Observé cómo Leonard había cerrado la puerta de acero y vidrio con un cerrojo al centro de la misma, ya no había marcha atrás.
Me di la vuelta para despedirme de Julianne, Lana, Matvei y Leonard que se habían acercado a la puerta para desearnos buena suerte en la expedición en busca de las provisiones para sobrevivir.
―¿Por dónde comenzamos? ―Pregunta Alya mientras observa al equipo, luego me mira; ya que se supone que yo debería saber más sobre que hacer ante la situación al que nos enfrentamos, por el simple hecho de ser el jefe de la Sección de Crónicas de Relatos y Misterios Paranormales, del periódico, me quedo pensativo pues no tengo idea que decir.
―Sugiero en dividirnos, tú y yo iremos por este lado. ―Apunta Anton su derecha respondiendo a Alya. ―Mientras que Jayden y Vladimir por la izquierda. Sólo tenemos dos horas, así debemos darnos prisa. ―Comenta y advierte a nuestro grupo.
Todos saben que solamente cuenta con dos horas de luz solar, para aprovechar y dirigirse a la búsqueda y recolección de provisiones, agua y medicamentos para el refugió en el edificio; Jayden levanta su vista hasta la tenue luz del sol, pues por el momento solo está cubierto por una fina capa de neblina de producto de ese cataclismo que ocurrió hace un mes, en las lejanías de la ciudad de San Petersburgo; deciden dividirse en grupos.
Anton iría con Alya mientras que Vladimir y mi persona para así recorrer fácilmente el diámetro de dos cuadras para tratar de encontrar alguna tienda de convivencia o farmacia que no haya sido saqueada por otros grupos de supervivientes, esto tomando el riesgo de encontrar un vampiro o un hombre lobo dentro de esos establecimientos.
Vladimir y yo salimos en busca de provisiones, no sólo para nosotros en particular, sino para todos los habitantes del refugio. Estoy seguro de que dentro de unos días iban salir más habitantes del refugio para explorar en busca de provisiones y ya que nos estábamos quedando sin víveres y sin provisiones de agua potable; así que partimos decididos sin pensarlo dos veces.
Vladimir y yo nos dirigimos a buscar provisiones estuvimos dando la vuelta sobre las dos cuadras sugeridas sin encontrar nada pues esas tiendas ya habían saqueadas, por lo que habíamos decidido avanzar un par de cuadras, estando a quinientos metros lejos del edificio, los recursos son escasos, ya que el área está siendo controlada por grupos de vándalos, ladrones y delincuentes que se han adueñado de las pocas tiendas de alimentos no perecederos, agua embotellada, y medicinas.
―Genial, ahora no solamente tenemos los problemas de enfrentarnos a las criaturas esas de la noche, sino que grupo de vándalos. ―Se queja Vladimir, mientras ambos estamos vigilando una tienda a dos cuadras lejos del refugio. ―¿Deberíamos enfrentarnos a ellos? Tu practicas parkour, así que sería fácil para ti noquearlos ¿No? ―Me pregunta Vladimir.
―No es tan sencillo, Vladimir. Aunque la idea de noquear a cada individuo suena bien, estamos hablando de al menos 4 vándalos quizás todos con arma de fuego, hay demasiado riesgo de hacer eso. ―Le digo mientras estoy a cualquier movimiento dentro de la tienda de comestibles.
―Valdría la pena intentarlo, sino nos quedaremos sin provisiones. ―Me dice Vladimir con un tono precipitado de preocupación. ―No podemos volver sin nada, recuerda que la comida está empezando a escasear en el edificio. El almacén de la cafetería solo tiene comida para una semana o dos a lo mucho.
―Tienes razón Vlad, no tenemos otra opción. ―Le comento mientras medito y concluyo que tiene razón
Debemos tener cautela, yo estoy listo y esperándote a que me des la señal. ―Me dice Vlad, mientras saca su cuchillo y lo tiene listo para cualquier escenario que le toque experimentar en este momento.
Asiento en señal de aprobación de acuerdo con Vlad y sigo observando cualquier movimiento de los antisociales. Estoy en silencio, a la espera la señal de Vlad.
