Cap. #5

Paso el tiempo y se cumplieron los 6 meses. Arianna no mostraba signos de dar a luz, pero sí tenía problemas con el embarazo. El brebaje preparado no era apto para que un bebé humano lo consumiera.

Paimon regresó a la mansión. Inmediatamente, Arianna salió de su habitación para recibirlo.

-Recoge tus cosas y lárgate de mi casa. Tienes 15 minutos. - Paimon pasó hacia su habitación y dejó a Arianna llorando en la sala de estar.

La servidumbre de inmediato le llevó sus cosas en una maleta. Arianna regresó a su casa y sus padres por igual. Paimon les había cortado las tarjetas de crédito y volvieron a la misma vida que llevaban.

-Hija, ¿qué haces aquí? El CEO me acaba de cortar la tarjeta y tuve que volver. - Andrea se sienta a su lado y se queja.

En ese momento, entró Bernard arrastrándose, ebrio y enfadado.

-¿Qué hiciste, estúpida zorra? - le lanza unas fotos a la cara. - ¿Cómo te atreves a arrastrarte con un hombre como ese teniendo al CEO a tu lado? - Bernard la golpea en la cara y Arianna cae al suelo.

-Estás loco, ella está embarazada. - Andrea se levanta y se pone enfrente de su hija.

Andrea la levanta y le da un poco de agua.

-Nuestra vida de ricos se acabó porque tu hija es una cualquiera. Se estaba acostando con otros hombres en vez de conquistar al CEO. - Bernard se echa al suelo, no puede sostenerse de pie.

Arianna siente dolores en el vientre y Andrea la llevó al hospital. Bernard quedó tirado en el suelo, dormido por el alcohol.

En el hospital...

Un doctor sale de la sala de emergencias.

-Familiares de la paciente Arianna. - El doctor no tiene buena cara.

-Soy yo, soy su madre. ¿Qué ha pasado? - Andrea está preocupada.

-Señora, su hija perdió al bebé. Ella está en recuperación. No podrá volver a tener hijos. Firme aquí y pase a verla a la habitación 236. - El doctor le entrega los documentos y después de que Andrea los firma, se fue a ver a su hija.

Arianna estaba llorando desconsolada, no por el bebé, eso a ella no le importaba. Lloraba porque no tendría la oportunidad de volver con Paimon.

Andrea entró y consoló a su madre por un momento.

- Madre, tengo una idea. Busquemos a la loca de mi hermana y utilicemos una vez más a ese ser inservible. Dejemos que dé a luz al hijo de Paimon y, cuando lo haga, nos deshacemos de ella nuevamente y yo criaré al niño.

- Tu padre se cansó de buscarla y no la hemos encontrado. Tu padre gastó todo el dinero en los casinos y el alcohol. - Andrea calculaba lo que podía hacer mientras hablaba con Arianna.

- Madre, tú eres muy ahorradora. ¿Tienes que tener dinero? - Arianna aún tenía esperanzas.

- Sí, he guardado dinero, pero que tu padre no se entere. Pagaremos a un investigador y daremos con ella. - Andrea sonrió.

Arianna se sintió confiada.

En el extranjero...

Era una noche lluviosa, ya casi era medianoche, exactamente faltaban 15 minutos.

Aurora estaba dormida y despertó sintiendo un terrible dolor en su vientre. Aurora se levantó de la cama y vio que el lugar donde dormía estaba mojado de agua.

- Creo que me oriné del dolor. - Aurora subió a la cama para recoger las sábanas y cambiarlas. En ese instante, sintió otro dolor punzante en su bajo vientre.

Aurora gritó del dolor y sintió un pujo natural, así que con el dolor en aumento, pujó y pujó. Cada minuto llegaba un pujo uno tras otro, los dolores aumentaban en cada pujo.

Los rayos que caían eran cada vez más estruendosos, la lluvia no cesaba. El mundo estaba sintiendo la llegada del niño, en varios continentes hubo desastres naturales.

Lamya rápidamente se dirigió a la casa de Aurora. Con lo que estaba sucediendo, entendió que el bebé estaba por nacer.

A las doce en punto exactamente, Aurora dio un último empujón y salió el bebé.

Todas las legiones de demonios temblaron al sentir el inmenso poder.

- Entonces, si tengo un hijo y se ha estado escondiendo. - Paimon sonrió. - ¡Harut! Quiero que investiguen dónde está mi hijo y lo traigan de regreso.

- Señor, él es muy poderoso y se está escondiendo a pesar de ser un bebé. No podemos saber bien su paradero exacto. - Harut temblaba. - Señor, usted puede invocarlo y traerlo.

-No crees que ya lo hubiera hecho. Él no quiere verme. - Paimon desaparece.

Paimon salió a volar e invocó a sus súbditos para tratar de encontrar al demonio bebé.

Después de que el bebé salió, Aurora lo cargó en sus brazos y se asustó. El bebé no tenía color en la piel, su color era blanco, tenía una pequeña cola, dos cuernos y dos alas negras. Cuando el bebé dio su primer llanto, mostró dos colmillos en su boquita.

Aurora lo volvió a poner en la cama. Ella estaba asustada y el niño lloraba.

-Parece un demonio. ¿He parido un demonio? - Aurora quitó las sábanas sucias y las tiró al suelo.

Después de poner sábanas limpias, Aurora cargó al niño y lo abrazó en su pecho. Aurora se sentía débil y su fuerza empezaba a irse.

-Bebé, perdóname. Siento que muero. - Aurora empezó a sollozar. Las lágrimas corrían por su rostro y dio un último suspiro.

Lamya entró y se arrodilló frente al niño.

-Príncipe de la oscuridad, estoy aquí como su humilde sierva. - Lamya presentó su respeto y saludo.

Se levantó para ayudar a Aurora, pero era muy tarde. Aurora había muerto.

Lamya se sintió triste. Se había encariñado con la humana y la había estado cuidando.

Paimon y su legión de demonios fueron bloqueados por el bebé y no pudieron encontrarlo.

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