Capítulo Nº5

Nunca se sintió más humillada en su corta vida como hasta en ese momento. Tener una mujer mirando y tocando sus partes íntimas fue realmente vergonzoso, por más que intento estar tranquila y conversar, no podía dejar de temblar. Salió de ese cuarto sintiendo que por fin tenía el control de la situación, pero de repente una sensación de ser observada la persigue, apura sus pasos y baja rápido por las escalinatas, no sabe dónde quedó la doctora pero ella va por un vaso de whisky. Está feliz, se aleja un poco de todo el mundo y busca un lugar estratégico dentro del salón, quiere ver la reacción de todos cuando la doctora confirme su verdad. Se siente victoriosa. De repente el señor Donatti se para en unos peldaños de las escaleras y comienza a hablar.

⎯ Buenas noches a todas las familias, clanes y amigos, hoy es un día muy especial para nuestra familia, hoy haré oficial mi retiro y como sucesor he nombrado a mi hijo mayor para que continúe con mi legado y lleve al apellido Donatti a la cima. Pero eso no es todo, en esta casa somo muy tradicionalista y para que un buen hombre haga un excelente trabajo debe estar acompañado por la mejor mujer, por eso ven acá pequeña⎯ Greta no entiende qué está pasando, esto no es como lo imagino, se acerca dubitativa y este hombre toma su mano.⎯ Eres tan o más hermosa que tu madre.

⎯ Gracias.

⎯ Ahora, como decía, es momento de anunciar a mi sucesor, Constantino Donatti⎯ aplausos. Ella siente que alguien baja por la escalera pero no quiere voltear, él se para atrás suyo y dice.

⎯ Padre, Greta⎯ ella reconoce esa voz, lentamente se da vuelta y maldice su suerte, es él.

⎯ Hijo⎯ se pudo apreciar un brillo especial en los ojos de Gino, como de felicidad y continuó con el discurso.⎯ Como les decía a nuestros invitados, es un honor anunciar el compromiso y próximo matrimonio de Greta y Constantino⎯ aplausos.⎯ Ahora para sellar esta unión hagamos un brindis por la feliz pareja.

Ella siente como la agarra de la cintura y le entrega una copa de champaña.

Maldita mi suerte y maldito el destino, ¿o será que él lo planeó todo?, piensa mientras acepta la bebida.

Luego trata de zafar de su agarre pero solo consigue que él más la abrace. Se separan solo porque el señor Donatti los estrecha en un abrazo y escucha.

⎯ Me llamaste padre, eso me hace muy feliz.

⎯ No te acostumbres, solo lo hago porque hay invitados.

⎯ Con eso me conformo.

La música suena en el salón y les indican a los flamantes novios que es momento de que abran la pista de baile, es un vals lento, así que Constantino no pierde oportunidad de pegarse todo lo posible a su cuerpo.

⎯ Así que mi prometida ya no es virgen. ¿Qué haremos para mantener este secreto a salvo?

⎯ Nada, parece que tu te encargaste de arruinar mi plan.

⎯ Si no escuche mal, soy una bestia.

⎯ ¿Y lo niegas?

⎯ Si, tú misma dijiste que fui dulce.

⎯ ¿Estabas escuchando?

⎯ Fue de casualidad, los cuartos están pegados y no sabia a quien estaban revisando. Pero, ¿te parezco dulce?

⎯ No. Solo dije eso porque no sabía quién eras.

⎯ Ahora lo sabes. ¿Qué piensas hacer, ladrona?

⎯ Yo no soy ladrona, te deje una nota.

⎯ Eso no cuenta.

⎯ La música terminó, ya puedes soltarme.

Se soltaron y van a lo que parece una terraza, varios hombres están fumando, ella llega y se sienta en un banco, está frustrada. Hizo de todo para salir de esta situación y parece que no le sirvió de nada. Él se acerca y pronuncia una sola palabra.

⎯ Largo⎯ ella gira su cabeza y observa cómo todos automáticamente despejan el lugar.

⎯ ¿No te cansas de molestar?

⎯ Quiero que hablemos.

⎯ Esta bien te escucho, si vas a ser mi verdugo por lo que me queda de vida, será mejor comenzar esto de una vez.

⎯ Para empezar, todo lo que dicen de mí es mentira, el que se comporta como una bestia es mi hermano y puedo demostrarlo⎯ la toma  de la mano y la arrastra al interior de la casa cruzan el salón entre murmullos y van a lo que parece la cocina.⎯ Tu, la niña pelirroja, ven aquí.

