17. ¡¡ quiero el divorcio!!

ZEUS.

A mi esposa la e tratado de lo peor porque me a traicionado infinidad de veces y con ese imbécil que mintió decidiendo que era mi amigo, hoy solo son amantes y eso no se lo permitiré, tengo pruebas varias fotografías donde salen juntos y yo Zeus Lamprou se lo haré pagar lentamente.

Lidia se a encargado de abrirme los ojos con ella, estaba segado por amor, estúpido amor, pensé que ella sentía algo por mi, pero ya veo que fue más que una vil mentira, estoy tan indignado, con rabia, ira y lo que le sigue, tengo mucho odio hacia ella, más me enfada que cuando la veo se lo expreso y ella finge tan bien que en una ocasión estuve a punto de caer en sus brazos, pero me hice una promesa de no volver a caer en sus mentiras.

En cambio, Lidia me a mostrado lo linda que es y ahora que espera un hijo mío, quedo embarazada en nuestro último encuentro y hoy la tengo con los mejores doctores para que velen por la vida de mi hijo de mi primogénito, algo que esa zorra no pudo darme.

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ISABELLA.

El día que me despido salí de la empresa más que alterada, sentía que me faltaba el aire, camine sin parar por las calles, necesitaba asimilar y pensar lo que estaba ocurriendo desde hace tiempo.

Llegue a casa casi a las ocho de la noche, con mis pies destrozados, cansada y con hambre, al pasar las puertas solo sentí sus brazos rodearme apretándome más de la cuenta.

- ¿dónde estabas?, ¿sabías que me preocupo por ti?, ¿que te sucede Isabella?- al soltarme solo camine a mi habitación, lo único que necesitaba era darme una ducha muy larga y dormir.

Camine hasta subir las escaleras encerrándome en mi habitación, el no paro de tocar pero no quería verlo en estos momentos, no tenía ganas de pelear nuevamente, solo quería paz mucha paz aunque sea por unos minutos, pero eso no paso, ya que el abrió la puerta de un golpe.

- ¿que carajos te pasa?, te estoy tocando y no abres, ¿dónde estabas?- lo vi por unos segundos y seguí haciendo lo mío.

- caminando y asimilando que me corriste, pero también tratando de entender que todo tu mal humor es por no darte un hijo- asintió.

- si es tu culpa, yo sería el mismo si tú estuvieras ya embarazada- me encogí de hombros.- mañana iras al médico, ¿entiendes?.

Solamente lo escuché y entre al baño, ahora resulta que yo soy la culpable de su humor, me metí a la tina quedándome más de una hora bajo el agua, mis dedos estaban tan arrugados que se veían chistosos.

Salí y me cambié por algo más cómodo, quería en estos momentos dormir y no volver a despertar, sus ataques continuos hacia mi cada vez me lastimaba más de lo que podré soportar.

Al día siguiente fui al médico como lo dijo el, me hicieron infinidad de exámenes y estudios, pasando casi todo el día en el hospital, entre de nuevo a consulta y solo para decirme que todo en mi estaba bien, no tenía nada.

Cuando salí por las puertas grandes del hospital por ir haciéndome una pregunta entonces, ¿por qué no me e quedado embarazada?, es más que extraño, ya que desde que tengo relaciones con el no me e cuidado.

Seguí caminando cuando choque por accidente con un hombre, al verlo supe que era doctor por traer bata blanca, solo me disculpe y seguí caminando, sentía su mirada pesada pero no preste más atención.

Tome un taxi porque el señor dio la orden de que no me trajera Mike, llegué a casa y vi su auto parqueado, entre y me jalo del brazo para llevarme al despacho, me aventó al sofá y comenzó a interrogarme.

- dime de una buena vez, ¿que te dijo el médico?, habla rápido que no tengo tu tiempo- asentí más que asustada por su manera tan agresiva de tratarme.

- el médico dijo que estaba bien, que no había nada extraño o anómalo en mi y..- me interrumpió.

- ahora entiendo; eres tú la que no quiere tener hijos ¿verdad?- niego rápidamente.

