Sophia mira fijamente a Robert, asimilando sus palabras.
- ¿A qué te refieres con casarte?
Ella pregunta y él sólo voltea a ver a otro lado.
- Me casaré en dos semanas.
Sophia cree que está hablando de la descabellada propuesta.
- ¿Aún sigues con ese plan después de todo lo que me has dicho hace unos minutos?
Sophia pregunta con ironía y Robert suspira.
- No me refiero a lo que te propuse. Me casaré en dos semanas con otra mujer.
En el momento en que Robert suelta esas palabras aparecen la madre de Sophia y su hermano.
- ¡Señor Trivan! ¡Que gusto verlo nuevamente!
Dice Genna, Frank lo mira de reojo y no dice nada.
- Un placer verla señora Genna. Está muy hermosa ésta noche.
Robert dice tomando su mano y plantando un leve beso. Frank y Sophia miran la escena con recelo. Genna se sorprende.
- ¿Que cosas dices muchacho? Sólo soy una vieja arrugada como una pasa.
El comentario hace soltar una sonrisa de todos.
- Yo la veo muy joven.
Robert sonríe. Sophia siente que va a explotar de la ira.
- En todo caso\, eso deberías decírselo a mi hija Sophia.
Genna le da un golpecito a Sophia, ella reacciona negando con la cabeza.
- Su hija es muy hermosa. Siempre se lo digo.
Sophia ante sus palabras pone cara de duda. Él nunca le había dicho eso. Sólo la había besado y le había dicho mil disparates. Si él podía jugar ése juego ella también.
- ¿Por qué hablan aquí afuera? Pueden ir al apartamento y conversar a gusto. Les prepararé café.
- Mamá. El señor Trivan ya se va.
Sophia dice en tono alto y acelerado.
- ¿Qué ¿Por qué? Señor Trivan quédese un rato más.
Robert sonrí y toma una mano de Genna en señal de agradecimiento.
- Me gustaría\, pero debo irme. Quizás otro día. Adiós Sophia.
Robert le lanza una mirada fugaz a Sophia, se sube a su auto y se va.
- ¿Qué pasó? ¿Por qué se fué así? ¿Peleaste con él?
Sophia mira a su madre.
- No pelee con él. Aclaramos todo de una buena vez.
Sophia camina hacia dentro. Frank y su madre la siguen. Ya en el apartamento Sophia camina hacia su cuarto pero su madre la detiene.
- ¿A qué te refieres con aclarar todo?
Sophia se cruza de brazos cansada del tema.
- Terminé con él. Más bien\, él terminó conmigo.
Su madre pone los ojos en blanco y Frank tambien que está en el sofá leyendo una revista.
- ¿Cómo que terminó contigo? Si ayer te propuso matrimonio y hasta te compró un vestido.
- ¡Todo fué una fachada mamá! ¡Ése hombre nunca me quiso ni me querrá! ¡Lo hizo porque..!
Sophia se calla de repente y recuerda lo que Robert le había contado.
- ¿Por qué lo hizo hermana?
Pregunta Frank. Sophia voltea a verlo.
- Lo hizo por lástima. Sólo eso. Cenaré en un rato. Quiero acostarme un rato.
Sophia entra a su habitación.
- No podemos dejar ir a Robert Trivan. Debemos iniciar el plan.
- Asi es madre.
Dice Frank asintiendo.
- Si no es él\, será Mike Williams.
Genna sonríe cruzándose de brazos.
Sophia está en su cama recostada, han sido los dos días más locos de toda su vida. No había superado lo de su ex prometido canalla y ahora tenía que superar el papel de sustituta que quería darle Robert. Al menos, todo había acabado ya. Él va a casarse con una mujer. Al menos así la dejará en paz. Pero ¿Por qué se sentía incómoda respecto al final de los acontecimientos?
- Sophia\, ya todo acabó. Ahora debes concentrarte en tu bebé.
Ella se toca el vientre y sonríe. Su mirada va a la caja con lazo rosa que Robert le había regalado.
- Vestido de novia infernal.
Dice y se levanta, camina hacia el con pequeños pasos. Toca la caja, los pensamientos vienen a su mente: la loca propuesta y la manera en que la hizo. Sophia sonríe y luego su sonrisa se desvanece.
