Ella es mi enemiga

- ¿Qué pasa?

Pregunta Elisa con las manos en la cabeza y con la cabeza baja.

- Nos emboscaron.

Dice perro fiel quitando el seguro de su arma. Elisa lo mira asustada.

- ¿Qué haces?

Elisa lo detiene ponienso su mano en su brazo, perro fiel mira su mano, y luego a ella.

- Quédense aquí.

Perro fiel lanza una mira rápida a Adam y Elisa asiente.

Perro fiel sale del auto y ve una tres camionetas negras una tras otra delante de la limusina. Él camina hacia ellas cuando dos hombres salen de una de las camionetas y caminan hacia él apúntandolo.

- Baja el arma niño.

Perro fiel sonríe pero sigue caminando hacia ellos. Pero un hombre sale detrás de él y lo apunta con un arma. Perro fiel se detiene.

- Lanza el arma y sigue caminando.

Le dice el hombre. Perro fiel lanza el arma y camina hacia la segunda camioneta. Los hombres lo siguen apuntando. Perro fiel llega y uno de los hombres lo detiene, la ventanilla baja y un hombre con un habano en la boca lo saluda.

- Dante Brooks.

Dice el hombre con una risita.

- No esperaba verte por aquí. Estás muy lejos de casa.

Perro fiel le lanza una mirada de odio.

- Ya no soy Dante Brooks.

- Lo sé\, ahora te haces llamar Daniel Arriaga. También me enteré que tu jefe te apodó perro fiel. Es lamentable que tu querido jefe sea mi mejor enemigo. Me debe una y vine a cobrársela.

El hombre mira a perro fiel, el humo del habano impregna el ambiente.

- Puedo matarte aquí\, ahora mismo. Los amigos de mis enemigos son mis enemigos\, lo sabes muy bien.

Perro fiel lo mira.

- Pero tú y yo sabemos que no harías eso.

Dice perro fiel con una sonrisa. El hombre lo mira serio pero luego una sonrisa se refleja en su rostro.

- Como en los viejos tiempos ¿No?

Pregunta el hombre fumando de nuevo su habano.

- Te dejaré ir. Pero debes darme a la chica.

Perro fiel lo mira, el hombre observa la limusina. Elisa está asomada por la ventanilla de atrás.

Sophia había llegado a su casa y estaba en su habitación descansando. Tocan la puerta.

- Hija\, te traje galletas y leche caliente.

- Gracias mamá.

Sophia frunce el ceño mientras observa las galletas.

- ¿Pasa algo?

Su madre sonríe.

- No\, nada. Tu hermano saldrá mañana a buscar trabajo. ¿Vas a ayudarlo a entrar en Trivan Company?

Ruega su madre sentándose en la cama.

- Frank no tiene título universitario. Se quizo hacer el vago desde la secundaria. No puedo hacer mucho por él\, en Trivan Company son exigentes con el grado de estudios.

Su madre la toma de las manos emocionada.

- Puedes hablar con el señor Williams\, o el señor Trivan\, pueden hacer una expeción con él.

Sophia suspira.

- Veré que puedo hacer. Pero hablaré con mi jefe\, no con el señor Trivan.

- ¿Que pasó con él? ¿Acaso no estaba enamorado de ti? Dejó de aparecer de un momento a otro.

Su madre la mira escépctica.

- Es una historia muy larga mamá.

El teléfono de Sophia suena.

- Debe ser Cristian para contarme de la salida al club.

Dice ella levantandose a tomar la llamada. Se queda mirando la pantalla.

- Pensé que el tema estaba cerrado.

Dice Sophia al teléfono, su madre se levanta y la observa detenidamente.

- Debo hablar contigo.

- ¿Sobre qué?

- Es sobre ti. No de nosotros. Hay algo importante que debo decirte.

Sophia se soprende. Se toca el vientre, un leve escalofrió recorre su cuerpo.

- Bien\, bajaré enseguida.

Un vals está sonando, ni muy fuerte ni muy débil. Jasmin, está en su casa preparando la cena, de a momentos baila al son de la melodía. Hoy no era cualquier día para ella, era un día especial. Después de preparar la mesa y servir la comida toma una caja con un lazo rosa. Se ríe silenciosamente mientras toma el vestido y se ve en el espejo.

- Es un vestido tan hermoso.

Dice mientras baila con el vestido en el pecho.

- Maldita Sophia. La odio. ¿Como Robert pudo comprar un vestido tan costoso para ella?

