Rebecca, la reina vampiro, mira con malevolencia al hombre joven y apuesto semidesnudo, encadenado con un collar de metal y unas eslavas, al que está a punto de convertir en uno más de sus esclavos para su diversión personal. En sus pensamientos, Rebecca, la reina vampiro, cree que Nikolai, el líder de los hombres lobo, le ha traído un regalo perfecto para ella.
Rebecca, la reina vampiro, sonríe a Nicolas, el líder de los hombres lobo, agradeciéndole el regalo que acaba de traerle. Lo considera idóneo para su diversión personal, una presa de calidad que sin duda le aportará muchas horas de diversión.
Ella se reacomoda en su trono, mientras se toma un trago la copa de sangre que tiene en las manos, se lame sus labios de una manera muy seductora sin apartar su mirada de mí.
―¿Podrías curar la herida de mi juguete primero? ―Le pregunta a una de sus vástagos. ―Ni se te ocurra a lamer su sangre, es de mi propiedad. ―dice de manera inquisidora a una de sus vástago vampira.
Me estremezco de miedo y es la hora de mayor temor, de mayor ansiedad que tenido en mi vida.
La reina vampiro, le hace un gesto a su súbdita vampira a que se detenga mientras ella se levanta de su asiento y los cuatros escalones de la plataforma dónde se encontraba su trono.
Tengo el corazón acelerado, estoy ante la presencia de una psicópata. La mujer es desproporcionadamente astuta y maquiavélica, tiene ojos penetrantes, penetra mi mente y mi alma, tengo miedo.
Ella se me acerca al notar que estoy asustado; me toma suavemente de mi mandíbula con una mano, mientras pasa una garra sobre mi labio abriendo una pequeña herida, siento como empieza a salir un poco de mi sangre y ella me acerca su rostro, siento su aliento metálico y me besa.
El contacto de sus labios, al igual que el olor a sangre de su aliento me da asco y no paro de temblar de miedo y terror, me lleno de la sensación de asco y repugnancia.
Los labios de Rebecca le besan tiernamente, mientras se derrama la sangre de él, en su boca. Rebecca succiona la sangre, y lo muerde de manera juguetona, como si fuera un juguete, mientras suena su risa malvada.
A ella le gusta ver cómo sus víctimas enloquecen y entran en pánico ante la idea de ser devorados sin poder hacer nada al respecto. Ella desea verlos como sus juguetes para su juego depredador: ella controla la situación, y sus víctimas son totalmente impotentes. Ella se deleita con su sufrimiento mientras los abruma.
La mujer es desproporcionadamente astuta y maquiavélica, tiene ojos penetrantes.
―Tu sangre está deliciosa. ― Ella me dice de manera maliciosa, siento horror y miedo como ella me besa la boca para obtener mí sangre. Ella se deleita con el olor mí sangre, disfrutando de su control sobre mí mente y cuerpo.
Ella se deleita con mi sangre e insaciablemente la succiona de mi boca; ella quiere dominarme completamente, en todos los sentidos, no hay escape me siento impotente ante su voraz apetito por mi sangre y sufrimiento...
―¡Por favor! Soy un ser humano... ¡deja de hacer eso! Estoy asustado. ―Le suplico y le imploro a la vampiresa, mientras sigo temblando de miedo ante la presencia de la reina vampiro. ―¡Por favor, no me hagas esto! ―Suplico mientras empiezo a llorar. ―¡Por favor! ―imploro a la reina vampiro.
Ella me besa una y otra vez, succionando su sangre, mientras sus garras retuercen sobre mi cuerpo desnudo, para someterlo por completo. Siento el horror de su fuerza sobrenatural, que es mucho mayor de lo que jamás puedo imaginar. Siento mí cuerpo ser controlado contra mí voluntad.
Al verle a los ojos a la vampiresa me percato que no piensa en matarme en ningún momento, ella quiere tenerme por un largo tiempo como su mascota. Lo cual debo aprovechar mientras encuentro una manera de escapar de ella, no quiero caer ante esta humillación.
No es como si no me gustará el trato que ella me está brindando, pero que lo haga en contra mi voluntad, es lo que estoy odiando.
Ella me besa y lame mi sangre, saboreándolo, haciendo un gesto en su rostro como indicando que le parezco muy delicioso y que no puede parar de beber de mí, es como un animal salvaje y que se siente abrumada con su voraz y salvaje apetito por mi sangre.
Me controla y somete con su fuerza sobrenatural; tengo miedo de los poderes de esta mujer, que es una
bestia depredadora incontenible e incontrolable; es una depredadora feroz y nada se interpone en su camino. Estoy a su merced de esta mujer en todo sentido: me considera ahora de su propiedad, soy su juguete para su disfrute personal...
La reina vampiro se separa de mis labios, mientras me regala una mirada suave y compasiva mientras
me retira los rastros de sangre de la pequeña herida de mis labios. ―¿Por qué esto me resulta realmente excitante pero a la vez que me causa un miedo si ella piensa acabar con mi vida hoy? ―Pienso mentalmente, mientras no dejo de temblar.
