Vedme aquí, cenando con mi captora; miro con recelo la comida, a pesar de que se vea apetitosa, no tengo deseos de comer al ver como ella toma esa copa de vino que momentos antes había sido llenado directamente de la cabeza decapitada de una persona.
Mi plato está compuesto por un trozo de carne, lentejas y arroz. Estoy confundido al ver que Rebecca tiene un plato de comida “humana” se supone que los vampiros se alimentan únicamente de sangre… ¿Porqué ella está comiendo una comida para humanos? Sacudo mi cabeza, y hago un gesto de asco al ver mi plato, tengo miedo que este trozo de carne sea de ese pobre hombre decapitado. Levanto la vista al ver que Rebecca me mira con una ceja levantada.
―Jayden, descuida… esa carne no es humana. Es de vaca, le pedí a Nikolai dejará sobras de su cacería. Ya sabes… tú no eres el único humano que tengo como esclavo, sirviente o mascota. ―Me dice Rebecca mientras ella parte un trozo de la carne de su plato.
―Uh… gracias por la aclaración, pero no tengo hambre. ―Le digo honestamente.
Rebecca suspira y se levanta de la mesa, caminando hacia mí con una sonrisa malvada en su rostro molesto.
Siento cómo su aura vampírica se intensifica y me acorrala contra la pared.
―¿Sabes lo que me molesta, Jayden? Que no estés disfrutando de la cena que con tanto esfuerzo preparé para ti, con mis antiguas habilidades en la cocina cuando era una sucia y miserable humana como tú. ―Le dice mientras suelta su agarre sobre mí.
―Tal vez debería hacerte recordar que no tienes opción de elegir lo que comes o lo que haces en mi presencia. Eres mi propiedad y harás lo que yo te ordene, ¿entendido? ―Me dice en tono amenazante.
Rebecca me mira con una expresión de desdén y desagrado.
―Y no me importa si tienes hambre o no, Jayden. Como mi esclavo, tienes la obligación de comer lo que te doy. Además, necesitas mantenerte fuerte y saludable para que puedas satisfacer mis necesidades cuando lo desee. ―Me dice con una sonrisa malvada.
Trago saliva con dificultad y decido obedecerla por ahora.
Trago saliva, sintiendo su aliento frío en mi piel. ¿Qué puedo hacer? Estoy atrapado en esta situación y no puedo escapar. A regañadientes, tomo el tenedor y corto un pedazo de carne y en efecto es carne, intentando no pensar en la posibilidad de que provenga de una víctima humana, pero luego compruebo que sí es carne de vaca, ya que según he leído en foros de Reddit, la carne humana es similar a la de cerdo, pero aun así me obligo a tragarlo y tomo un sorbo de agua para ayudar a bajarlo.
La comida no es tan mala como pensé, pero sigo sintiendo náuseas al ver cómo Rebecca bebe su copa de
vino, sabiendo que anteriormente había sido llenada con sangre fresca.
Después de terminar la cena, Rebecca me ordena que la siga a su habitación. No tengo opción más que obedecerla, sabiendo que cualquier resistencia solo empeorará las cosas.
Entramos en su habitación, que es lujosa y elegante, con una cama grande y cómoda en el centro. Me siento incómodo y nervioso al verla, cerrar la puerta detrás de ella y acercarse a mí con una mirada llena de deseo.
―Jayden, sé que no estás acostumbrado a esto, pero necesitas aprender a satisfacer mis necesidades si quieres seguir siendo mi esclavo y seguir con vida un día más. ―Me dice mientras me empuja contra la pared y comienza a besarme con pasión.
Mi cuerpo responde a pesar de mi mente tratando de resistirse. Me siento atraído por ella, por su poder y su belleza, pero al mismo tiempo me siento atrapado y controlado. No sé cómo escapar de su control, pero sé que tengo que encontrar una manera antes de que sea demasiado tarde.
Rebecca me empieza a desvestir, me toma suavemente de la mano, pero siendo firme, ella me empuja encima de la cama y al instante ella se pone en la misma posición en la que estaba sobre mí el día de ayer.
―¿Dónde nos habíamos quedado ayer? ―Mientras me acaricia la piel de mis mejillas, mientras toca gentilmente mis brazos, ella se inclina y me empieza a besar despacio. ―Esta vez, trataré de no hacerte daño con mis garras y mis colmillos… tómalo como un gesto de amabilidad, por ser nuestra primera vez. ―Se burla maliciosamente, y tal como dijo la reina vampiro, me empezó a besar suavemente el cuello y yo suelto un suspiro ante esa sensación de sus labios en mi piel.
Estoy dudando un poco sobre si dejarme llevar por lo que siento por esta mujer tan seductora en este momento, sé que después me voy a arrepentir, coloco mis manos con cautela en las caderas de la mujer vampiro y observo con cautela su reacción.
Para mi sorpresa ella me sonríe y entonces me formo la idea que estoy con cualquier otra mujer, y acerco mis labios a los de ella incitándola a que me bese.
Rebecca responde al beso con pasión, su lengua se enreda con la mía y sus manos recorren mi cuerpo con deseo. Me doy cuenta de que ella también está luchando contra su naturaleza, intentando encontrar una conexión humana en medio de su vida vampírica. La beso con más intensidad, tratando de demostrarle que puedo ser lo que ella necesita, un ser humano que la comprende y la acepta tal y como es.
Rebecca parece sentir lo mismo, su cuerpo se relaja y sus besos se vuelven más suaves y cariñosos. Nos separamos un momento para mirarnos a los ojos y en ese momento veo una chispa de humanidad en su mirada, algo que me da esperanza de que tal vez haya una manera de romper el hechizo que la mantiene esclavizada a su vida de vampiro.
Me mira fijamente a los ojos.
―Jayden, debes entender que yo soy la que tiene el control aquí. No te permitiré tener ningún tipo de poder sobre mí, pero te permitiré disfrutar de lo que te ofrezco. ¿Entiendes? ―Me dice en tono autoritario, pero también con una pizca de seducción en su voz.
Asiento con la cabeza, sabiendo que cualquier tipo de resistencia sería inútil. Ella tiene el control total sobre mí y lo sé.
Rebecca continúa besándome y acariciándome con sus manos frías mientras me desvisto por completo. Me siento expuesto y vulnerable frente a ella, pero también me siento excitado por su presencia.
Finalmente, ella se desviste también y se coloca encima de mí, llevando mi miembro a su entrada. La penetro suavemente, y puedo sentir su frío y su calor al mismo tiempo.
Comenzamos a movernos juntos, ambos suspiramos ante el placer que sentíamos, se puede sentir la tensión sexual entre nosotros.
Después de un rato, ella llega al clímax y se detiene, dejándome a mí con una sensación de insatisfacción. Pero sé que esto es solo el principio, y que ella continuará controlándome de esta manera mientras yo trato de encontrar una forma de escapar de su poder.
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