19- Tienes que encontrarlo.

GEMMA.

Se levantó de nuevo sacando de un cajón una caja y me la entregó, lo vi confundida, no estaba entendiendo nada, de su interés sobre mi vida, el que me tenga aquí, el que trate de esa manera a Luciano.

Al abrir la caja era un pequeño colgante con mi inicial, lo volteé a ver más que confundida, porque él me daba esto y más que se parecía a la que perdí hace muchos años siendo el último regalo de mamá por cumplir mis ocho años.

- ¿y esto?- él lo saco de la caja, me dio a Luciano y me puso el colgante.

- esto te pertenece, lo perdiste cuando intentaron llevarte- me sorprendí abriendo mis ojos.- yo fui el que te salve aquel día de un secuestro.

- pe, pero como es posible, eso fue hace años yo era una niña como es que tú, que yo- solo sonrió sentándose sobre su escritorio.

- al ver la foto de tu padre supe que eras tú, pero llevo tiempo buscándote, Gemma la noche que fuiste con tu hermanastra, créeme yo no sabía ella dijo que era tu amiga y que tú querías divertirte y- guardo silencio, me impacto lo que intentaba decirme, pero entendí a que se refería, quería llorar, pero una ira invadió mi cuerpo levantándome y solo lo abofeteé tres veces.

- como pudiste, te odio, me lastimaste- intente salir, pero él me agarro del brazo despertándose mi hijo.

- Gemma, yo no sabía, perdóname por haber sido tan hijo de puta contigo, pero quiero ser parte de la vida de Luciano- negué soltándome de su agarre.

- no me toque y él no lo necesita- salí casi corriendo hasta la entrada, pero esos hombres me lo impidieron salir.

Lo vi acercarse haciéndole señas a los hombres que despejaron la entrada.

- yo no te voy a retener, si quieres irte está bien, pero aunque no lo quieras seré parte de la vida de Luciano- negué al borde de las lágrimas.

- y como sabes que es tu hijo, ¿cómo?- le grité con rabia, Luciano solo comenzó a llorar él se quería acercar y solo me aleje.- no te acerques.

- sabes que lo que tiene en sus ojos es genético, ¿verdad?, pero si quieres pruebas créeme las tendré, Rolando llévala a su casa- solo vi asentir a ese hombre y él se fue.

Me subieron a una camioneta llevándome hasta la casa de mi tía, al llegar y verme entrar me abrazaron se les notaba que estaban angustiados por nosotros.

Gianni me llevó a su habitación mientras la Nona y mi tía estaban con Luciano, al entrar nos sentamos en un pequeño sofá.

- ¿estás bien?, ¿no te hizo daño?- negué, por extraño que parezca agradecía que no me hizo nada, pero me dolía enterarme de la verdad.

- no, pero me dijo que él era el papá de Luciano y que quería estar presente en su vida- él asintió hasta que comenzó a platicarme.

Me dijo lo mismo que él, pero con la diferencia que el padre de ese monstruo fue amigo de mi tío y que él señor Greco también era mafioso y era su enemigo, no sé por qué mi primo insistía que tenía que hablar bien con él, dejar aún lado el pasado por el bien común, solo salí sin decirle nada, fui con la Nona cargue a mi hijo y solamente me fui a mi casa, necesitaba pensar, pero sobre todo tenía que ver la posibilidad de irme a Seattle de nuevo para estar frente a la compañía de papá y velar sobre la herencia de mi hijo.

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LEANDRO.

Después de haber hablado con ella y ver su reacción, la dejé ir, no sé por qué pero solo lo hice, sabía que se había ido a su casa, porque dejé hombre vigilando sus movimientos y para que la protegieran.

Cuando se fue solo recibí una llamada diciéndome que no habían encontrado al malnacido de Alessandro, movilice toda mi gente pero se había escabullo también, que no tenía la ubicación exacta de su guarida.

Pasaron algunos días cuando ya tenía la prueba de paternidad y solo para comprobarble que él era mi hijo, fui a encontrarme con ella, sabía que estaba en el centro comercial, estaba sentada cuando me acerque.

- hola, aquí tienes lo que me pediste- toma la hoja abriéndola y solo me la regresa.

- yo no te pedí nada- se levantó del asiento y se fue, mis hombres la iban a detener pero solo los detuve.

Me fui a casa sintiendome frustrado porque es tan terca carajo, que no entiende que solo quiero protegerlos, pero no paso, ni dos horas cuando uno de mis hombres entro alarmado que habían entrado a la casa de Gemma, de inmediato me fui, al bajar parecía un cementerio hombres por donde sea, entre a la casa y estaba todo revuelto abrí cada puerta y la vi tirada en el piso ensangrentada, pero mi hijo no estaba por ningún lado.

La lleve a casa en donde ya me esperaría el médico, saque mi celular para hacer una llamada.

📲 Renato necesito que encuentres a mi hijo.

📲 No te preocupes lo encontraremos, tú asegúrate que Gemma esté bien.

Corte la llamada, necesitaba saber que ella estaría bien, para poder buscar a Luciano y matar al que se atrevió a llevárselo, nadie se mete con mi familia, nadie.

Al llegar la llevé a la habitación y la reviso haciéndole curación en el brazo y pierna, le dieron calmantes para el dolor, solo pasó media hora estando dormida cuando despertó gritando.

- ¡LUCIANO!- volteo a verme y solo comenzó a llorar- se llevaron a mi hijo, es tu culpa, si no hubieras aparecido todo estaría bien.

- Gemma tranquilízate- la abracé y ella solo sollozaba en mi pecho.

- tienes que encontrar a tu hijo, a mi pequeño Luciano- la abrace más fuerte besando su cabeza.-

- encontraré a nuestro hijo, Gemma- ella asintió.

Solo salí dejando hombres al pendiente de ella y me fui a toda prisa, con el objetivo de encontrar a mi hijo y no regresaría hasta dar con él.

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