⎯ Si, señor, ¿qué desea?⎯ dice temblando y sin levantar la vista del piso.

⎯ Dime en qué condiciones te encontré esta tarde.

⎯ No, señor, me da mucha pena.

⎯ Habla, es una orden y de eso depende tu trabajo.

⎯ Usted me ayudó cuando su hermano intentó abusar otra vez de mi.

⎯ ¿Hace cuanto comenzaron los abusos?

⎯ Un mes.

⎯ A partir de ahora te vienes a mi casa, prepara tus cosas.

⎯ Gracias, señor, es usted muy amable⎯ al fin levanta la vista y lo mira con los ojos llenos de lágrimas.

⎯ Tal vez sólo tienes que creer en mí. Ahora si no quieres que te maten mejor se una excelente novia y colabora con la situación, tu padre no solo te vendió si no que puso en juego todo el territorio italiano, si no paga en un mes los rusos nos atacaran. Solo tienes que dejar que te proteja.

Constantino abandona la cocina, está enojado y sabe que debe poner distancia o dirá cosas que después puede arrepentirse, la deja sola con la servidumbre. Greta se da cuenta que lo juzgo mal pero los rumores parecían muy reales. Cuando vuelve a la fiesta está un poco alterada por lo que acaba de pasar, el murmullo de las personas, la música, el olor del cigarrillo mezclado con los puros y el alcohol hacen que su cabeza estalle. Sale a la terraza, está vacía o eso cree, se apoya a mirar por el balcón cuando siente su perfume, no voltea, ya lo reconoce con solo olerlo, le acaricia la espalda y se apoya contra ella, siente su hombría, pero algo está mal, este hombre es un poco más bajo de lo que recuerda. Al meter su mano por debajo del vestido, acaricia su pierna y es cuando nota un anillo, él no lleva nada, este hombre no es Constantino. Trata de darse vuelta e intenta apartarlo y le dice

⎯ Quieta zorra, serás mía primero⎯ forcejean y él encuentra el arma en su portaligas.⎯ Vaya tienes agallas para venir armada⎯ arroja el arma y levanta su vestido, trata de defenderse y gritar pero le tapa la boca, lo último que se escucha es un disparo y ella comienza a llorar.

⎯ Maldito, me disparaste, soy tu hermano.

⎯ Y ella es mi mujer. Hoy te lo advertí.

⎯ Ella me busco, dile que tu lo querías.

⎯ ¡Basta! ¿Qué sucede aquí? Hijo, ¿quién te hizo esto? Mi pequeño…llamen a un médico.

⎯ Es solo en la pierna, el próximo será entre los ojos. Tienes que empezar a poner límites a ese bastardo, ya está fuera de control.

⎯ No hables así de tu hermano.

⎯ Medio hermano. No puedo creer como todavía lo defiendes, sabes lo que hace y no haces nada. Eres realmente imposible, ven Greta, salgamos de aquí.

Constantino la toma de la mano y nota cómo tiembla como una hoja, la cubre con su saco, para luego la carga entre sus brazos y cruzan el salón, todos la miran pero a ella ya nada le importa. No está segura con nadie, salvo con él, decide que pase lo que pase continuará a su lado. Pudo notar como lo respetan y hasta le temen. Van los dos en su auto y la lleva  nuevamente a su hogar, el mismo de donde Greta se escapó por la mañana, esquivando guardias y con la ayuda de la espesa niebla.

Al llegar suben a un cuarto, no es la habitación principal y le dice…

⎯ Puedes dormir tranquila, aquí nadie te hará daño.

⎯ Quédate conmigo.

⎯ No, no quiero que me uses como anoche. La próxima vez que estemos juntos, no estarás borracha, no será por venganza, ni para olvidar un intento de abuso. Vendrás a mí porque lo deseas de verdad.

Constantino salió del cuarto cerrando la puerta detrás de él. Ella se quedó sola en la que sería su nueva habitación. Está dormida y una y otra vez esa pesadilla vuelve a su mente, ese maldito bastardo tocando su cuerpo, de repente grita y siente que la abrazan, no sabe si en realidad alguien está con ella pero se calma y a la vez siente ese perfume que le da miedo y paz, son sentimientos contradictorios que tendrá que aprender a manejar. Al final se vuelve a dormir.

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