Después de caminar un par de horas por una carretera la pobre muchacha está exhausta y su única guía son las luces de la ciudad que se distinguen muy lejos a la distancia. El sol se asoma en el horizonte, su cuerpo empieza a tomar temperatura y deja de temblar, el saco que tomó prestado es de diseñador pero no la abriga lo suficiente, sus pies duelen con esos zapatos, pero es libre. Al fin puede ubicarse, está en una zona residencial cerca de la Toscana italiana. A lo lejos siente el ruido del motor de un auto acercándose. Le hace señas para que pare y le pide muy amablemente ayuda para llegar a la ciudad, por suerte es una señora bastante mayor que se preocupa por su condición ya que no es normal encontrar gente a esa hora caminando. La deja en las oficinas de su padre.
Es muy temprano, ella está sentada en el hall esperando cuando lo ve entrar y se asombra al ver a su hija en ese estado.
⎯ Hija, ¿qué haces aquí y a estas horas?
⎯ Papá, vamos a tu oficina, tenemos que hablar.
⎯ Vamos⎯ suben por su ascensor privado.⎯ ¿De donde sacaste ese saco? ¿Estuviste con un hombre?
⎯ Será mejor que entremos así te lo cuento.
⎯ Está bien, solo espero que no hayas hecho una locura o el trato se cancela.
⎯ Es lo único que te preocupa, ayer cuando salí de este maldito lugar tres hombres intentaron secuestrarme y si no hubiera sido por el dueño de este saco no se que me hubiera pasado.
⎯ ¿Quiénes eran?
⎯ No sé, solo me di cuenta que hablaban en ruso.
⎯ Eso complica las cosas, ve a prepararte, llamaré a Donatti y esta noche se hará la presentación oficial, si saben los Osloski que estas bajo la custodia de Constantino, no se atreverán a hacer nada, no nos tocaran un pelo.
⎯ ¿Quieres decir que solo lo haces por mi protección?
⎯ En parte y otra por la deuda, ahora ve a casa y prepárate para esta noche, lleva el chofer y después me lo envías de regreso. Ahora sal, tengo que hablar con Gino Donatti.
⎯ Está bien.
Algo le decía que su padre cambió su actitud solo por miedo, su falsa preocupación, nadie la podría creer, ella no era tonta así que salió y se puso a escuchar detrás de la puerta, si algo ocultaba lo iba a descubrir. Está atenta a cada movimiento, escucha cómo su padre se sienta nuevamente en su escritorio y por lo que puede apreciar, toma el teléfono y comienza a discar. Son varios números los que marca, en total fueron ocho.
Debe ser una llamada local, piensa Greta, mientras siente cómo su padre aclara su garganta y comienza a hablar.
⎯ Buenos días, señor Donatti, …si, si, se que es muy temprano, disculpe la hora pero es una emergencia⎯ se sirve un vaso de whisky y continúa.⎯ Los rusos trataron de secuestrar a mi hija…Por supuesto que es virgen así que podrá darme el doble de lo acordado. Lo llamo por que tenemos que adelantar la presentación…No, señor, si quiere usted puede llevar un médico de confianza esta misma noche no tenemos problema…Prepare la chequera. Por supuesto que no lo estoy estafando, su hijo tendrá una gran noche de boda y yo me libraré de Osloski…Por supuesto, si no es pura yo mismo se la entregó a Vladimir Osloski, esa niña demasiados dolores de cabeza ya me causó desde que nació…No me importa que la torturen o hagan con ella lo que deseen mientras mi cabeza no esté en juego. Hasta la noche⎯ cuelga el teléfono y dice en voz alta, hablando como un demente.⎯ Por fin saldare mi deuda y no tendre que seguir viendo la cara de esa pequeña infeliz. Te odio, tu mataste al amor de mi vida.
