13- su primer año.

ALESSANDRO.

Desde el primer día que vi a Gemma solicitando sus prácticas aquí, no dude en emplearla después de que terminará.

Solo con tenerla cerca me hacía sentirme bien, ella era la única persona que podía hacerme sentir vivo y más humano después de a lo que me dedico.

Pero haré lo que sea por enamorarla y cuando sea mía deshacerme de ese mocoso, porque solo la quiero a ella.

Soy empresario, pero también me muevo en el bajo mundo, por la vida que llevo tengo el dinero suficiente para vivir cómodamente el resto de mi vida, pero la ambición es mi segundo nombre.

Y quiero todo, pero mi gran obstáculo tiene apellido junto a un gran legado, los Ferrara, pero lucharé hasta arrasar con ellos para apoderarse de todo y cuando lo haga a Gemma la haré mi reina.

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GEMMA.

Después de ese encuentro con aquel hombre, no puedo sacarlo de mi cabeza, es como si lo conociera de algún lado independientemente que también al verlo a los ojos me haya echo recordar a mi amor platónico de la infancia.

Ya íbamos de regreso y entre suspiros, el señor Greco solo me observaba, no lo niego que había ocasiones que estar a su lado me incomodaba demasiado, solo ignore la parte en que me veía y solo rogaba que ya aterrizáramos.

Al llegar sin esperar a nada tomé mi maleta y prácticamente salí corriendo hasta tomar un taxi que me llevara a casa de mi tía, tenía ganas de ver a mi hijo y a mi familia.

Al bajar ya estaban esperándome y solo los abracé hasta cargar a mi hijo, besándolo infinidad de veces, ese día solo estuve en mi habitación junto a mi hijo, sé que al siguiente día me tenía que presentar a trabajar, pero un mensaje de mi jefe me confirmaba que me daba el resto de la semana libre.

Los siguientes días eran locura, con los preparativos de la fiesta, sería en el jardín de la casa de mi tía; el día tan esperado había llegado levantándome muy temprano para hacer la comida, me fui a la cocina mientras la Nona cuidaba al pequeño cumpleañero.

Mientras se hornea la torta, hice la comida, pasta, pollo y salsa para bañarla, cuando ya estaba listo lo decore, no había quedado tan perfecto como de las pastelerías pero estaba echo con mucho amor.

Al salir al jardín estaban acomodando las mesas y solo puse los adornos y la mesa de dulces, todo estaba tan hermoso, cuando entré mi bebé camino hacia mí cargándolo y él solo se recostó en mi pecho.

Después de darle de almorzar lo llevé a bañar y ponerle su ropa, me duche mientras él estaba jugando con mi celular, al salir me arregle poniéndome un vestido color salmón, me maquille ya estando listos bajamos porque no tardaban en llegar los invitados.

Comenzaron a llegar los invitados, conocidos de la Nona que orgullosa presentaba a su nieto, después llegaron amigos de mi tía, los cuales algunos recordaba pues también fueron amigos de mamá.

Y unos cuantos conocidos de cuando trabaje al lado de Gi, a mi hijo lo veía feliz entre tanto regalo, sirvieron la comida y todos quedaron encantados con el platillo, al cantarle feliz cumpleaños, mi garganta se me hizo nudo, aún no podía creer todo el camino que había recorrido y todo gracias a mi hermoso príncipe Luciano.

La tarde siguió y ya éramos menos personas, cuando vi entrar a mi jefe con un enorme regalo, me levante de inmediato caminando hacia él, tomando la caja.

- señor Greco,- solo dije eso, porque en realidad no sabía que más decir.

- una disculpa si llegue sin ser invitado Gemma- negué tomándolo del brazo para qué se sentará.

- no, no, yo debí invitarlo, ¿gusta comer?- me sonrió recorriéndome con su mirada hasta asentir.- ya regreso.

Mientras servía el plato para calentarlo, entró Gi con su rostro serio.

- ¿por qué vino tu jefe?- me encogí de hombros pues yo tampoco sabía el porqué.

- no sé, no lo invite y de…- me quedé en silencio haciendo memoria- Gi, tampoco le dije cuando sería la fiesta de Luciano.

- No me lo tomes a mal prima, pero quiero que dejes ese trabajo, él no me da confianza- lo vi sorprendida- es más, el puesto que ocupabas aún está vacante.

- no sé que decirte Gi- me abraza tomando el plato y camina a la salida.

- solo piénsalo- asentí viéndolo irse.

Camine al jardín cargando a mi hijo, pero al distraerme jugando, regrese mi vista hacia donde estaba mi jefe y ya no estaba, le hice señas a Gi y solo negó hasta encogerse de hombros.

Sí que mi jefe era un ser muy extraño, que lo que me dijo mi primo me haría pensarla definitivamente, él nunca se metía en nada mío, era la primera vez y sé que sus motivos y razones tendrá, pero si lo hace es por algo, de eso no hay duda alguna.

Al finalizar la fiesta llevé a mi hijo a acostar, me cambié y después de dejarle una barrera de almohadas baje para recoger, pero la Nona me lo impidió solo deje en la mesa los regalos, ya mañana le ayudaría a abrirlos.

Y solo me despedí subiendo las escaleras, al entrar a la habitación solo me acosté acurrucado entre mis brazos a mi hijo, relajándome con su dulce aroma hasta dormirme inmediatamente.

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