- ¿Me estás diciendo que la linda chica es tu enemiga? ¿Que te ha hecho esa lindura?
Hector lanza una risita al aire, y su mirada se vuelve seria de repente.
- Tengo mis razones.
Suelta perro fiel.
- Creo que no estás en posición de ocultarme cosas\, perro ingrato.
Hector suelta otra risilla, Perro fiel lo mira con enojo y uno de los tipos de Hector le da un empujón hacia delante.
- Ella mató a mi madre.
Hay un breve silencio. Perro fiel siente como le hierve la sangre.
- ¿La única hija de Ernesto Robinson es una asesina? ¡Quién lo diría!
Hector suelta mediante un grito de burla.
- Ernesto ocultó toda evidencia. Por eso trabajo para él. Necesito aplastarlo a ambos yo mismo. Necesito tiempo para estudiarlos más de cerca.
Dice Perro fiel.
- Pero acabas de decir que quieres matarla. ¿Por qué buscar pruebas si ya sabes la verdad?
Perro fiel asiente y sonríe. Hector lo mira escéptico.
- Esa es una parte del plan solamente.
Perro fiel suelta y Hector se cruza de brazos. Mira a la limusina y Elisa que estaba observándolos se voltea del miedo.
- ¿Y la otra parte cuál es?
Pregunta Hector pero Perro fiel no responde. En respuesta Perro fiel sonríe. Hector al ver que no responde da una señal a sus hombres que lo tienen agarrado sin poder moverse. Los hombres sacan su arma y lo apuntan. Perro fiel al ver la acción suelta un suspiro.
- Si me matas\, no obtendrás lo que quieres.
- No sabes lo que quiero.
Suelta Hector con leve enojo.
- Te conozco más de lo que crees\, sé tu punto débiles. En cambio\, tú de mi no sabes absolutamente nada. Dime Hector\, ¿Quién necesita a quién aquí?
Hector disgustado ante lo dicho saca su arma y apunta a perro fiel.
- Eres un maldito. ¡Soy Hector Quintanilla! ¡Nadie! ¡Absolutamente nadie vive después de insultarme!
Hector lo apunta y Perro fiel sólo sonríe.
- Hazlo\, mátame. Pero conmigo se irá la única oportunidad que tienes de acabar de una vez por todas con Ernesto Robinson.
Hector piensa en sus palabras.
- Trabajo para tu peor enemigo. Podemos aliarnos y tú obetendrás lo que quieres y yo obtendré lo que quiero. Ambos sladremos ganando. Piénsalo un poco.
Hector sonríe, suelta una risita y baja su arma. Le da una señal a sus hombres para que bajen el arme también.
- No soy de unirme a nadie\, trabajo solo. Pero debo decir que suena interesante tu propuesta.
Dice Hector sacando un pañuelo blanco y empezar a pulir su pistola.
- ¿Qué propones que hagamos?
Pregunta Hector soplando su pistola.
- Te pondré a Robinson en bandeja de plata. Lo matarás tú mismo.
Hector se sorprende ante sus palabras, pero luego la emoción lo invade.
- Soy su hombre de confianza\, puedo convercerlo de ir a cualquier sitio sin rogarle siquiera.
Perro fiel dice y Hector está más que emocionado por su plan.
- Pero antes de eso\, debes golpearme y llevarme con ustedes. Quiero que Elisa y Robinson piensen que me secuestraron.
Hecror frunce el ceño sin entender.
- ¿Por qué?
- Para que Robinson y sus hombres vayan a buscarme. No eres tan inteligente.
Suelta Perro fiel y Hector reacciona acercándose a él y apuntándolo en frente. Elisa que está viendo todo se lleva las manos a la boca con lágrimas en los ojos.
- Lo va a matar.
- Señorita Elisa\, aprovechemos que están distraidos y escapemos ahora mismo.
Dice Adam, el chófer.
- No\, se ven muy peligrosos. Sería un gran error. Perro fiel hará algo\, estoy segura.
Adam asiente y sigue nervioso mientras mira sin poder hacer nada. Hector sonríe y golpea a Perro fiel en la cara y luego en su pecho varias veces. Elisa reacciona abriendo la puerta de la limusina y saliendo para evitar algo peor.