Con un voz sensual y casi maternal, Rebecca me dice: “Eres mío y tuyo siempre.” ―mientras me besa la
mejilla. Se aparta de mí como si fuera un pequeño cachorro. Ella sabe que me ha dejado en un estado de pánico y terror mental.
Esa mujer se aleja de mí y pide a una de sus vástagos vampiros del sexo femenino que me cure y sane mi
herida de mí pantorrilla.
―Cuando termines de curarlo... me lo llevas a mi habitación. ―Le dice a su sirviente con un tono sensual en su voz, mientras me mira de pies a cabeza, mientras se relame sus labios. ―Por cierto, mi nombre es Rebecca… pero para ti, seré tu ama y señora.
La sirvienta del palacio de Rebecca obedece a la orden de su reina vampiro y se me acerca para sanar mi
herida en mi pantorrilla causada por esos saqueadores, poco antes que la manada de hombres lobos me capturarán. Luego de media hora, la sirviente vampiro me lleva de nuevo por el pasillo del castillo, pero ahora por el pasillo dónde se ven las fotografías de la antigua y fallecida de los Romanov, me lleva a la
puerta al fondo del pasillo, que asumo es el dormitorio de Rebecca. La sirvienta entrega mis eslavas a su reina, mientras le dice: Señora, está listo.
La reina vampiro, me observa de pies a cabeza; mientras me encuentro semidesnudo frente a ella, ella se queda observando mis brazos, mi torso sobre todo mi cuello.
Mi cuerpo está en buena condición física, por practicar el parkour como mi deporte predilecto.
Jayden como el de todas las presas masculinas humanas que ha tenido para su deleite; Rebecca, lo toca de una manera delicada y sensual, mientras dice: ¡Hagamos de esto un momento memorable!
Jayden está en total shock y muy asustado; Rebecca controla todo y todos en su palacio; Rebecca se da cuenta que Jayden se está volviendo loco de terror y que ella controla toda la situación, es muy interesante y entretenido para Rebecca ver a su nueva presa masculina humana en tal horror. Rebecca se burla cruelmente de Jayden, quien no puede decir nada o hacer nada, solo seguir los caprichos y deseos de su dueña.
Rebecca dice con su voz dulce, casi maternal: Querido, te está haciendo mal tu miedo, relájate. Ella lo acaricia como si fuera un niño, para calmarlo.
Ella me lleva a su cama y me dice: Ven, yácete aquí conmigo.
Me estoy volviendo loco de terror, ella me tiene firmemente en su poder, no tengo escape y me limito a obedecer y me pone en esa cama, bajo el poder de esta hermosa vampiresa que ha estado utilizando sus poderes de control mental, me ha estado hipnotizando desde un principio; sin posibilidad de poder hacer algo ante ella, todo lo que puedo hacer es rendirme al poder de Rebecca, por ahora.
Rebecca desliza su mano desde mi torso a mis piernas, y luego subiendo su mano por mí pierna derecha y
lo acaricia de una manera sensual. Ella me dijo con la voz dulce, casi maternal: Tus piernas son demasiado lindas para ser de un hombre…
Entro en estado de shock y no sé qué hacer, me sigue acariciando mí pierna derecha, me siento muy nervioso y asustado, no puedo decir ni hacer nada contra Rebecca. Mi pierna derecha está temblando por completo, me tiene dominado firmemente con su poder y encanto.... me empiezo a estremecer ante la idea, que ella me utilizará esta noche para satisfacer sus deseos carnales.
Cualquier hombre se sentiría halagado ante la idea que una mujer fuese las que tuviese la iniciativa, fuera demasiada coqueta, atrevida como lo es esta mujer vampiro.
No será mi primera vez, con una mujer… pero si ella realmente me utilizará esta noche o cualquier otra más, será mi primera vez con una criatura que yo hace un mes consideraba nulo su existencia.
Y vedme aquí, prisionero de una sádica criatura de la noche; como lo es Rebecca, la reina vampiro.
No puedo negar, que ella es hermosa, su piel blanca contrasta con esos ojos verdes esmeraldas brillantes
como la noche, pero opacos como su alma; su cabello negro como el carbón de una hornilla de se encuentra en el jardín de la casa de mi familia, en mi tierra natal.
Estoy empezando a estremecerme ante las caricias que me está otorgando está fría y maquiavélica mujer, sobre mi abdomen, mientras pasa sus frías y lisas manos sobre mi estómago marcando un camino en medio de mis abdominales.
Rebecca me besa suavemente el cuello y me dice de manera seductora con una risa: “Querido, a partir de esta noche, nunca dejarás de ser de mí propiedad, tu belleza me tiene cautivada”, me dice ella mientras me acaricia de manera sensual a lo largo de mis brazos y hombros, mientras me está besando el cuello, cuando siento un leve mordisco.