- desde que te entregue mi virginidad no me e cuidado, no entiendo por qué no e quedado embarazada- se carcajea hasta negar.

- sigues mintiendo, si no te cuidarás ya estarías como…- guarda silencio.

- ¿cómo quien?, Zeus- lo veo meter sus manos a los bolsillos y camina hacia fuera.

- eso a ti no te importa- camino atrás de el, jalándolo del brazo, hasta que de un solo movimiento me tumba.- no vuelvas a tocarme Isabella Walker.

Me quedé en el piso más que shockiada por lo que acababa de pasar y sin darme cuenta mis lágrimas corrían como río por mis mejillas mojando mi blusa.

Sophia y su mamá vinieron a ayudarme a levantar y tomándola por sorpresa solo la abracé a la señora, llorando amargamente por lo que estaba viviendo junto a Zeus el que decía que me amaba con el alma.

Duramos un buen tiempo abrazada a ella y al separarme, me veía con pesar, le di las gracias y me fui a mi habitación, yo quería arreglarlo pero esto me sobrepasa, me quedé sentada en mi cama hasta que me arme de valor y salí para ir a la oficina, ya no aguanto más y esto se terminará ahora.

Le dije a Mike que me llevara y con miedo me llevo hasta la entrada de la empresa, entre a paso firme con unos lentes de sol que tapan gran parte de mi rostro, no quería que se dieran cuenta que e llorado.

Subí hasta el último piso, al salir no vi a Mía así que solo pase hasta la oficina, al acercarme pude percibir ¿gemidos?, pero que está pasando, abrí de golpe la puerta y la escena que nunca imagen ver en mi vida, estaba frente a mis ojos.

Zeus tenía a su "asistente", contra el escritorio ella al verme se metió corriendo a la oficina yo aún no salía del asombro, mi tristeza y dolor lo transformé en ira caminando a él y dándole dos bofetadas.

- eres un puerco hijo de puta- me agarro las manos ejerciendo fuerza.- como te atreviste, ya no me lastimes más por favor Zeus.

- eso y más te mereces zorra, crees que no me enteraría de que aún ves a Izan- me sorprendí, pero más porque asegura algo que jamás a sucedido.

- estás demente verdad, desde que el se fue jamás e sabido nada de el- se carcajea, lo veo sacar algo del cajón de su escritorio y me las avienta.-

- mira maldita puta- recogí del suelo una fotografías, si era yo pero también Izan, me puse analizar con detalle dándome cuenta que son viejas.- no dices nada porque sabes que te descubrí verdad.

- no, porque yo no me e visto con Izan y no decía nada porque estaba viendo las fotos te has dado cuenta que estas pruebas son viejas, Zeus son cuando tú y yo aún no nos casábamos.- niega acercándose a mí.

- no te creo y jamás te volveré a creer- me acorrala se acerca a oler mi cuello hasta mordiéndome tan fuerte que grité de dolor, y de un empujón lo aleje tocándome mi cuello.

- Zeus Lamprau, quiero el divorcio ahora no viviré un minuto más contigo- se carcajea tan raro que un escalofrío recorre toda mi espina dorsal, hasta sentir una fuerte bofetada tumbándome al suelo.

- eso jamás pasará, yo me divorciaré de ti pero cuando yo quiera ¿entiendes?; ahora- me levanta tan fuerte que me quejo del brazo- ¡LARGATE!, para continuar lo que tú interrumpiste.

Me saca a empujones de la oficina cerrando, no lo puedo creer camino por el pasillo viendo a Mía con sus ojos más que grandes se levanta y me limpia con una toallita el cuello y veo sangre, de inmediato me cubro con mi mano, y salgo a toda prisa por las escaleras, al salir corro alejándome de todo, mi corazón duele y mucho, es más fuerte el dolor de mi corazón destrozado que el físico.

Llego a un parque a sentarme y poder desahogarme, no quiero que mi madre o mi padre se enteren de él infierno que vivo día a día junto a Zeus.

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