Las manos de la pobre muchacha están sudando del temor que le causó escuchar todo eso, se las lleva al bolsillo y toca el revólver de ese hombre misterioso y por un minuto piensa que todo se acabaría si entra y le pega un tiro entre los ojos a ese maldito que dice ser su padre. Pero no puede, no es tan simple, hay un trato y los involucrados no se detendrán por que este muerto este malnacido, es peor de lo que imaginaba, ahora se arrepiente de lo que hizo, Osloski es el mismo diablo, si Constantino es el mal en personal, el ruso es diez mil veces peor. Solo queda una cosa por hacer y es huir, no tiene más opción. Es momento de salir de ese lugar así que controla sus emociones y baja al estacionamiento, le indica al chofer que la lleve a su casa y que regrese por su padre. Greta se sentó en el asiento de atrás y comenzó a llorar, se sentía una tonta por creer en él, en su protección y en cada palabra que salía de su asquerosa boca. Al llegar subió corriendo las escaleras hasta su cuarto, se arrojó en su cama y lloró hasta agotarse.
Unos golpes en la puerta, la sacan de su ensueño, mira el reloj que tiene en la mesita junto a su cama y ya son las cuatro de la tarde, durmió todo el día y seguro es su padre que ya llego a casa, reprime las ganas de gritar, su plan se derrumbó.
⎯ Hija, ¿estás lista?
⎯ No, padre. Me quedé dormida, anoche no descansé nada por el estrés.
⎯ Tienes una hora para prepararte. Nos esperan.
⎯ Está bien.
⎯ Te espero en la sala.
Entra al baño resignada, está frente al espejo intentando refrescar su rostro y que nadie note las ojeras que se asoman por debajo de sus ojos, recién se percata del moretón que se encuentra en su escote, tendrá que usar un vestido cerrado o todos notarán su marca. Mientras está en la tina comienza a recordar lo dulce que fue ese hombre, y lo diferente que serán sus próximas noches en la cama de ese verdugo. No puede evitar sentirse frustrada, usada, sucia. Era todo tan sencillo, agarrar algunas cosas y salir de esta casa apenas puso un pie por la mañana, pero como siempre nunca nada le sale como lo programa y ahora seguramente estaría muy lejos si no se hubiera acostado. Luego recapacita y dice mirando al espejo…
⎯ ¿A quien quiero engañar? Mi padre hubiera movido cada roca buscando su cheque de cambio. Ya no tengo nada que perder así que sal de este baño con la determinación de arruinar a ese maldito, porque eso es lo que es, no puedo llamar padre al hombre que me vende. No me importa morir, lo dejare en ridículo cuando sepan que no soy virgen.
Luego de una hora está lista, su vestido azul eléctrico es entallado al cuerpo con cuello alto y mangas largas, pero en la espalda su escote en v llega a la altura de sus caderas, es muy sensual e ideal para esta noche. Baja las escaleras con la frente en alto y obtiene la aprobación de su padre, le extiende su brazo y salen juntos hacia la mansión de Don Gino Donatti.
Varios autos yacen en la entrada de la imponente casa lo que significa que varios invitados ya ingresaron. Se puede observar a varios guardias de seguridad rodeando el terreno, es una fortaleza. Greta está atenta a cada detalle, por si debe escapar a mitad de la noche. Lleva en su portaligas la pistola de ese hombre y se siente más segura, al menos sabe que si le disparan podrá defenderse.
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Comments
Giovanna Vásquez Medina
Ahora espero que llegué Constantino y vea a Greta para que su padre maldito 💔 no la entregue al Ruso ....
Sigamos apoyando con me gusta publicidad comentarios y regalos ☺️
2025-02-11
2
Lety 💞🌛🌹
pinché viejo 😡 aber cuando te mueras 😡 y tu esposa te perdona
2025-03-15
1
Patricia Salazar
Se acerca la hora 🤷♀️del desenlace 🤦♀️
terminarán enamorados mutuamente 😍
2024-09-02
3