15- Perdóname.

Pasaron un par de días, cuando obtuve la señal que tanto le pedí a mi madre, en mi sueño solo dijo que tenía que perdonar para que mi corazón sanara y así decidí ir a verlo, creo que con esto podré cerrar este capítulo en vida.

Al decirles sobre mi decisión solo me apoyaron, sabía que daría otro gran paso en volverlo a ver y en ver a esas arpías, sé que tengo que ser fuerte, fría y muy calculadora a la hora de estar frente a ellas...

Aliste mi maleta decidí llevar a mi hijo conmigo y quien me acompañaría sería mi primo, él dijo que nunca me dejaría sola, al bajar nos despedimos y nos fuimos a la pista, emprendiendo el vuelo rápidamente, mi hijo estaba fascinado viendo por la ventanilla, pero yo solo me perdía en mis pensamientos sintiendo un poco de nervios.

Después de horas de viaje estábamos aterrizando, era de noche y solo nos fuimos a un hotel para cenar y descansar, ya mañana sería el gran día de visitar a mi padre y volver a ver a esas vividoras, porque eso son.

La noche fue tan rápida, que ya estábamos a escasas calles para llegar a la casa de mi papá, Gianni estacionó bajando del auto, mi hijo solo balbuceaba llamándome muchas veces mamá, camine hasta la puerta, mi primo pasó su mano por mi hombro hasta que toque a la puerta.

Cuando abrieron era Amelia quien me recibió con un abrazó, recordando lo cálidos y reconfortantes que sus abrazos eran, saludo a Gianni hasta que nos dio el pase, cargando a Luciano

Estábamos conversando cuando unos tacones se escuchaban venir, levante mi vista y era Sofía bajando las escaleras, al verme sonrió tan forzadamente que sabía que le desagradaba mi presencia.

- hola Gemma, ¿a que debemos esta visita?- solo la ignore caminando a las escaleras.- te estoy preguntando, niña.

Volteé sin expresión en mi rostro- no tengo por qué darte explicaciones, ni contestar tus preguntas, así que deja lo cordial, que sabemos que eso no te va.

Mientras subía mi adrenalina estaba por los cielos, era la primera vez que la enfrentaba sin titubeos y creo que me siento satisfecha de haberla dejado callada, camine hasta la habitación de mi padre tocando la puerta.

Escuché un muy débil pase, al entrar lo vi postrado a esa cama con aparatos conectados, haciendo más grande el impacto de verlo así, me acerque hasta arrodillarme al costado de la cama, tome su mano hasta besarla.

- papá, pero que pas…- me interrumpió hablando él.

- hija- se sorprendió al verme, sonrió y rodaron lágrimas por sus mejillas- mis plegarias fueron escuchadas.

- tranquilo papá- cada que hablaba sentía mi voz quebrarse.

- perdóname por haberte alejado de mí, tarde comprendí que a tu lado me mantenía vivo, porque eres el fiel recordatorio de cuanto ame a tu mamá- comenzó a toser ayudándolo a incorporarse un poco para que tomara agua.

- calma papá, estoy aquí y no me separaré de tu lado- asintió besando mi mano, me vio fijamente a los ojos.

- hija, mi nieto, ¿está aquí?- asentí sorprendida, sonreí olvidando de cómo algún día se refirió a mi hijo- ¿puedo conocerlo?.

- si papá, ya regreso- sonreí limpiando mis lágrimas al levantarme tomo mi mano.

- perdóname.

No dije una sola palabra y solo salí en busca de mi bebé, baje las escaleras viendo a Alice junto a Sam, ellos al verme se sorprendieron por mi presencia, estaban en shock porque no se movían de su lugar.

- ¿Gemma?, pero- pase, por un lado, sin tomarle importancia a lo que dijo Sam y solo fui hasta la sala para cargar a mi hijo.

- Gi, me llevaré a Luciano para que lo conozca mi papá- asintió levantándose del sofá.

- vamos, te acompaño- asentí caminando hasta la escalera y dándome cuenta que aún estaban en el mismo lugar.

