Cap. #6

-¡Aurora!...

-¡Aurora!... Ven, sigue la luz.

-Es tan cálida esa luz que no puedo dejar de querer ir hacia ella. _Caminando hacia la luz.

-¡Wuuaahhh! ¡wuuaahhh! _ (niño llorando).

-Lo siento, pero quiero ir con mi bebé. Él es especial y solo yo lo sé. _Solloza. _Por favor, déjenme volver con él. _Suplicando.

-¡Mami! ¡Mami! Devuélvete, ven conmigo Mami. _El niño le da la mano y la trae de vuelta.

Lamya levantó al bebé y puso su pequeña frente junto a la de su madre. El bebé emitió una luz dorada y su madre volvió a la vida.

-Príncipe, gracias por salvar a su madre. _Lamya estaba muy agradecida.

Lamya hizo esto para que el pequeño demonio se despidiera de su madre.

Aurora de repente abrió los ojos y tosió por tragar bocanadas de aire. Su cuerpo se sanó de inmediato, tomó al bebé, lo acurrucó en su pecho y lo llenó de besos.

-Perdóname amor, perdón por irme... Estaba asustada de dejarte en este mundo. _ Aurora sollozó y al mirar al lado de ella, estaba Lamya. _ Lamya, ¿eres como mi hijo?.

-Señora, ¿usted puede ver mi verdadero ser? _Lamya estaba sorprendida.

-Sí, puedo verte. Aunque no sé por qué no podía verte antes en esa forma. ¿Será porque he vuelto a la vida?.

-Mi señora, el bebé le dio ese poder y si es así... usted, mi señora, es inmortal ahora. _Lamya se encuentra arrodillada.

-¿Inmortal? ¿Cómo sucedió? Lamya, ¿qué haces ahí? No me llames señora, solo tengo 20 años. Oh, ¿por qué me tratas de señora? _Aurora hablaba con simpatía.

-Usted ha dado a luz al hijo del 7mo príncipe del infierno. Tengo que respetarla, soy su sierva. _Lamya sonríe. Es inmortal porque el príncipe la sacó del más allá y la trajo de vuelta.

-Ven aquí, eres como una hermana para mí. Aunque no seas de mi especie, quiero que me trates como tu hermana. _Aurora sonríe. _¿Cómo debo alimentar a mi hijo?.

-Es fácil, tiene que darle sangre de cabra preparada con otro alimento. Puedo darle unas cuantas pintas, debo ir a robarla. _Lamya se levanta para salir a buscar la sangre.

-No, aunque sea fácil robar para un demonio, no quiero que lo hagas. Debemos comprarla en el mercado.

-Señ... perdón, Aurora, es difícil encontrar la sangre de cabra. Puedes comunicarte con el bebé juntando sus frentes. Pídele al bebé encontrar a su padre y él se encargará de todo. Lamya aún no sabe la situación de Aurora.

-El padre de mi bebé, creo que ya está casado con mi hermana y piensa que soy yo. Además, escapé de él. Tal vez no sea el padre, aunque solo estuve con ese hombre. Respira profundo. Tal vez no quiera verme. Si es el 7mo príncipe, él pudo buscarme o buscar a mi bebé, encontrarnos y no lo ha hecho.

-Te entiendo, Aurora. Iré por la sangre al mercado. _Lamya se fue.

Aurora juntó su frente con la del bebé y se comunicó con él.

-Bebé... te amo. Aurora le da un beso y sonríe. Ahora no tenemos dinero, pero mamá trabajará duro para sacarte adelante. No seas travieso conmigo. Juro aprender y saber todo de ti. Quiero que seas un demonio decente.

Después de hablar con el bebé, la mesa al lado de la cama se sacudió. Luego apareció dinero en efectivo y unas cuantas bolsas de sangre. Tenían etiquetas que decían "sangre de cabra de primera".

-Amor, no puedes robar. Aurora miró al bebé.

En ese instante, Aurora escuchó la voz de un niño en su cabeza.

-Mamá, eso es de la casa de mi padre. Yo voy a cuidar de ti ahora. Se cortó la conexión.

En la mansión de Paimon...

-¡Señor! -Harut entra corriendo y sudando-. Sus bolsas de sangre... desaparecieron un total de 15. También desapareció parte del dinero que se estaba contando. Exactamente 2 millones.

Paimon se rió a carcajadas.

-El único que puede hacer eso es mi hijo. ¡Ese pequeño demonio! Nació y ya está haciendo de las suyas. Quiere proteger a esa mujer a toda costa. Paimon volvió a sonreír. No sé cómo sobrevivió, pero ese niño no está dispuesto a dejarla ir.

Paimon miró a Harut y suspiró profundo, tirándose al asiento que estaba a su lado.

-Desde hoy, compra más sangre de primera y deja la misma cantidad de dinero. Ese mocoso es un príncipe. No puede vivir en la miseria.

-Como ordene, señor. Harut dio las órdenes a los demás sirvientes y fue a terminar su trabajo.

En el extranjero...

Lamya volvió con una bolsa de sangre, llovía mucho y no pudo encontrar lo que buscaba. Al entrar a la casa de Aurora, se sorprendió.

-¿Aurora, el 7mo príncipe vino por ustedes? -Lamya sonrió feliz.

-No, el bebé trajo eso de la casa de su padre -le señaló el dinero-. También trajo dinero, pero no sé si usarlo.

-Aurora, el bebé es un príncipe, es el nieto de Lucifer. Debe vivir como tal. Compremos una casa más grande y bonita en el centro de la ciudad, también compremos ropa para ti y el bebé -Lamya sonrió.

-Está bien, yo también creo que lo merezco. Iremos de compras en una semana. Aunque mi cuerpo esté sano, debo acostumbrarme a ver más de ustedes fuera de aquí.

Lamya preparó de comer para el bebé y Aurora lo alimentó. Después, Aurora se dio un baño, se miró al espejo y se sorprendió. Su cuerpo era más voluptuoso y exquisito, sus rasgos faciales más delicados. Aurora había pasado por una transformación sin igual. Después de tener al bebé, parecía otra persona.

Aurora pensó en las cosas extrañas que había estado viviendo. "Tengo un bebé demonio. Sus alitas negras, su colita y sus colmillitos son tan hermosos. No debo dejar que lo vean de esa manera. Ese es mi bebé, mi pequeño bebé". Aurora sonreía felizmente, de alguna manera esta vida era mejor que la antigua y todo se lo debía a un demonio CEO en busca de un bebé.

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