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Andrea.

El hilo aprieta mi vestido haciendo que mi cintura se moldee a su forma, mientras yo contengo todo el aire en mis pulmones con el fin de lograr que este quepa perfectamente.

Mi madre me mira con su típico gesto duro, frío y sin emociones, sentada en uno de los sillones de mi habitación mientras yo hago una mueca de dolor al sentir como el vestido me aprieta al punto de cortar mi respiración…

Hago un puchero triste mientras le digo a mi mamá con poco aire

--Madre, no puedo respirar.

Quita su mirada de su teléfono, me mira por unos instantes con indiferencia y responde mientras toma su taza de té

--¿No has escuchado que la belleza cuesta querida?

Sin embargo, a mí me vale madres, yo prefiero los pantalones y camisas holgadas que permitan moverme con facilidad, no esto, tomo un largo suspiro girándome nuevamente hacia el espejo. Pero sé que no debo contradecirla…

Termino de ponerme el vestido y me giro hacia a mi madre con una sonrisa fingida en mis labios, ella se levanta con su rostro sin demostrar emoción alguna, se pone a mis espaldas girándome hacia el espejo y comienza a escanear cada parte del vestido puesto en mí.

Me lanza una mirada glacial, sin simpatía

--Te dije que no comieras demasiado, ahora te das cuenta--señala mi abdomen-- esos rollos que tienes ahí dañan toda la forma del vestido…

Miro con atención el área, plana, estos días no he comido más que lechuga y agua, según mi madre debo lucir perfecta y radiante, pero estos eventos siempre me dejan cansada y hambrienta.

Pero lo peor es que no es cualquier evento, sino que en dos semanas es …

MI FIESTA DE COMPROMISO.

La cual se realizará en unas semanas. Frunzo mi entrecejo mientras miro atentamente el área

--Madre, no veo ningún rollo.

Mi madre me mira con dureza a través del espejo, yo inclino mi cabeza fijando mi mirada en el suelo, me muerdo el labio sabiendo que ahora vendrá un gran regaño por haberla contradicho. Ella pasa su dedo índice por mi espalda, sisea

--Espalda recta.

Enderezo mi espalda aun manteniendo mi cabeza hacia el suelo…

Mi madre camina posicionándose a mis espaldas y empieza a ajustar salvajemente el corset de mi vestido cortando aún más mi respiración, un gemido de dolor se escapa de mis labios mientras mi madre susurra muy ansiosa entredientes

--MI HIJA DEBE SIEMPRE VERSE PERFECTA Y NO HABLAR DE MÁS CUANDO NO LE PREGUNTAN NADA…

Un nuevo gemido se escapa de mis labios al sentir como mi madre continúa apretando mi vestido. Cuando de repente se escuchan pequeños golpes en la puerta de mi habitación, mi madre se detiene y la criada dice desde el otro lado de la puerta

--Señorita  tiene visitas…

Mi madre rápidamente afloja el vestido, tomo todo el aire necesario que me estaba faltando y respiro erráticamente mientras toco mi pecho, ella me gira y alza mi mandíbula haciendo que la mire a los ojos mientras susurra

--Debes. Lucir. Perfecta…

Hace una pausa mientras me mira con dureza y frialdad, alza su mano para empezar a rozar su mano por mi mejilla en gesto maternal pero que es tan ajeno a eso mientras continúa susurrando

--- Hoy no vas a comer nada más que lechuga y agua ¿me entiendes?

Paso saliva sabiendo que mi estomago está pidiendo comida hace más de 1 semana completa, miro a mi madre con dolor, pero al sentir como ella me toma fuerte de los hombros en gesto amenazante, decido responder mientras asiento a velocidad

--Si si si mama…

Se vuelven a escuchar golpes en la puerta, mientras yo grito

-- ¡Puedes pasar!

Mi madre retrocede unos cuantos pasos alejándose de mi haciendo que su dureza deje de doler…

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