Vladimir me hizo señas en clave dándome a entender que iríamos de uno a uno. Por lo que saco mi cuchillo, preparado ante un posible combate y lo tengo listo para cualquier escenario. Él es el primero en entrar de manera sigilosa noqueado con una llave a uno de los tres saqueadores que está resguardando la entrada de la tienda antes que alertará a sus compañeros, me hace señas para que yo entré.
Salto por encima del cuerpo inconsciente del saqueador, y me acerco sigilosamente a otro saqueador. Lo noqueo en menos de dos segundos con una llave de cabeza. El saqueador cae de lado.
Vlad se acerca al saqueador final y lo noquea como hizo antes con el primer saqueador. Ahora los tres saqueadores caídos. Asiento en señal de aprobación y nos adentramos tienda en busca de los recursos.
No perdimos demasiado tiempo y empezamos a llenar nuestras mochilas con todos los alimentos que encontrábamos a la vista.
―Esos saqueadores no tardarán en despertar, Jayden. ―Me dice Vlad, mientras mira preocupado a los inconscientes tirados en el suelo. ―Además no tenemos mucho tiempo, la espesa bruma empezará a ocultar los rayos del sol.
―¿Cuántos minutos nos queda? ―Me pregunta Vlad.
Jayden le da una señal a Vladimir para indicarle que quedan aproximadamente unos escasos 10 minutos antes de que empiece la noche más oscura que se haya visto en años. Las horas después del apocalipsis son las más oscuras de todas, ya que es el momento en el que despiertan los malos, donde no hay luz, ni sol, ni nada. La noche negra. El vórtice de la pesadilla. El infierno en la tierra. La oscuridad absoluta.
―¿Terminaste de meter todo? ―Me pregunta Vlad, yo asiento con la cabeza.
―Si corremos con todas nuestras fuerzas podremos llegar antes que se vuelva a oscurecer el día. ―Le comento mientras sujeto mi mochila, cuando nos disponíamos de salir de la tienda y regresar al refugio, siento que uno de los saqueadores me agarra de la pantorrilla izquierda y me clava un cuchillo grito ante el desgarrador dolor. Vlad se devuelve y ahora decide sacar su pistola para depositar una bala en cada uno de los saqueadores que comenzaban a levantarse y especialmente al que me clavó el cuchillo.
El saqueador que me apuñaló retuerce de dolor mientras su cuerpo tiene una convulsión y al final sucumbe a la muerte.
―¿Te encuentras bien, Jayden? ―Me pregunta mientras se arrodilla junto a mí, mientras intento detener el sangrado e intento inútilmente levantarme.
En la lejanía se escucha los aullidos de los hombres lobos. Y se estaba empezando a nublar, Vladimir tendrá que irse sin mí con las provisiones.
―No, Vlad debes correr con tu mochila y la mía directo al refugio no nos queda tiempo. ―Le digo mientras contengo el insoportable dolor pues no puedo quitarme el cuchilla para evitar un sangrado mayor.
Vladimir tiene que correr y volver al refugio lo antes posible con mi mochila, ya nos queda tiempo. Me en el suelo a ver a Vladimir correr y volver al refugio para ponerse a salvo.
Miro a Vladimir, que coge su mochila y la mía; corre hacia la salida en busca de su refugio. Empiezo a tener un ataque de pánico, es como una carrera contra el tiempo.
―¡Vladimir! ¡No te detengas! ¡Continúa! ―Le grito con todas mis fuerzas, pues se escuchan los aullidos de los hombres cada vez más cerca.
―Volveré por ti, con los otros Jayden, lo prometo. ―Me dice Vlad, sin opciones mientras corre pues solamente le queda cinco minutos para volver al refugio.
Me veo a mí mismo, sentado cerca la pequeña montaña de los cuerpos inertes de los saqueadores. MI pecho se mueve mientras mis ojos se llenan de lágrimas como si supiera que en cualquier momento, pensando que encontraré mí fin y morir en manos de los hombres lobos, mientras escucho sus aullidos cada vez más cerca.
“Espero que Vlad lo haya logrado” ―Pienso cuando veo que los cuadrúpedos hombres lobos, olfatean en las afueras de la tienda y miran en mi dirección.
