El juguete humano, se siente herido

Han pasado dos días desde que Rebecca no ha tocado tan solo un cabello de Jayden. El joven periodista se siente contrariado. Por un lado, se siente tranquilo ya que puede sentir una paz, pero por el otro lado, se siente desplazado por Rebecca. Aunque no se siente conforme al saber que ella ha estado teniendo intimidad con otro hombre, específicamente con Lestat, el vampiro húngaro.

Jayden sabe muy bien que fue capturado para servir de entretenimiento para la vampiresa. Por parte de los hombres lobos, desde que lo dejaron frente a ella, no se han vuelto a presentar. Él no debería sentirse de esa forma, pues Rebecca ha dejado muy claro la relación que ambos tienen, siendo amo-sirviente. Al menos ha tenido tiempo para leer algunos libros que se encontraban en su recámara.

En esos dos días, ha logrado conversar con los sirvientes humanos que están bajo el control de la Corte de Vampiros. Todos tienen un collar de sumisión, como él. Conoció a un chico adolescente llamado Henry que vendría siendo la mascota de Seraphine. Se sorprendió demasiado cuando Henry le comentaba que Seraphine lo miraba más como un pequeño cachorro que debía cuidar. Si le hacía hacer cosas humillantes, pero no, nunca lo ha tocado de una manera sexual. Henry concluyó que Seraphine no está interesado en él por ser un chico aún joven. Lo único que hacía era succionarle la sangre de vez en cuando, ya que según las palabras de Henry, la sangre de un virgen era dulce, pura y deliciosa.

Jayden suspira mientras mira un momento el techo tratando de descansar su vista del libro que estaba leyendo. Cierra los ojos por un momento hasta que siente que alguien abre la puerta de su habitación asignada por ser "el juguete preferido de la reina vampiro".

"Jayden", le dice Rebecca mientras se acerca a espaldas de él y se inclina a su altura para susurrarle al oído. "Espero que no te sientas desplazado por mamá", le empezaba a decir la reina vampiresa. Jayden se quedaba inmóvil y en silencio mientras volteaba la página de su libro.

La vampiresa sonríe ante eso, porque sabe que a estas alturas tiene a su esclavo obsesionado con ella.

―Necesito probarte… ahora, extraño tu sangre… ―Le comenta Rebecca en un susurro seductor.

Jayden suspira, inclina su cuello sin decir una palabra con desdén, molesto, incómodo de cómo se siente en este momento… incluso quizás ¿Está herido?

― Toma la sangre que quieras, no me importa. ―Le dice monótonamente y de manera muy fría a su captora.

La Vampiresa se incorpora y decide caminar para ponerse enfrente de su esclavo, mientras lo mira fijamente, ella sabe perfectamente que es lo que siente su mascota ahora.

―¿Estás celoso de que me haya acostado con Lestat? ―Le pregunta de manera sádica, mientras ella se sienta en su regazo.

Jayden frunce el ceño, disgustado por la pregunta de Rebecca. Él no siente celos, lo que siente es asco y desprecio hacia su captora. Pero sabe que no puede expresar abiertamente sus sentimientos hacia ella, ya que eso podría poner en peligro su vida. Así que se limita a mirarla con frialdad, sin decir nada.

No puede creer lo que está escuchando. Él sabe que su posición como esclavo no le da derecho a tener celos ni a opinar sobre los encuentros sexuales de la reina vampiro, pero eso no significa que no le afecte emocionalmente. Él ha estado enamorado de ella desde hace mucho tiempo, pero sabe que nunca podrá tener una relación normal con ella debido a su posición de esclavo.

―No estoy celoso, Rebecca. Simplemente, me parece que no es algo que debas comentar conmigo. ―Le responde con frialdad, tratando de ocultar su dolor emocional.

La vampiresa sonríe satisfecha al ver que su esclavo aún sigue bajo su control emocional. Pero ella sabe que está jugando con fuego al tratar así a su mascota. Jayden es valioso para ella y no quiere perderlo. Decide cambiar de tema y acaricia el cabello de su esclavo con ternura.

―Lo siento, mi querido Jayden. No quería herir tus sentimientos. Sabes que te aprecio mucho y que eres importante para mí. ¿Me perdonas? ―Le pregunta con voz suave y dulce.

Jayden suspira y cierra los ojos, tratando de controlar sus emociones. Él sabe que no puede resistirse a los encantos de la reina vampiro. A pesar de todo lo que ella le hace pasar, él la sigue amando con locura.

―Por supuesto, Rebecca. Te perdono. ―Le responde con voz suave, resignado a su destino como esclavo.

―Oh, mi querido Jayden. Siempre tan sumiso y obediente. Pero no te preocupes, yo siempre te preferiré a ti sobre cualquier otro. ―Le dice, antes de hincar sus dientes en su cuello y empezar a beber su sangre.

―Sí… mi señora ―Responde Jayden, con la voz ronca y llena de resentimiento.

―Buen chico… ―Levanta la quijada de Jayden para que la mire a los ojos. ―Ahora, aliméntame. ―Le ordena con autoridad, mientras le sonríe mostrando sus colmillos.

Jayden hace lo que se le ordena y alimenta a la vampira, sintiendo cómo su propia energía se desvanece con cada gota de su sangre que ella toma. A pesar de su resentimiento, sigue siendo leal a su captora.

Sin embargo, no puede hacer nada más que obedecer las órdenes de su captora, sabiendo que su vida depende de su sumisión. Una vez que la reina vampiro termina de beber, Jayden se siente aún más débil, pero sabe que debe obedecer la orden que le han dado. Abre los ojos y se acerca a la vampiresa, ofreciéndole su cuello para que pueda alimentarse más.

―Eso me gusta, que seas complaciente con tu señora… ―Le dice, antes de morder con un poco de lujuria los labios de él en un beso. ―¿Quieres que beba un poco de tu sangre? ¿Te gusta alimentar a tu ama? ―Le pregunta coquetamente.

―Por supuesto, mi señora. ―Dice con voz débil y obediente, mientras cierra los ojos y siente cómo la vampiresa bebe más de su sangre.

Jayden sabe que está atrapado en un ciclo de dolor y sumisión, pero no puede hacer nada para liberarse. Solo puede esperar a que la vampiresa se sacie y lo deje descansar, aunque sabe que su sufrimiento continuará mientras siga siendo su esclavo.

Jayden siente un dolor agudo en el cuello y cierra los ojos con fuerza, tratando de no gritar. Sabe que no tiene otra opción más que soportar el dolor y esperar a que la reina vampiro se sacie de su sangre. Mientras tanto, se siente atrapado en un ciclo interminable de dolor y sufrimiento, y se pregunta si alguna vez podrá escapar de la oscura influencia de su captora.

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