20- A salvo y de regreso.

LEANDRO.

Después de haber salido de casa y comunicarle a Gianni de la situación, movilice a mi gente, que buscaran por debajo de las piedras y visitar a mis enemigos no me importaba desatar una guerra, se llevaron a Luciano y por él hago lo que sea necesario.

Pasaban los días, en donde tenía vigilada a cada ciudad de Italia, visite a los Rusos, Irlandeses, Mexicanos, Británicos y Colombianos dejando sus calles teñidas, pero mi hijo no aparecía.

Entre más avanzaban los días más grande era mi desesperación, fui a Seattle a visitar a la mujer que drogo a Gemma, al llegar la sujete del cuello acortando su respiración.

- ¿dónde está?- ella me veía con desesperación.- maldita sea, donde está mi hijo.

- no, no, se dé que hablas- di un golpe en la pared asustándola y gritando su madre- no, se donde está ese bastardo.

- no vuelvas a llamarlo así, estúpida- la agarre del cabello aventándola con su madre- si están ocultando algo, créanme que les irá peor, ¡llévenselas!.

Mis hombres se llevaron a los tres, abordamos el jet y nos fuimos a Italia, al llegar se los llevaron a la bodega y mientras seguía en busca le dije a Renato que llevarán a Gemma con mi papá, necesitaba que estuviera más segura.

Todos los días aquí en Roma, Florencia, Milán, Palermo y muchas más eran un total caos, no me importaba sembrar terror lo seguiría haciendo hasta que aparezca mi hijo.

Ya iba para el sexto día hasta que un descuido pude dar con Alessandro, teniendo la ubicación, fuimos armados hasta el tope cayendo de sorpresa en su escondite, él era el único que me faltaba.

Entraron mis hombres destrozando el lugar, hasta que me hicieron señas entre buscando con desesperación a mi hijo pero en la última habitación fue sorprendente estaba ese bastardo sosteniendo a mi hijo, encañonándolo.

- si sabes lo que te conviene baja esa arma, y saca a tu gente de aquí o este mocoso se muere- mi hijo solo lloraba y me llamaba.

No conteste nada, porque necesitaba pensar el cómo quitárselo de los brazos, lo escuché carcajearse.

- no entiendo como es que te llaman el demonio, si eres un simple perro- escuché que corto cartucho y tenía que jugármela.

- no te atrevas, créeme que tus horas en esta tierra están contadas, imbécil- solo se carcajeó, restregándole el cañón a Luciano.

- no lo creo y créeme que cuando acabe contigo tu hijo te acompañará y Gemma será toda mía- fruncí el ceño a lo que dijo, apretando mi arma y posicionando mi dedo en el gatillo.- creías que nunca me enteraría que este engendro es tu hijo.

- nunca te permitiré que lo llames así, hijo de puta- y de un movimiento le dispare en la pierna haciéndolo caer.

Corrí para quitarle a mi hijo, sé escucho un disparo y era uno de mis hombres que le disparo, lo vi que aún estaba vivo y solo ordene que se lo llevarán.

Al subirme a la camioneta para ir a la pista me comencé a sentir un poco cansado, Luciano no me soltaba y solo me daba besos, nos subimos al Jet para irnos a Florencia, las horas pasaron y al bajar estaba Renato esperándonos.

Cuando nos abrazamos me queje, Renato de inmediato me reviso, viendo un orificio pero sin sangre, al solo decirme eso seguí mi camino, necesitaba decirle a Gemma que nuestro hijo estaba a salvo y de regreso.

▪️▪️▪️▪️▪️▪️

GEMMA.

Cada minuto que pasaba y no saber de mi hijo, era tan horrible, nunca me había imaginado que un día llegara a pasarme, queme alejaran de él, si le pasa algo me muero, Luciano es mi vida entera.

Leandro ordenó a sus hombres llevarme a Florencia, no quería, pero hice caso, cuando me llevaron un señor de edad me recibió hasta abrazarme, no sé que me paso pero solo me quebré llorando en su hombro.

Después de que me calme me llevó a una habitación, el señor Tomazzo no se separó de mí, transmitiéndome apoyo y mucha calma que era lo que más necesitaba en estos momentos...

- hija, tienes que calmarte conozco a mi hijo y se que pronto regresara con él en brazos- asentí saliendo mis lágrimas nuevamente.

- gracias por estar conmigo en estos momentos- él solo sonrió- señor Tomazzo, ¿puedo llamar a mi primo?- él asintió dándome su teléfono y de inmediato me levanté para hacer la llamada.

Estaba hablando con Gi cuando la puerta principal se escuchó abrirse de inmediato camine para ver quien era cuando vi a Leandro entrar junto a mi hijo, grité hasta soltar el teléfono de la impresión corriendo hasta ellos, lo cargué llenándolo de besos.

- mi amor, te extrañé demasiado- Luciano solo sonreía abrazándome y dándome besos.

- ma, má; pa, pá- mis lágrimas salían y solo abracé a Leandro.

- gracias- él asintió besando mi cabeza.

- te dije que lo traería y aquí está nuestro hijo sano y salvo- asentí dándole un beso en la mejilla, cuando de pronto Leandro se desplomó cayendo en el suelo- ¡LEANDRO!.

Y de inmediato el señor Tomazzo dio órdenes que lo llevarán a la habitación, levanto su teléfono e hizo llamadas, estaba asustada por Leandro, camine de un lado a otro viendo a gente subir a toda prisa las escaleras.

Apenas iba a subir para saber que estaba pasando y el saber como estaba él, solo me detuvo un hombre.

- tranquila Gemma, él estará bien, por cierto un gusto me llamo Renato- asentí estrechando las manos- ven pediré que preparen un café y comida para mi sobrino.

- gracias- camine tras de él sentándome en el comedor- ¿enserió él está bien?

- si comparado con lo que a pasado en otras ocasiones esto no es nada, verás que va a haber Leandro para rato- sonreí hasta asentir.

Me sirvieron café y comida para mi hijo que estaba muy hambriento, mientras hablaba con Renato bajo el señor Tomazzo acercándose con nosotros, cargando a mi hijo.

- Leandro se recuperará- sonreí levantándome de mi asiento.

- ¿puedo verlo?- asintió tomando mi mano llevándome hasta la habitación de él.

Él se fue y solo entre a la habitación estaba acostado en su cama, con su torso al descubierto viendo unas vendas sobre su abdomen, me acerqué mientras se me aceleraba el pulso, me senté aún costado de él tomando su mano cálida.

- Leandro, por favor recupérate pronto, se que te dije que mi hijo no tiene necesita, pero eso es mentira- suspiré besando sus nudillos- yo también te necesito.

Me acerque a su rostro hasta besar sus labios, acaricie su rostro, me levante y solo salí de la habitación encontrándome con el señor Tomazzo, Renato y mi hijo que cada vez caminaba más aprisa.

No se que a cambiado en solo minutos, pero al verlo desplomarse solo me angustie y no quería que le pasara algo, mi hijo tiene derecho de conocer a su padre y convivir con él, no sé si e tomado bien mi decisión pero ya está y no daré marcha atrás.

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Comments

GiovannaXchelMayaCejudo

GiovannaXchelMayaCejudo

un gran capítulo

2024-11-19

1

Yomiris Isabel Mendoza

Yomiris Isabel Mendoza

que hermoso pensar

2024-07-27

2

Ana Castillo

Ana Castillo

bien por ti y tu bebe que no tiene la culpa de como sucedieron las cosas

2024-05-20

4

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