- Ya no te voy a usar. Así que es mi deber devolverte a tu dueño original.
Dice ella suspirando y saliendo de sus habitación. Su madre está sentada en la mesa.
- Ven a cenar hija\, preparé tu plato favorito.
Sophia ve la mesa llena. Era capáz de devorar todo.
- Muchas gracias mamá.
- Sophia. Tengo que decirte algo muy serio.
Sophia recordó de repente que antes de hablar con Señor Psicópata su madre tenía que decirle algo.
- ¿Qué pasa?
Su madre se calla por unos minutos. Sophia sólo la mira esperando.
- ¿Mamá?
- Hija\, tengo cáncer.
Sophia suelta el tenedor con que el que estaba deleitando la rica pasta.
- ¿Qué?
- Mamá está enferma\, hermana.
Frank dice y se sienta al lado de su madre. Le toma una mano en señal de apoyo.
- Mamá\, eres una persona sana\, nunca se te ha conocido que te enfermaras ni por una gripe.
Dice Sophia con duda.
- Tienes razón\, pero las personas fuertes también pueden enfermarse alguna vez. Me hice el examen luego de tener una molestia en mi pecho izquierdo. Es cáncer de mama.
Sophia toma la mano de su madre.
- Vamos a tratarte lo antes posible.
- La quimioterapia es costosa. Y no tenemos dinero.
Dice Frank con tristeza.
- Conseguiremos el dinero. Mi mamá se va a curar.
- Hija\, si al menos fueras esposa del señor Trivan o el señor Williams. Podríamos costear los gastos.
Sophia los mira a ambos detenidamente. Algo no encajaba.
- Me están manipulando ¿No es así?
Pregunta ella soltando la mano de su madre.
- Lo de la enfermedad es un vil mentira para que yo con desespero me case a toda prisa con cualquier hombre con dinero.
Su madre se indigna.
- ¡Me tienes harta Sophia! ¿Tanto te cuesta enredarle ése hijo a alguno de esos idiotas con pilas de billetes?
Sophia se levanta.
- ¡No quiero hablar con ustedes! ¡No puedo creer que me mientan de una manera tan descarada! ¡Y que jueguen así con una enfermedad tan grave! ¡Me siento decepcionada de ambos! ¡Lárguense de mi casa!
- ¡No nos vamos! ¡Somos tu familia! ¡Soy tu madre!
Grita su madre levantándose.
- No te pareces en nada a una madre.
Dice Sophia con decepción con una lágrima en sus ojos. Su madre la mira sin decir nada. Frank sólo observa. Sophia camina hacia su habitación y cierra la puerta con fuerza. Su madre y Frank se estremecen.
Robert había llegado a la casa de su madre luego de haber hablado con Sophia. O mehor dicho, acabado todo con ella. Se le caía la cara de verguenza luego de todo lo que había hecho. Todo por su sorprendente parecido a Elisa. Él estaba tomando un poco de whiskhy cuando su madre llegó al balcón para disfrutar la vista también.
- No viniste ayer.
Dice su madre sonriendo.
- Estuve muy ocupado hasta tarde. Había mucho trabajo en la oficina.
Dice él sin mirarla.
- ¿Sigues durmiendo en tu oficina?
Pregunta ella con preocupación.
- Tengo un pent house costoso al que ni siquiera voy. ¿Puedes creerlo?
Dice él con ironía.
- Sabes que ésta es tu casa\, puedes dormir en tu habitación. La que tienes desde niño.
- Madre\, ya soy un hombre. Y aunque viví aquí hasta los 18 años pienso que debo dormir en mi casa. La que yo compré con mi dinero.
Su madre se acerca y lo toma por las mejillas.
- Siempre serás mi bebé. Así tengas 32 años. Te veo como el niño miedoso que fuiste hace mucho tiempo. El niño que quería construir el rascacielo más grande del mundo.
Su madre llora mientras sonríe y Robert baja la cabeza.
- Tu abuelo se irá muy pronto.
Acota ella.
- Tú deber es casarte.
- Me casaré.
Dice él de inmediato.
- Cumpliré la última voluntad del abuelo.
Dice él con determinación y su madre lo abraza. Robert piensa que tal vez se arrepienta más adelante de lo que va a hacer, pero por su madre y abuelo haría lo que fuera.