Dice deteniéndose y viéndose en el espejo de nuevo.

- Pero ahora\, éste vestido es mío. Sólo mío.

Suelta una risita.

- Y Robert también será mío.

Dice con cara seria.

- Ni Sophia ni Elisa podrán quitármelo. Sólo mió. Robert será mío.

Dice repitiendo muchas veces mirando la mesa servida.

- Él estará cenando conmigo. Tendremos muchas cenas románticas.

Sonríe pero luego pone cara seria. Toma un cuchillo de mesa.

- Y si no es así Sophia la pagará caro.

Jasmin toma el cuchillo con furia y acuchilla el pollo que acababa de hornear.

- Muy caro.

Se ríe a carcajadas.

Sophia vaja y ve a Robert en la pose habitual.

- Bien\, aquí estoy.

Robert la mira detenidamente de arriba a abajo. Sophia frunce el ceño.

- ¿Por qué me ve así?

- No llevas abrigo. ¿No tienes frío?

Pregunta él.

- No\, estoy bien.

Dice ella a la ligera.

- Estás embarazada\, puede hacerle daño al bebé.

Insiste Robert.

- Estoy bien\, tomé leche caliente hace unos minutos. Mi cuerpo está ardiendo.

Robert la mira sorprendido y Sophia piensa lo que dijo.

- Quiero decir\, caliente\, por la leche.

Repite ella y Robert se voltea y sonríe. Él se quita la chaqueta del traje y se la coloca. Sophia lo mira. Robert está muy cerca de ella. Ambos se dan cuenta de lo cerca que están. Hay un breve silencio y sólo se escuchan las sirenas de la policía. Robert se despierta del encanto y se aleja de ella.

- Vives en un lugar peligroso.

- Tuve un deja vú con esa frase.

Dice Sophia con una sonrisa recordando la primera vez que él había venido a su casa. Robert suspira.

- Sophia\, sé que me comporté como un cretino contigo. Pero quiero que seamos amigos. Yo puedo ayudarte con tu embarazo\, puedo pagar las facturas médicas\, puedo comprar la ropa del bebé\, lo que quieras.

Dice él mirándola. Sophia lo mira pero voltea su mirada.

- Le doy la razón en que podemos ser amigos. Pero no puedo darle la razón respecto a mi embarazo. Usted va a casarse pronto. No quiero que su futura esposa se sienta mal. Debe de darle todo su tiempo a ella\, no a mi. No se preocupe\, yo estaré bien.

Robert no puede evitar mirar a su ex-prometida en Sophia. Cada vez que la ve la cabeza le revolotea y las cosas que debían tener sentido ya no lo tenían. Se estaba aguantando las ganas de abrazarla y besarla.

- Sophia...

Él dice acercándose a ella y tomándola entre su brazos.

- Sé que habíamos acordado alejarnos pero cada vez que te veo\, cada vez que estoy contigo. Es algo más grande que yo. Créeme. Yo quiero alejarme de ti pero no puedo. Me preocupo por ti\, pienso en ti. Pienso en el bebé.

Él se aparta un poco y toca su vientre. Sophia siente que va a llorar. Robert sonríe y vuelve a juntar sus cuerpos, sus respiraciones aceleradas.

- ¿Qué estamos haciendo? Ésto no está bien.

- Si\, si lo es.

Robert dice y la besa con todas las fuerzas que estaba reteniendo. Sophia responde al beso con lágrimas en los ojos.

Perro fiel está inmovilizado, los hombres de Héctor Quintanilla eran muchos, sin contar los que estaban en la tercera camioneta. Observó la escena con atención.

- Dame a la chica y podrás irte.

El hombre dice en un tono con poca paciencia. Perro fiel voltea a ver a la limusina, Elisa se puede ver desde la gran ventanilla. Tiene lágrimas en los ojos. Adam, está al volante mirando todo. Perro fiel vuelve a mirar a Héctor Quintanilla con una sonrisa.

- Bien\, como quieras. Te la daré\, pero debes ayudarme con algo.

Hector se soprende ante su petición.

- ¿Eso es todo? ¿No eres su guardaespalda? ¿No es tu deber protegerla a toda costa?

Hector dice mirando detenidamente a perro fiel. Perro fiel sonríe.

- Me importa un comino lo que le pase a esa chica.

Perro fiel dice y Héctor lo mira escéptico sin entender la situación.

- Ella es mi enemiga. Estoy aquí matarla.

Perro fiel suelta dejando a Héctor sin nada que decir.

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