- ¡Señorita vuelva! ¡Es muy peligroso!
Adam grita pero Elisa sigue caminando hacia Hector y Perro fiel. Hector se da cuenta y la apunta con el arma. Elisa traga saliva pero no deice nada. Es como si se hubiera quedado muda de un momento a otro tras el miedo de la escena. Hector la mira unos minutos.
- Bam.
Dice él con burla simulando un disparo. Elisa cerró lo ojos mientras que el cuerpo lo tiembla todo.
- Vámonos.
Los hombres asienten, arrastran a Perro fiel y lo lanzan a una de las furgonetas negras. Los vejiculos arrancan uno tras otro.
- ¡¿Por qué se lo llevan?!
Grita Elisa mientras los autos pasan a toda velocidad al lado de ella.
- ¡Señorita! ¡Debemos irnos! ¡Pueden volver!
Adam alcanza a Elisa y le dice mientras ella está mirando la marcha de los autos.
- Debo llamar a papá. Vámonos.
Dice Elisa. Adam asiente y sube a toda prisa a la limusina. Elisa se sube tambien y busca su teléfono. Marca el número de su padre.
- ¿Por qué no han llegado aún? ¿Y Perro fiel?
- Papá\, se lo llevaron.
- ¿Qué?
- Unos hombres se llevaron a Perro fiel. Estaban armados y lo golpearon.
Hay un breve silencio, sólo el sollozo de Elisa está en el aire.
- ¿Quiénes se lo llevaron? ¿Te hicieron daño? ¡Dime hija!
- ¡No sé! ¡No sé! ¡Nunca había visto a esos hombres! Se notaban peligrosos\, como los que pertenecen a un cartel de drogas mexicano. No me hicieron daño. Yo estaba en la limusina. Perro fiel fue el que se arriesgó y los encaró.
- Quintanilla...
Elisa escucha entre murmuros de su padre.
- ¿Quién?
- Escucháme bien. Vuelve a casa lo más pronto posible. Resolveré esto.
- ¿Esos son los enemigos a quienes te referías padre?
- Vuelve enseguida.
- ¡Papá! ¡Papá!
Elisa oye la otra linea. Su padre había colgado.
- Adam\, apresúrate y lleguemos a casa rápido.
- Como ordene señorita.
Adam asiente.
- Aquí hay gato encerrado. Esos hombres se ven muy peligrosos. Mi padre no puede estar teniendo negocios sucios con ellos. No\, eso es imposible.
Elisa suelta y lanza el teléfono con disgusto.
Adam estaciona la limusina al frente de la mansión Robinson y Elisa sale a toda pris. Llega al despacho de su padre. Él está con 5 de sus hombres en medio de una conversación.
- Padre...
- ¡Hija! ¡Mi hija querida! ¡Estás sana y salva!
Su padre le da un gran abrazo. Elisa lo abraza pero aún siente algo que no encaja. Es como si faltara una pieza en el rompecabezas.
- ¿Quiénes son esos hombres papá?
Elisa pregunta y su padre y sus hombres se quedan en silencio.
- ¡Dime quiénes son!
Elisa lanza su cartera a un rincón. Uno de los hombres de su padre se apresura a recogerla y ponerla en el escritorio.
- ¿Son unos mafiosos no es así? ¿Estás metido en problemas ilegales padre?
Elisa pregunta con la voz alzada. Su padre suspira. Truena los dedos y sus hombres salen del despacho con rápidez.
- Dime la verdad padre.
Dice ella con enojo y resentimiento.
- La verdad es que es un cliente de la empresa del cual no sabía que era un mafioso. Y mira\, quiere hasta matarme ahora.
Ernesto suspira y suelta una carcajada.
- ¿No sabias que era un mafioso y aún así hiciste negocios en la empresa con él?
Elisa le pregunta con ironía.
- ¿O es que estás inventando todo esto y realmente perteneces a algún cartel?
Ernesto sonríe y se acerca rápidamente a Elisa. La toma por el cuello con fuerza.
