12- Bello espejismo.

GEMMA.

Me levante e hice lo mismo que todos los días, me bañe, arreglé, levante a mi hijo, lo bañe y arregle, mientras terminábamos de desayunar llego Gi, como cada santo día, aliste las cosas y nos fuimos a casa de mi tía.

Al llegar fuimos recibidos tan efectivamente que mi hijo gritaba de felicidad besando a su tía y su tita como a comenzado a decirle a la Nona.

Después de ese cálido recibimiento nos fuimos los cinco a él centro comercial, como es la primera fiesta de mi hijo, no quiero algo tan exagerado y tengo ganas de yo hacer la decoración y la comida para los pocos invitados, ya que serian conocidos de mi tía, de Gi y hasta de la Nona.

Así que duramos todo el día fuera comprando lo necesario para la comida, la tarta y mesa de dulces, así que al llegar a casa Luciano ya venía dormido en mis brazos, entramos a casa y lo llevé de inmediato a mi antigua habitación, lo recosté en la cama y solo un par de minutos entró mi tía sentándose en la cama.

- hija, ¿cuántos días estarás en Florencia?- negué de inmediato.

- no lo sé tía, pero sabes que te avisaré apenas sepa- ella asintió- ya regreso, Gi me llevara a casa para hacer la maleta y traer ropa para Luciano.

- está bien hija, aquí estaré cuidándolo mientras regresas- me despedí y solo salí de la habitación.

Encontrándome en el pasillo a Gi, al llegar a mi casa de inmediato preparé la maleta de mi hijo, con varios cambios de ropa y mientras Gianni se la llevaba a su auto, fui a mi habitación a alistar mis cosas.

Después de guardar varios cambios de ropa, zapatos y lo esencial para mí, cerré la maleta y caminé hasta salir, asegurando la puerta y solo nos fuimos a la casa.

Al entrar a mi habitación mi tía salió y solo me acosté abrazando a mi hijo quedándome completamente dormida, cuando desperté fue por el sonido insistente de mi celular, al ver la pantalla era mi jefe de quien ya tenía más de tres llamadas perdidas de él y un montón de mensajes.

Apenas iba a contestar sus mensajes cuando de nuevo entro la llamada de él y sin pensar solo conteste.

📲 buenos días, Gemma, en una hora pasaré por ti, dame la dirección de tu casa para pasar por ti.

📲 no estoy en mi casa si no en la de mi tía y no es necesario yo puedo irme al aeropuerto.

📲 ya habíamos hablado sobre eso Gemma, solo esta lista y en una hora paso por ti.

📲 está bien señor Greco.

Y solo colgó la llamada, gire y aún estaba dormido mi hijo, al ver la hora eran las ocho con veinte, me estire hasta levantarme para darme un baño, al salir me cambié haciendo el mínimo de ruido pero mi hijo se despertó y solo aproveche para alistarlo y darle algo de desayunar antes de irme.

Baje con mi hijo en brazos y la maleta en mi mano, la dejé en la entrada y me fui a la cocina, le preparé algo porque yo la verdad no tenía hambre, estaba por terminar de darle de comer a Luciano cuando entró mi tía.

- hola hija, buenos días- la saludé de beso- ¿a que hora te vas?.

- en menos de veinte minutos vendrá mi jefe por mí- ella asintió cargando a mi hijo.

Estábamos platicando cuando sonó mi teléfono, era un mensaje de él, diciéndome que ya estaba afuera, camine a la entrada junto a mi tía, al abrir estaba una camioneta y de ella bajo mi jefe tan llamativo como siempre.

Solo me despedí de los dos, dándole muchos besos a mi bebe, será la primera vez que me separé por algunos días de él, sé que todo es sacrificio y todo vale la pena por un futuro mejor.

Camine hasta él, saludándolo de mano, subí a la camioneta y de inmediato íbamos a alta velocidad, llegamos rápido a la pista hasta que abordamos.

Estaba concentrada viendo las nubes, el azul del cielo cuando una voz gruesa me habla sacándome de mi contemplación.

- Gemma, ¿por qué nunca me dijo que tenía un hijo?- solo asentí a su pregunta.

- porque no lo creí necesario, pero ya que sabe, si tengo un pequeño hijo que pronto cumplirá su primer año- él asintió mostrando de nuevo esa sonrisa.

- no me lo tome a mal, pero estás muy joven, ¿no crees?- sonreí un poco incómoda, nunca me a gustado hablar sobre mi vida y menos con gente que casi no conozco- discúlpame, perdón no quise incomodarte.

Solo asentí sin contestarle nada, él se sumergió en su computadora y yo solo admiraba por la ventanilla, al aterrizar nos fuimos directos al hotel, organizando las reuniones próximas, y con mi jefe solo hablaba lo necesario.

Los primeros dos días, desde que amanecía estábamos en la empresa, dándome cuenta que la gente que acompañaba a él señor Greco aparte que era muchos hombres todos estaban armados, me parecía muy extraño para que sea un simple empresario.

Los dos días restantes fue más relajado donde tenía tiempo libre en donde podía quedarme acostada más tiempo, pero hoy por ser mi último día en la bella Florencia me aliste con mi mejor atuendo y salí a caminar, admirando sus bellas calles y sus impresionantes edificios.

Iba embobada cuando tropecé cayendo al suelo, al instante me queje y una voz muy grave y sexi se disculpaba era tan melodiosa que hizo erizar los vellos de mis brazos, extendió su mano sintiendo algo electrizante recórreme.

Al levantarme él solo me veía y pude ver lo apuesto que era, recordando al ver hermoso aquel chico de años atrás, me solté y solo sonreí hasta alejarme de ese lugar.

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LEANDRO.

Sabía que Alessandro estaba en mis territorios, así que me reuniría con él, para dejar las cosas claras, este sería el primer y único aviso, ya después correría sangre.

Al reunirme con él, tuve tanta fuerza para contenerme de no golpearlo y matarlo en ese lugar, pero haré las cosas como dice mi padre, tengo que dejar que confíen y cuando menos lo piensen la muerte los visita.

Cuando salí necesitaba tranquilizarme y solo caminé demasiadas calles, que sin darme cuenta por ir perdido en mis asuntos hice que alguien se cayera al piso.

Sin ver su rostro solo me disculpé extendiendo mi mano, sintiendo esa misma sensación de paz, como con mi dulce obsesión, me quedé viéndola por segundos, por inercia volví a parpadear y si era ella.

Un bello espejismo fue solo minutos quedándome sorprendido y totalmente shockiado, que así como la vi, la volví a perder de vista.

Me quede anonadado por su belleza, siendo aún más hermosa de lo que la recordaba, al recuperar mi cordura mande a mis hombres para qué la buscaran, pero como siempre nunca encuentran nada, yo no entiendo como trabajaban en una agencia de inteligencia si de inteligentes no tienen absolutamente nada, estoy pensando seriamente en cambiar una cuantas fichas de mi tablero, por qué no veo resultados.

Y de inmediato movilicé a mi gente para que la buscaran hasta por debajo de las piedras pero nuevamente sin éxito alguno, siendo tan estúpido teniéndola tan cerca y solo la deje ir de nuevo, pero juro mi querida obsesión que te encontraré y esta vez no te dejaré irte de mi lado.

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