Un mes después

San Petersburgo, un mes después…

Ha pasado un mes desde la gran explosión, el cielo ha permanecido casi totalmente nublado sin rayos de sol debido a la extraña bruma que ha cubierto toda la ciudad, sospecho que este cataclismo desconocido fue causado de manera premeditada, pero aún no tengo la certeza y tengo dudas si realmente fue una bomba atómica o una explosión de los reactores nucleares ya que el aire es respirable afuera, a pesar que el cielo este completamente cubierto por nubes.

Debido que durante los primeros días, el gobierno central emitió un comunicado, pidiéndonos de guardar la calma y refugiarnos en los lugares que nos encontrábamos al momento de la catástrofe, el hermetismo del Gobierno me hace dudar realmente ya que no dieron las causas de esa estruendosa explosión y hongo de kilómetros de altura, durante los primeros días entre nosotros sacábamos teorías sobre el origen de esa explosión.

Al principio, el gobierno emitía comunicados sobre extrañas criaturas similares a los vampiros, hombres lobos e inclusive criaturas voladoras como gárgolas o demonios estaban aprovechando el estrago y consecuencias que dejó ese cataclismo para salir de sus escondites para dar cacería a la especie humana y además nos sugerían tener a la mano cosas como plata, ya sea cuchillos, cucharas tenedores o cualquier objeto con plata para defendernos de los vampiros y así como lámparas de luz ultravioleta como sustituto de la luz solar para poder así salir durante el día para así apuntarle a los ojos a las criaturas de la noche si nos llegasen a perseguir y acorralar; y contra los hombres lobos nos sugirieron tener cosas con mercurio, pero han pasado dos semanas desde la última comunicación del gobierno central; y eso nos preocupaba, pues indicaría que el gobierno y los militares han caído.

Junto a Julianne, Leonard y los otros grupos de trabajadores del periódico que se encontraba en las instalaciones al momento de la catástrofe, nos hemos refugiado en el edificio, sin tener mucho la oportunidad de salir en búsqueda de provisiones, desde entonces… ante la gran ola de asesinatos por parte de las criaturas de la noche durante la mayor parte de la noche y día, ante el temor de ser alimento para esas criaturas y morir de la manera más horrible y cruel.

Hemos tenida la dicha y suerte que nuestro Periódico estuviera en un edificio que anteriormente fue un banco de máxima seguridad durante la Segunda Guerra Mundial.

Habíamos decidido tapar con tablas las ventanas rotas del segundo nivel dónde está mi oficina de la sección de Misterios Paranormales, afortunadamente los vidrios del primer nivel no habían sido destruidos por la onda expansiva, y que las ventanas estén forzadas con hierro y acero; además de contar con una especie de Bunker subterráneo dónde hemos establecidos que nuestras compañeras durmieran ahí mientras que los hombres haríamos guardia en el primer y segundo nivel.

Lo único malo es que estaba empezando a escasear las provisiones que teníamos dentro de la cafetería del edificio, estábamos muy preocupados pues si no salíamos moriríamos de hambre o peor aún, estaríamos siendo acorralados al canibalismo, cosa que todos mis compañeros y por supuesto mi persona, no estábamos dispuestos a recurrir; por lo que nos reunimos todos en la cafetería del edificio para discutir que hacer al respecto.

―Entonces… ¿Cuál es el plan? ―Pregunta Julianne, mientras está junto a Leonard mirando al grupo que estábamos ahí.

Yo solo me limitaba a escuchar, ya que nunca me había gustado sobresalir y tomar el papel de líder por miedo a que me considerarán un mandón; observa a todos los presentes.

―Yo digo que deberíamos de formar un grupo de reconocimiento y búsqueda de provisiones. ―Sugiere Anton Brezhnev , el jefe de la sección de Deportes del periódico.

―Pero tendríamos que aprovechar las únicas dos horas de durante el mediodía… ―Agrega Matvei Borisovich, nuestro jefe y director del periódico, le sonrió mientras asiento ante su comentario.

―Tienes razón en eso, Matvei… ―le comenta Leonard. ―Yo sigo que junto a Anton, Alya, Lana, Vladimir, Jayden y yo… fuéramos ya que somos los que estamos en plena condición física. ―Menciona Leonard ya que todos en el edificio saben que ellos seis son los que aplican un deporte o realizan ejercicio en un gimnasio.

Coloco una mano en el hombro de Leonard, mientras lo miro y niego con la cabeza.

―Leonard, no podemos dejar desprotegidos a los demás, al menos dos de nosotros deberíamos quedarnos aquí para vigilar la puerta principal del edificio ya que esa será la que abriremos para que los demás salgan a buscar las provisiones… ―comento obteniendo la atención de los demás mientras se ponen a meditar mis palabras.

―Odio admitirlo, pero Jayden “Tsoukalos” tiene razón, Leonard. ―Comenta Anton en un tono burlón ya que ese es mi apodo por ser el jefe de la sección de los Misterios Paranormales, yo solamente le dirijo una mirada inquisidora, porque sé que Anton de alguna forma me tiene miedo a pesar que el sea mucho más fuerte que yo, pero en cuanto a altura, le supero.

