Cap. #20

((Advertencia capitulo aterrador))...

Esa tarde Aurora recibío la visita de varias damas y todas eran esposas de demonios de algo rango. Ellas conversaban sobre sus esposo y lo bueno que era ser demonios como ellas. Aurora le parecía estúpido hablar de esas cosas triviales y se mantuvo en silencio.

-No hablas mucho, me dijeron que eras humana, ahora inmortal ¿Es cierto? _ Pregunto una de las damas del grupo que era hostil con Aurora.

-Si, es cierto _ Aurora respondió sonriendo.

-¿Que puedes darle al 7mo príncipe a parte de un hijo? No puedes responderle como se debe en la cama, solo eres una carga para él _ La dama seguía atacando a Aurora _ Mira a Lamya _ Oye tú, sal de aquí. Un demonio de poco rango no puede estar junto a nosotras. Trae un poco más de esa bebida date prisa _Ordenando como si fuera la dueña del lugar.

Aurora acepto que la criticaran y la cuestionaran, pero sabiendo el pasado de Lamya. Aurora se enojo, Lamya es como una hermana para Aurora y no permite que ningún demonio de rango mayor la insulte, o le baje el autoestima.

-Este lugar es mío y aquí solo mando yo. Ella es como mi hermana no mi sirviente y si tengo un hijo con mi Paimon es por soy capaz de responderle en la cama. Ustedes son viejas celosas y ardidas que no pudieron conquistarlo. Sus esposos no deberían ver la gran señora de Paimon y que esa soy yo, porque sus esposas se verían feas en la noche después de verme. _ Aurora al final hablo duro. ¡¡Ahora Fuera, Largo De Mi Establecimiento!! viejas brujas y no volverán a tomar mi bebida especial.

Paimon que había llegado estaba viendo las agallas de su esposa al pelear con esas demonios. El pequeño Samael estaba orgulloso de su madre. Lamya estaba sollozando nadie la había tratado tan bien en su vida como Aurora.

-¿Por qué lloras? Cuando alguien te quiera intimidarte acuérdate que eres mi familia, mi unica hermana. Yo responderé por ti _ Aurora sonríe _ Si yo no puedo, tengo un esposo y un hijo y no tengo miedo de usarlo, los pondrá en lugar.

Paimon y el pequeño Samael abrazaron a Aurora felizmente.

-Mamá no dudes en usarme, tia Lamya no serás más de bajo rango te llevaré conmigo al infierno y elevaremos tu rango. Además eres la tia del Pequeño príncipe _Samael le guiña el ojo.

-Me siento orgulloso, esposa. Puedes usarme todo lo que quieras _ Paimon beso a Aurora ferozmente.

-Papá, por favor. Vayan hacer sus cosas de adultos a otro lado _ Samael simula taparse los ojos.

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Dos semanas después...

Dylan estaba se infiltro en la empresa de Paimon y se dio cuenta que tanto humanos como demonios trabajaban en la empresa. Dylan hacia su trabajo y observaba cada movimiento a su alrededor.

La noche empezó a caer. Andrea y Bernard llegaron a su casa con algunas bolsas de las compras que habían hecho más temprano.

Arianna estaba emocionada, sus padres habían conseguido una buena suma de dinero y le habían dado una buena parte.

Cuando Dylan llegó los vio felices y no le dio importancia a qué se debía. El mismo estaba enterrado en sus pensamientos de venganza.

La noche llegó y Bernad silenciosamente tomo la tarjeta y se fue a apostar el dinero que les quedaba. Ellos habían gastado 8 mil dólares y le habían dado a su hija 12 mil dólares, en total quedaban 30 mil dolares y Bernad se fue llevándoseló con él.

La noche había estado intensa, después de que Andrea y Bernard habían llegado a casa con el dinero. Una fuerte energía maligna se había dispersado por toda la casa. Los amuletos y hechizos de Dylan no funcionaron.

Arianna escucho varios susurros, se levantó y corrio alrededor de la casa. Se había perdido en la oscuridad, pero de repente se cayó. Se puso de pie rápidamente y una mano gris azulada agarró su tobillo con fuerza.

-¡Ahhh! _ Arianna gritó asustada.

La mano estaba más fría que el hielo. Su pantorrilla siendo agarrada por la mano se entumeció y la sensación de entumecimiento subió rápidamente, alcanzando su muslo y cintura...

Dylan y Andrea llegaron rápidamente al pasillo al escuchar el grito. Bernad estaba llegando a casa en ese instante.

Ya eran las 3:00.a.m.

El demonio que el pequeño Samael había mandado se instaló de inmediato en la casa. Las 4 personas se encontraron y sus rostros estaban salvajemente asustados. Veían una figura de manos y pies largos en una esquina de la casa que gritaba.

-[Estoy hambriento]

-[Estoy muy hambriento, muy hambriento, estoy muy hambriento]

Dyland empezó a utilizar sus conjuros y no obtuvo ningún resultado. Bernad borracho le gritó asustado.

-No te preocupes, aquí tengo una hamburguesa _ Bernad se la lanzó.

El demonio abrió su boca de par en par y la trago y su saliva goteó como una cascada.

Detrás de Dylan y Andrea unas manos grises se extendían desde la pared. Tenían uñas afiladas, en un instante y de repente se notaron gotas de sangre en la punta de sus uñas, las cuales habían caído desde el cuello de Dylan y Andrea.

-¡Mama, detrás de ti...! _ Gritó Arianna aterrorizada.

Bernad no pareció notarlo en absoluto y unas manos iguales salieron de debajo el suelo y lo sujetaron. Dos gritaban menos Dyland, pero el estaba aterrorizado y todo lo que había aprendido no le funcionaba.

Unas caras aparecieron en el aire se burlaban de ellos a carcajadas.

-¿Qué debo hacer ... quiero mi dinero y ustedes lo han robado _El demonio gritó y las paredes de la casa se transformaron instantáneamente en carne y hueso y se presionaron se tambalean como en una marea marina. Las pupilas de las cuatro personas se dilataron inmediatamente. Sus rostros estaban pálidos y se desmayaron.

A la mañana siguiente los cuatros despertaron en el suelo de la sala. Sus cuerpos estaban arañados y no podían moverse del miedo.

-Dylan, dijiste que habías puesto a salvo nuestra casa y nos diste amuletos, pero vemos que no funcionaron _ Arianna hablo lentamente estaba muy asustada para subir la voz.

-Su amo es muy poderoso. No puedo enfrentarme a un príncipado del infierno. El dinero que ustedes se robaron devuelvánlo _ Dylan está ansioso.

-¿Estas diciendo que el dinero que el Señor Paimon me dio es robado? _ Andrea respondió ansiosa.

_No lo sé, pero el dinero no fue de manera justa y ustedes se han vendido. Yo me iré de aquí _ Dylan de levantó y fue por sus cosas.

Bernard le dijo a Andrea que había apostado el dinero restante y lo había perdido todo. Con los 12 mil dólares que le dieron a Arianna se dirigieron a la empresa a devolvérselo a Paimon.

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