfermedad con una carta, solicitaba que hablara con los médicos de Zerén, mientras los médicos realizaban pruebas, decidí robar una pequeña muestra y experimentar por mi cuenta, luego de dos meses de experimentación, conseguí diseñar una poción lo suficientemente buena, la cual parecía frenar la infección, con incertidumbre fui con los médicos y les mostré mi descubrimiento, mientras ellos experimentaban con la poción, envié en secreto otra poción a Mirza con la receta incluida, este envío estaba destinado a mi padre, pasado más de un mes, mi padre envío una carta informando que gracias a mí la enfermedad consiguió ser detenida.

Día 23 del sexto mes del año 1001

En cuanto la luz del sol comenzó a filtrarse a través de las cortinas de mi habitación, alguien llamó a mi puerta

"Dorian ¿Estás despierto?", dijo una voz femenina

"Sara, puedes pasar" en cuanto me escucho, Sara abrió la puerta e ingresó

"Padre te espera en el comedor" comentó Sara y rápidamente se fue, luego de vestirme, abandone mi habitación y caminé hasta las escaleras de la villa, ingresé al comedor, solo estaba mi padre en el interior

"Hijo, hoy es tu décimo primer cumpleaños, desde que naciste fuiste entrenado por mí, pero no te di mucha información, esta noche, cuando la luna esté en lo alto te contaré toda la historia, por ahora solo te entrego esta carta, será tu primera misión" al ver la carta me di cuenta de que poseía el sello real Nabókov, con cuidado rompí el sello de cera y comencé a leer las únicas siete palabras

..."Objetivo: Hijo mayor de la familia Eberley"...

"¿Esto es?", pregunte preocupado

"Tu primer objetivo, el hijo del conde Eberley es acusado del secuestro y tortura de al menos seis jóvenes de Zerén, y a más de una docena pertenecientes a las ciudades de Nara, Mirza y Bauernhof, el conde Eberley ha sido llamado a la capital, su madre y hermano están visitando a unos familiares en la ciudad vecina, por lo que solo deberá de estar él en la mansión" informo mi padre con total calma

"Entiendo padre", luego de responder, abandone en secreto la villa, gracias al bosque pude acercarme a la ciudad amurallada sin ser visto, mi padre me entrenó en agilidad y sigilo lo cual me ayudó a ingresar a la ciudad sin ningún inconveniente, una vez dentro, me moví entre los techos de las casas, en cuanto llegue a los terrenos de la mansión Eberley, ingresé con aún más cuidado y comencé a observar cada ventana, en menos de cuarenta minutos encontré la habitación del hijo mayor, decidí esperar hasta la hora del almuerzo, el hijo decidió comer en su habitación, confieso que mi primera impresión del hijo mayor fue de asco, era un tipo bastante gordo y desaliñado, cuando terminó de comer los sirvientes recogieron todo y lo llevaron a la cocina, me infiltre y me dispuse a escuchar a los cocineros.

"El señor desea que esta noche se prepare pavo, cerdo, codorniz asada y una tarta de frutos amargos"

"Ese hombre come más que cualquiera en la ciudad, ayer se comió las últimas codornices que quedaban, tendré que enviar a alguien al mercado"

"Muy bien, hazlo rápido y baja un poco la vos, no sabemos quién podría escucharnos"

"Bah, ese hombre ya debe de estarse divirtiendo con alguna pobre sirvienta" lentamente abandoné la cocina y me dirigí de regreso al bosque

"Veamos, debe de haber bayas de belladona por aquí" comente libremente mientras buscaba un pequeño arbusto perenne la cual debía contener algunas bayas negras y brillantes, el sabor de estas bayas son amargas, además de contener atropina, la cual en pequeñas dosis causa alucinación, pero en exceso puede llegar a matar a alguien, en una bolsita comencé a juntar las bayas con el suficiente cuidado de no reventar ninguna, cuando junte al menos ocho, con cuatro sería suficiente, pero decidí no arriesgar, con todo preparado, regresé a la mansión y esperé a la hora de la cena, los sirvientes sirvieron todo y abandonaron la habitación tan rápido como pudieron, esa fue mi oportunidad para ingresar y colocar las bayas en la tarta, exprimí dos y las verti en la botella de vino que se encontraba abierta, en cuanto termine, abrí la ventana y me escondí en el balcón, no tuve que esperar mucho cuando el hijo mayor ingresó y comenzó a devorar todo lo que estaba en la mesa, apenas y si se percató del sabor particular del vino, unos cinco minutos después el hijo del conde colocó su mano derecha en su pecho y cayó muerto, regresé a la villa tranquilamente sin que nadie se percatara de mi presencia

"Como fue la misión" pregunto mi padre en cuanto ingrese a mi habitación

"El hijo del conde sufrió de un ataque al corazón luego de comer bayas de belladona", respondí sin prestar mucha atención

"Ve abajo, come un poco y luego ve a la biblioteca" en cuanto termines de comer, me dirigí a la biblioteca y mi padre me enseñó un camino oculto "Hace ya mil años, el líder de nuestra familia era uno de los cinco magíster de la orden del hechicero, cada magíster dominaba un estilo de magia, el primero dominaba la magia oscura, el cual servía principalmente para invocar y ocultar su presencia, actualmente sus descendientes están repartidos por todo el continente, el segundo dominaba la magia divina, él podía revivir a cualquiera que hubiera fallecido hace poco tiempo, el tercero, dominaba una subclase la cual le permitía crear todo lo que imaginara, el cuarto dominaba los estados, con solo una palabra de él, el agua se congelaba o la lava se endurecía, el quinto magíster fue nuestro antecesor, él se especializó en la magia práctica, podía modificar tanto su agilidad, sigilo y fuerza a voluntad" mi padre permaneció en silencio durante algunos momento, su rostro se mantenía neutro "hace quinientos años, cuando la gran fiebre mágica llegó, nuestra familia fue la primera en rechazar la magia, perdiendo así la capacidad de usarla, los años pasaron, nuestra familia utilizó el amplio conocimiento farmacéutico que poseía para formar un estatus dentro del antaño reino de Bizandria, luego de cincuenta años como médicos al servicio de la familia real, nacio una niña, muy distinta a las demás, rápidamente se descubrió que esa niña poseía de manera nata, nuestras tres especializaciones, ella podía correr largas distancias sin perder una sola gota de sudor, era tan sigilosa que incluso las sombras de Leventia eran sorprendidas y su fuerza era tal que nadie era capaz de ganarle en un enfrentamiento directo, sus habilidades se mantuvieron en secreto" mi padre dejó nuevamente de hablar y pude observar como buscaba las palabras para continuar la historia "Cuando esa niña cumplio veinticuatro años, se enamoró y se casó con un plebeyo, de esa unión nacieron dos niños los cuales presentaron las mismas habilidades, la joven los entrenó y cuando llegaron a la edad de once años fueron presentados a su majestad el rey, luego de ver su potencial, les asignó el honor de ser sus agentes especiales, cuando el rey quisiera librarse de alguien en secreto, ellos serían llamados, ese honor ha permanecido hasta el día de hoy, tu hermana y tú, al igual que yo, somos los últimos de agentes, somos los únicos de nuestra familia que hemos heredado esas habilidades" mi padre me miró esperanzado, esperando que compartiera su emoción, pero no podía, no era lo que yo deseaba

"Aceptare este honor como lo llamas, pero mi hermana debe quedar fuera de todo esto" dije preocupado por mi pequeña hermana, quien era cuatro años menor que yo.

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