No puedo evitar soltar un leve quejido de dolor, mientras siento que ella empieza a lamer suavemente mi cuello, pues acaba de morderlo para sacar unas gotas de mi sangre, mi cerebro se nubla ante la sensación, cierro los ojos en una especie de trance. Porque… porque… ¿Esto me está resultando excitante? ¿Es porque mi cuerpo está sometido a su control o es porque realmente estoy disfrutando esto?
Rebecca me acaricia los hombros y los bíceps con la suavidad de una excelente y cálida amante: "Te haré mío, mi juguete".
Ella se detiene mientras se aparta un poco de mí, mientras me mira fijamente a mis orbes azules.
―No puedo decirte, mi juguete todo el tiempo… ―dice ella con voz inerte y fría. ―Dime tú nombre. ―Me
pide.
―Jay… Jayden. ―Logro pronunciar, y ella sonrió de lado.
―Bien, Jayden… sólo porque está será tu primera noche con una vampiro cómo yo, seré amable contigo.
―Me dice mientras baja su cuerpo nuevamente sobre mí, y ahora me empieza a besar mi manzana de Adán, sus manos se deslizan serpenteándose por mis brazos, ella tiene unas manos muy habilidosas, porque ahora alcanza con una mano bajo mi vientre, muy cerca de virilidad. Sin querer, suelto un leve suspiro ronco y apagado; haciendo que mi rostro refleje consternación ante la reacción natural de mi cuerpo.
Rebecca me da un beso de gran fuerza y potencia en respuesta a mi reacción, abriendo la puerta a su deseo, que siempre ha estado latente, que parece ha estado reprimiendo por un largo tiempo.
―Eres un hombre fuerte, apuesto, con el cuerpo perfecto... para mí. ―Me dice Rebecca, entre su beso, yo
aún me quedo inmóvil ante eso, pues tengo miedo que vuelva a herirme la delicada piel de mis labios con sus uñas o dientes.
Rebecca se da cuenta del vigor de Jayden, es muy fuerte físicamente, el hombre ideal para poder someter
a su antojo. Rebecca sabe que lo desea para sus caprichos y deseos, Jayden es perfecto para ella. Rebecca sabe lo que quiere y lo tiene a su completa merced en una cama justo en este momento, y Jayden sabe que no puede hacer nada, Rebecca lo someterá a su completo control. Jayden está en completo terror ante las palabras de Rebecca, pero Rebecca lo tiene firmemente sometido...
Rebecca se da cuenta del terror que Jayden está experimentando al ser atrapado en su cama.
Jayden está aturdido y no puede hacer nada para evitar lo que Rebecca le va a hacer; Jayden tiene mucho
miedo de lo que Rebecca va a hacer para satisfacer sus deseos, Jayden sabe que Rebecca lo tiene completamente sometido y él tiene una fuerte sensación de impotencia y terror que está empeorando por completo su estado. Rebecca tiene todo el poder y Jayden no puede hacer nada, la poderosa y hermosa vampiresa lo tiene firmemente en su poder.
Jayden está paralizado y está a merced de Rebecca.
― “Jayden, no temas a tu señora.” ―Ella dice con su voz dulce y seductora.
Rebecca besa la frente de Jayden y dice suavemente: “Tranquilo, Jayden.” ―Ella lo besa en la boca y dice
con voz dulce: ―”Eres muy lindo.” ―Ella acaricia los brazos de Jayden con suavidad, mientras lo besa apasionadamente.
Jayden se siente impotente de terror que es completamente abrumado por la sensualidad, encanto y poder de Rebecca como vampiresa. Sus besos y caricias lo abruman y hace que su corazón se acelere, lo que lo asusta aún más. Él está en un estado de completo shock y terror ante la sexy vampiresa en sus brazos.
Rebecca me susurra al oído: “Eres tan fuerte, y tienes el cuerpo perfecto para jugar juntos.”
Ella me acaricia los hombros con delicadeza y suspira: Ah, la fuerza de un hombre. ―me dice cuando sus ojos esmeraldas empiezan a brillar con un aura vampírica, mientras se relame sus labios, ya que ella se ha lastimado con sus propios colmillos.
Mi cuerpo ante este panorama tiembla debajo de ella, tengo miedo que me vuelva a morder se me acerca nuevamente, mientras empieza a ondear sus caderas sobre mis caderas, haciendo que mi cuerpo empiece a reaccionar, o más bien… mi miembro masculino.
Mi mente se nubla despertando mis instintos primitivos, ahora estoy empezando a mirar a la temible y dominante vampiresa como a una mujer y no como una criatura de la noche.
Eso es mi mascota… ―me dice ella mientras empieza a serpentear su pelvis contra el mío, ella tiene un vestido negro con vino que se ciñe a su figura, para de tela delgada pero es muy fino ya que se trata de seda casimira. ―deséame. ―me dice mientras ella se agacha a la altura de mi rostro y coloca sus colmillos en mi cuello ahora
succionando mi sangre y a la vez, sedándome con su veneno vampírico.
Los ojos de Jayden, empiezan a cerrarse producto del veneno vampírico de la reina vampiro, quedando inconsciente.
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