―Encontramos un humano herido. ―Dice un hombre lobo, mientras entra a la tienda. Respiro de manera entrecortada mientras abro los ojos al ver que ese lobo que estaba en posición cuadrúpeda sobre sus patas, se convierte en un hombre erguido, mientras olfatea observa a los tres saqueadores muertos cerca de mí ―Y otros tres cuerpos de humanos, muertos. Por eso el olor a sangre. ―Le comenta a otro hombre lobo que viene caminando en su forma “humana”
Los demás hombres lobo se paran sobre sus patas traseras para observarme. El lobo alfa se me acerca y me empieza a olfatear. No me muevo y respiro con cautela, tratando de no llamar atención a estos hombres lobos.
Miro por primera vez a ojos al lobo. Siento escalofríos que se deslizan por su cuerpo, trato respirar con calma, pero es en vano.
―¿Qué hacemos, Nikolai? ―Pregunta uno de los lobos de su manada. ―¿Lo matamos? ―Pregunta el otro hombre lobo. El lobo alfa, por lo visto tiene nombre y es Nikolai, este niega con la cabeza.
―¿Recuerdas lo que dijo, Rebecca? ―Pregunta el lobo alfa. ―Dijo que si encontrábamos un prospecto humano, nos pidió estrictamente que se lo lleváramos enseguida. ―Llevémoslo ante la reina vampiro. Lo siento, joven… pero es mejor que la muerte, por el momento… ―Me dice el hombre lobo, mientras se vuelve a transformar en su forma cuadrúpeda; mientras que los otros me atan de pies y manos, y me suben a la espalda del lobo alfa, atándome con seguirá sobre su torso para evitar que me cayera mientras me transportaban ante esa misteriosa reina vampiro.
Me observo nuevamente mientras los lobos me llevaban ante la mujer vampiro, de dónde Rebecca encuentra atado de pies y de manos, sentado en la espalda del lobo alfa. Estoy asustado y tengo mucho frío; tengo miedo de la reina vampiro. Siento mariposas en mi estómago ante ese encuentro inminente.
No puedo hacer nada, estoy como prisionero de estos hombres lobos y no puedo decir nada, estoy limitado solo esperar.
Luego de un largo recorrido, finalmente llegamos a la antigua morada de los Zares de Rusia, que era un museo reconstruido hace poco menos de dos años; el lobo que me transportaba sobre su espalda, pide a los otros que me bajaran y me colocarán un collar de acero en mi cuello que tenia eslavas, me despojan de toda la ropa que traía puesta dejándome solamente en ropa interior y mi bóxer, me desatan las manos y los pies.
Sigo tembloroso y me cubro de vergüenza, me siento indefenso y sin dignidad, se siente como si fuera un prisionero, Estoy sin una salida y ahora estoy en mi momento de mayor vulnerabilidad.
Solo espero que me maten o algo peor.
Dos de los hombres lobos me agarran de los brazos para levantarme, pues son consientes que estoy herido de una pierna, y tratan la manera que no me cause dolor al caminar, lo cual me sorprende ya que están de cierto modo siendo un poco empáticos conmigo, mientras entramos al antiguo Palacio, ahora museo pero realmente no sé si ahora ha vuelto ser el palacio de esa tal Rebecca.
Finalmente me llevan ante la presencia de una mujer, una hermosa y seductora mujer, pero que tiene un aura fría y oscura; sus labios rojos como el carmín, sus verdes ojos esmeraldas penetrantes me observan por primera vez mientras mantenía una cara apacible y luego sonríe de manera perversa.
―¿Qué has traído de bueno, Nikolai? ―Pregunta ella con una postura dominante mientras está sentada sobre un trono, sosteniendo una copa con sangre en sus manos, mientras con su mirada me devora de pies a cabeza, siendo en mi se produzca una especie de incomodidad.
La reina vampiro me observa de manera muy intensa y su semblante es de una calma y serenidad que me da miedo, me quedo sin palabras; no sé que decir. El miedo y la desesperación es más fuerte en mí. Ahora me pregunto porque la reina vampiro es la líder de los malos y de todos estas criaturas paranormales. Siento que me voy a desmayar de la presión y el miedo que siento.
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