Al día siguiente, Robert llega a la empresa muy temprano. No tiene el coraje de pasar por el puesto de Sophia, quizás era lo mejor. Debía volver a su vida de antes y pensar en el matrimonio que venía en camino.
- No me pases llamadas.
Le dice a su secretaria Jasmin.
- Como ordene.
Dice ella mirándolo entrar a la oficina.
- Amargado. Ni siquiera un buenos días me merezco. Jefe malo.
Dice volviendo a teclear. Jasmin ve a una silueta con piernas largas que se acerca, ella la mira detenidamente para descubrir quién es. La mujer pasa de largo hacia la oficina de Robert y abre la puerta.
- ¡No puede!
Dice Jasmin levántandose pero ya la mujer había pasado.
- Pasar...
Robert ve hacia la puerta con el bolígrafo en la mano.
- Elisa.
- Buenos días mi guapo prometido.
Dice Elisa lanzando un beso hacia Robert y sentándose en el sofá.
- ¿Qué haces aquí?
Pregunta él no sorprendido por su repentina actuación.
- Vine a ver a mi futuro esposo.
Dice ella y se levanta caminando hacia él.
- ¿Está mal?
Pregunta ella acercándose a él y tomando su camisa con ambas manos. Robert voltea la mirada.
- No me toques.
Dice él.
- Auch. Me hieres guapo. Hieres mi corazón.
Ella lo suelta con un puchero y Robert pone cara seria.
- Tú no tienes corazón.
Dice él mirándola con desprecio.
- No debes hablarme así. Soy tu prometida. Nos casaremos en menos de dos semanas.
Suelta ella poniendo uno de brazos en la mesa y con el otro señalando el numero dos con los dedos.
- Yo hago ésto por mi abuelo. Quiero que lo sepas.
Dice él levantandose y devolviéndole la mirada con desafío.
- Como sea guapo. Sólo vine a que vayamos juntos a ajustar los arreglos. No tenemos mucho tiempo y hay tantas cosas que revisar y decidir.
- Puedes escojer todo tú misma.
Dice él sentándose y tomando su bolígrafo.
- No querrás que el abuelo se entere de que estás faltando a tu palabra ¿No es así?
Pregunta ella con una sonrisa maliciosa.
- No me chantajees.
Dice él con voz pausada.
- No lo hago. Después de todo\, es tu deber.
Dice ella sentándose con pose triunfal. Robert tenía que tener paciencia, y mucha.
Jasmin está afuera revisando unos documentos para que Robert los firme cuando ve pasar a toda prisa a una mujer. Era Sophia.
- ¡No puedes!
Jasmin suelta levántandose de la silla. Pero Sophia no le hizo caso y entró así no más.
- Pasar... ¿Que pasa con la gente? ¿Acaso soy una pared?
Se resigna de nuevo y se sienta.
Sophia entra la oficina y ve a Robert sentado revisando unos papeles. Ella se acerca pero nota a una mujer de cabello largo sentada frente a él.
- Buenos días señor Trivan. Perdón por pasar sin avisar primero pero yo...
Sophia se calla cuando ve que la mujer con figura de modelo se pone de pie y se voltea hacia ella. Robert deja los papeles y mira la escena.
- ¿Quién eres?
Sophia la mira, era una mujer muy alta. Sophia parecía un duende al lado de ella.
- Yo... Soy empleada de Trivan Company. Yo...
- Señorita Lorenz\, ahora no puedo escucharla.
Dice Robert mirando a Sophia. Ella lo mira y luego mira a la alta mujer.
- Perdón... Volveré después...
Sophia camina hacia la puerta.
- ¿No me vas a presentar guapo? ¿Qué descortéz de tu parte?
Sophia escucha lo que dice y se voltea a verlos a ambos. Él está serio pero ella feliz.
- Mucho gusto.
Elisa coloca su mano en saludo y Sophia camina hacia ella para devolverle el gesto.
- Mucho gusto.
- Me llamo Elisa\, soy la prometida de Robert.
Dice Elisa y Sophia se sorprende.
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Comments
Amparito Pantoja Villalobos
ay no que no se puede casar con ella va hacer bien infeliz mejor que le diga la verdad asu empleada por qué a ella le gusta nomás que no lo quiere asectar
2023-06-10
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