Día 30 del primer mes del año 1002
Luego del rescate de la hija del Marqués, los médicos y yo pasamos semanas investigación distintos tratamientos, el médico Francis Rynd diseñó una aguja hueca, la cual nos ayudaría a inyectar la solución directamente en la sangre del enfermo, otro médico que consiguió grandes avances fue Jaime Ferrán, quien diseñó una inyección capaz de eliminar la enfermedad, gracias a la inyección, la ciudad no tardó en ser curada
"Felicidades, creo que mi trabajo termina aquí, ya es momento de regresar a mi hogar en Zerén"
"Joven Dorian, le agradezco su ayuda" comentó Jaime mientras se despedía de mí
"Un pequeño regalo de despedida para usted" dijo Francis mientras me entregaba una pequeña caja, en cuanto termine de despedirme de todos los médicos, me reuní en la sala del consejo
"Vengo a despedirme marqués Nakamuro"
"Que tengan un viaje seguro, espero volver a verlo"
"Siempre que el marquesado tenga problemas infecciosos, puede llamarme"
"Dorian, este es un regalo de hermano y mío, es una de las botellas más antiguas que tenemos" Hana me entregó tres botellas de vino de cuarentena años de antigüedad
"Se los agradezco" luego de otra hora de despedidas, pude reunirme con los dos hermanos "¿Ya están listos?"
"Ya estamos listos" comentó Víctor mientras observaba por tercera vez su alforja, montamos a nuestros caballos y nos disponíamos a partir, cuando María pidió que la llevara en mi caballo
"¿Estás segura?"
"Sí, creo que viajaré más segura yendo con usted" sin alguna excusa, extendió mi mano y le ayudé a subir
"Bueno, creo que ya es momento de partir" tras la orden los caballos comenzaron a caminar, los casi trescientos mercenarios no tardaron en unirse al grupo "¿saben algo de Stanislav?"
"No mi señor, es posible que se retrasara en el viaje de ida"
"Esperemos encontrarlo en Zerén" las primeras semanas transcurrieron sin ningún incidente importante, cada tanto éramos atacados por lobos o bestias, pero gracias a la cantidad, podíamos hacerle frente con suficiente rapidez
Día 26 del segundo mes del año 1002
Luego de seis semanas de viaje, conseguimos llegar a Kern, junto a los mercenarios nos desviamos en dirección a la villa Los Azores
"Víctor, María, los extrañé" dijo un hombre de unos cuarenta años
"Padre" dijeron los dos hermanos y corrieron a abrazarlo
"Joven Dorian, es un placer conocerlo" comentó el hombre en cuanto pudo separarse de sus hijos
"El placer es mío, es bueno ver que puede levantarse de su cama"
"Su padre, es un médico competente, no tarde mucho mejorar"
"Y su esposa ¿cómo se encuentra?"
"Oh, ella se mejoró antes que yo, en este momento se encuentra en la ciudad"
"Víctor, María, es momento de despedirme, recuerden que mi villa no está muy lejos de aquí, podrán, visitarme y seguir estudiando"
"Dorian, quédate a cenar" María me miró de una manera tan tierna, que no pude negarme
"Dorian, que gusto verte, espero que mis hermanos no fueran una molestia" como se esperaría, el capitán seguía siendo muy carismático
"Al contrario, fue más divertido viajar con ellos, es posible que no me divirtiera si me hubiera negado" respondí con una sonrisa, en ese momento los hermanos dejaron de abrazar a su madre y se acercaron a nosotros
"Ustedes dos, por qué no me cuentan todo lo ocurrido en su viaje"
"Por donde empiezo" María estuvo un rato pensando cuando comenzó a contar "Casi morimos envenenados" el rostro de todos se puso blanco y me miraron "No fue su culpa, de no ser por él hubiéramos muerto por consumir bayas de belladona ¿eran esas verdad?"
"Si, pero será mejor que continúes con la historia" María comenzó a contar todo lo ocurrido, recalcando el secuestro de la hija del marqués y lo ocurrido en la mansión
"Ustedes ya no volverán al marquesado" dijo súbitamente su padre
"Pero..." su padre los detuvo y no les permitió seguir hablando del viaje, luego de una hora de charlas totalmente variadas, la cena estuvo lista, cenamos tranquilamente, me disponía a viajar durante la noche, pero el capitán no me lo permitió, les ordeno a los sirvientes que prepararan una habitación, intente negarme, pero sus padres y sus hermanos me solicitaron que me quedara, al final sería lo más conveniente
Día 27 del segundo mes del año 1002
En cuanto salió el sol, bajé las escaleras y me encontré con el capitán esperando
"Imagine que te irías sin despedirte, por eso mi familia lleva un rato despierta" el capitán me llevó al comedor, donde el resto de la familia esperaba, termine desayunando con ellos, teniendo en claro que la familia me detendría tanto como podría, aproveche un momento de silencio para despedirme, monte mi caballo y junto a los mercenarios marchamos hasta la villa familiar.
En cuanto comenzó a caer el sol, ingrese a los terrenos de la villa, en la entrada a la villa me encontré con Mihrimah y con Ayşe
"Bienvenido amo, esperamos que él viaja fuera de su agrado"
"Podría haber sido mejor, pero lo que más me alegra es ver que siguen sanas y a salvo" las mejillas de las hermanas obtuvieron un tono carmesí, pensaron que no me di cuenta, pero el tono en sus mejillas llamó mi atención, en cuanto termine de hablar ingresamos a la villa y Sara saltó sobre mí, permanece con ella durante algunos minutos, la siguiente en aparecer fue mi madre, al igual que con Sara, permanecimos largos minutos hablando, Mihrimah, trajo un poco de té y además de las tres botellas que estaban guardadas en la alforja de mi caballo
Luego de horas de hablar, todos nos levantamos y nos dirigimos cada uno a nuestras habitaciones
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