- A mi me respetas muchachita. Soy tu padre. ¡Sea lo que sea soy tu padre! ¡He cargado yo solo contigo desde que a tu madre le dió la gana de marcharse y morir!
Ernesto suelta una carcajada. Elisa siente que se queda sin aire y trata de soltarse.
- ¡Esa zorra! ¡Se merecía la muerte por dejarme e irse con otro hombre!
Elisa se queda atónita ante lo que su padre dice.
- Papá suéltame\, me haces daño.
Dice Elisa con voz baja y súplicas. Ernesto vuelve en sí y siente los ruegos de su hija. Afloja el agarre.
- Tu deber es obedecerme hija.
Ernesto dice mientras empieza a llorar. Elisa llora también. Es la primera vez que su padre la maltrataba y veía su rostro lleno de maldad. Pero siempre fue una fachada de padre sobreprotector y ejemplar. La verdadera cara de su padre es ésta. Un hombre corrupto y mafioso.
- ¿La mataste?
Pregunta Elisa entre lágrimas. Ernesto pone los ojos en blanco.
- ¿Mataste a mi madre?
Elisa llora mientras lo dice.
- No\, no la maté. Hubiera querido hacerlo pero fué la vida quién lo hizo. Pagó con muerte su traición.
Ernesto dice mientras sonríe.
- Es verídico. Si traicionas a Ernesto Robinson estás destinado a morir. ¿Tú quieres eso querida hija?
Elisa siente que se queda sin aire ante su agarre.
- ¿Quieres taricionarme\, morir y dejarme solo como tu zorra madre?
Ernesto aprieta más el agarre.
- No lo haré papá. No te traicionaré.
Dice Elisa lentamente y con poca fuerza en su voz.
- Esa es mi hija.
Dice él con una sonrisa, y soltándola lentamente del cuello. Ernesto se acomoda el cabello alborotado y suspira.
- Ahora que estamos más unidos que nunca como familia. Harás lo que te digo.
Él se acerca a Elisa y le acomoda el pelo.
- Te casarás con Robert Trivan. No lo soporto pero es el hombre de tus sueños\, y recuerda que yo te lo puse en bandeja de plata hija.
Ernesto la toma del mentón. Elisa asiente y sonríe disimuladamente ante escalofríos.
- Mañana irás a comprar tu vestido de novia a la tienda de vestidos de novia más exclusiva. Todo seguirá como venía. Serás la mujer más feliz del mundo. ¿Y gracias a quién? A tu querido padre que te complace todo tus caprichos.
Él le da un fugaz abrazo y vuelve a su escritorio.
- Yo resolveré el problema con Perro fiel. Ahora puedes irte.
Elisa se queda ciega, sorda y muda.
- Dije que puedes irte.
Elisa reacciona, toma su bolso y sale del despacho de su padre. Los hombres que estaban afuera merodeando el lugar entran de nuevo. Elisa se devuelve para escuchar de qué hablarán.
- Perro fiel está en manos de Quintanilla. Como sabemos Hector es un rencoroso. Puede ser que lo maten o simplemente le den una golpiza y lo tengan como carnada. Debo ser más inteligente que él. Y la inteligencia no es su fuerte\, carece de ella. Aprovecharé eso.
- Haremos lo que diga jefe.
Ernesto asiente.
- Iremos allá y mataremos dos pájaros de un tiro.
Elisa escucha sin comprender lo último.
- ¿Qué planea exactamente jefe?
Pregunta Xavier, unos de sus hombres, el segundo de confianza después de Perro fiel.
- Hay que sacar la basura cuando estorba. ¿No es así? Quiero que maten a Hector Quintanilla y a Perro fiel. Acaben con ambos.
Sus hombres asienten. Ernesto lleva un cubano a su boca y Elisa lleva las manos a su boca pare evitar que su voz soprendida salga. Elisa reacciona y empieza a caminar rápidamente hacia las escaleras y llegar a su habitación. Pero después de entrar y cerrar la puerta alguien la toca.
- ¿Quién es?
Pregunta ella saltando de la cama hacia la puerta con nervios.
- ¿Será Perro fiel que logró escapar?
Se pregunta Elisa entre murmuros.
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