―Gracias, Anton. ―Le digo mientras le sonrió con mi característica sonrisa de “psicópata” que se me origina al sonreír de lado y por mis hoyuelos y mis pómulos hacen que parezca una sonrisa un tanto sombría, maquiavélica.

―Hombre, no deberías de decirle a Jayden así… de todos modos los relatos de personas sobre avistamientos y encuentros con criaturas… ahora es una realidad irrefutable. ―comenta el director del periódico, Matvei.

―¿Acaso no viste como ese hombre lobo atacó y descuartizó a ese pobre vagabundo en ese callejón desde tu ventana de nuestra oficina? ―Pregunta Lana Germanovna uniéndose a la conversación, compañera de oficina de Anton. ―¡Hasta casi vomitas ante la impresión!

―¡Lana! ―Exclama Anton mientras codea a pelirroja. ―No menciones eso es vergonzoso. ―Le dice entre dientes mientras oculta su vergüenza en una sonrisa forzada.

Observo la situación y sonrió con satisfacción al verle el rostro avergonzado de Anton, miro a Lana y le guiño un ojo en complicidad.

―¡Bien entonces no se diga más, yo me quedaré aquí cuidando a los demás! ―Se ofrece Leonard. ―Tú, Jayden ve con los demás a buscar provisiones, agua y medicamentos por cualquier cosa… ―Le dice Leonard a su amigo y compañero de oficina.

Observo la situación y sonrió con satisfacción al verle el rostro avergonzado de Anton, miro a Lana y le guiño un ojo en complicidad.

―¡Bien entonces no se diga más, yo me quedaré aquí cuidando a los demás! ―Se ofrece Leonard. ―Tú, Jayden ve con los demás a buscar provisiones, agua y medicamentos por cualquier cosa… ―Le dice Leonard a su amigo y compañero de oficina.

―¿Seguro que puedes quedarte solo? Si, quieres puedo quedarme junto a ti. ―Menciono, mientras miro a Leonard preocupado pues es una gran responsabilidad para él quedarse a cargo de los compañeros que están dentro del edificio.

―Yo me quedaré con Leonard. ―Se ofrece Lana, mientras al pertenecer a la sección de Deportes de Anton. ―¡Ya sabes! Puedo defender con mis destrezas en artes marciales mixtas, en caso de que uno de esas asquerosas y sanguinarias criaturas intenten irrumpir en el edificio.

―¿Ves hermano? ―Le dice Leonard mientras le da una palmada amistosa en la espalda de su jefe y amigo. ―No te debes de preocupar, no pierdan tiempo más… y deberían marcharse ahora mismo, el medio día de acerca y deberían ser rápidos y agiles para rondar por las cercanías del edificio para entrar a las pequeñas tiendas alrededor. Les sugiero que no se pasen más de dos cuadras a la redonda.

Todos asentimos ante el consejo de Leonard

―Bien, es momento de ponernos en marcha… ―Menciona Alya, mientras carga su pistola corta.

―¿Por qué siempre cargas una pistola contigo, Alya? ―Pregunta Vladimir en curiosidad.

―Pues antes de esto, temía por los avistamientos y relatos de las personas de la columna de misterios paranormales que maneja o en este caso manejaba Jayden. Y lo otro porque mi padre es un militar, y me enseño a utilizar las armas para en caso de que un hombre mal intencionado me intentará hacer algo sólo por el hecho de ser una mujer. ―Comenta Lana, mientras hace lo mismo que los demás compañeros, yo por mi parte llevo en mi mochila una botella de agua, y varias lámparas de rayos UV que se encontraba en la oficina de sección de Ciencia y Tecnología, ya que el friki de Gustav siempre para redactar sobre productos tecnológicos compraba de manera compulsiva una o dos cajas de esos productos. A veces me preguntaba de dónde sacaba tanto dinero para darse esos lujos.

Luego de cinco minutos nos reunimos en la recepción del edificio ya preparados para partir. Leonard nos estaba esperando, para abrir las dos puertas que tenía la entrada, una de hierro y acero y la otra de vidrio templado blindado anti balas, al ser reliquias del antiguo banco de máxima de seguridad.

―Es hora… ―Digo mientras veo como Leonard termina de abrir la puerta de hierro.

―Luego de dos horas cerraré la puerta, procuren regresar antes. ―Le comenta Leonard al grupo. ―Regresen todos sanos y salvos ¿Bien? ―Nos dice con un tono preocupado, causándome en mi un sentimiento o sensación de incertidumbre y miedo sobre si todos regresaremos o no nuevamente al refugio.

―Exageras demasiado, Cooper. ―dice Anton, mientras el es el primero en avanzar hacia afuera.

―Procura no vomitar. ―Le dice Leonard en tono burlón, mientras los demás salen después de Anton, causando risa entre los presentes.

Cuando yo iba a salir, mi amigo me coloca una mano sobre mi hombro.

―Cuídate, Jayden. ―Me dice con la mayor y sincera preocupación reflejada en sus ojos.

―Tranquilo… regresaremos. ―Le digo mientras nos damos nuestro saludo apretando las manos y chocando nuestros hombros, y finalmente salgo del edificio detras del grupo de exploracion y busquedad de provisiones.

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