Al entrar de nuevo a la habitación mi padre sonrió y extrañamente mi hijo estiro sus bracitos para que mi papá lo cargará, al verlo abrazarlo y darle besos, levanto su vista con sus ojos llorosos.

- hija, perdón si te hice daño y te lastime, también quiero disculparme por haberme expres...- lo interrumpí acercándome a él.

- papá, no hablemos del pasado, disfrutemos este momento- asintió, lo abracé y solo mis lágrimas salieron, no me había dado cuenta cuánto necesitaba los cálidos brazos de mi padre.

Estuvimos algunas horas más hasta que nos fuimos, prometiendo volver al día siguiente, los días avanzaron y su salud se deterioraba cada vez más, tenía que hablar con Sofía para saber que tenía papá, pero su arrogancia e hipocresía hizo que chocáramos y no obtuve la información que necesitaba, mi primo se encargó de traer un médico de confianza y le hizo algunos análisis y al irse, Sofía hizo escándalo por haber traído un médico.

Me pareció más que extraño su comportamiento, no quería pensar lo peor, pero con su comportamiento deja mucho que desear; estábamos en el hotel era de madrugada y la llamada de Amelia me hizo levantarme y solo lo que pudo decir ante su llanto era que papá estaba agonizando.

Nos levantamos cambiándonos rápidamente y nos fuimos a mi casa, al entrar subí corriendo las escaleras hasta llegar a su habitación, al verlo los aparatos estaba sonando me acerqué a él sosteniendo su mano.

- papá, estoy aquí- él me vio y una lágrima se escapó de su ojo, sonrió hasta apretarme la mano.

- a llegado mi hora, hija, por fin estaré al lado de tu madre- sonreí con un nudo inmenso en mi garganta intentando contenerme.

- papá, no te esfuerces, tranquilo- besé su mano muchas veces- tú estarás bien, tienes que ver crecer a tu nieto, solo espera que pronto llegará el médico.

- que más quisiera hija, pero mi tiempo a llega…- un dolor no dejo que continuara hablando solo se quejaba, me alarme no sabía que hacer.

Mis manos temblaban, mis lágrimas salían sin control, me dolía porque lo estaba perdiendo y no sabía que hacer, llame de nuevo al doctor y ya estaba por llegar, pero papá comenzaba a delirar, hablando con, ¿mi madre?.

- papá, ya viene el doctor, por favor quédate conmigo, te necesito, Mauro Leone- volteo a verme besando mi frente.

- perdóname, hija mía- al escucharlo mis lágrimas salían, él solo me acariciaba con su mano.

- padre, no tiene que pedirlo, yo ya lo perdone- lo abrace pero su abrazo comenzó a ser menos fuerte hasta que sentí su brazo caer a la cama- papá, despierta, por favor no me dejes, ¡¡papá!!.

Estaba histeica quedándome abrazada a él, recostándome a su lado, mis lágrimas salían sin parar, cuando escuche la puerta abrirse, solo veía al doctor comunicarle a Gianni que mi padre había fallecido, él trataba de consolarme pero no quería me rehusaba a lo que decía el médico, hasta que me cargo para qué se llevarán a mi padre, me sentía tan mal, mi respiración era tan pesada que me faltaba el aire, mis latidos dolían, mi cuerpo temblaba y mis lágrimas salían sin parar, recordando y sintiendo el mismo dolor de cuando mi madre falleció.

Estaba tan perdida, que no me di cuenta en que momento me cambiaron, Amelia tenía a Luciano y Gianni me sostenía a mí, estábamos en el funeral, estando solo nosotros y viendo a Sofía y a Alice caminar como si nada, como si de una simple reunión se tratara.

Al levantarme para ir a su caja, me derrumbé verlo ahí, pero un poco de consuelo tenía, se veía tan tranquilo que sabía que ya no sufriría más, regrese a mi asiento cargando a mi hijo, lo abracé mientras lloraba sus manitas solo limpiaban mis mejillas dándome besos, como queriendo calmarme y lo estaba logrando, pero aun así me sentía rota por dentro porque ya no lo volverá a ver nunca más.

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