16. El verdadero Zeus.

ISABELLA.

Me desperté más que alarmada, al levantarme el no estaba en la cama, lo busque en el baño, baje corriendo a buscarlo en el despacho pero no estaba, al salir me cruce con Sophia.

- ¿sabes donde está mi esposo?- asintió.

- se fue hace dos horas, señora- solo asentí caminando a las escaleras- ¿va a desayunar?

- no Sophia, gracias.

Me arreglé y me fui a la oficina, subí el ascensor bajo las miradas de todos, al entrar, solo escuchaba gritos provenir de la oficial, entre y estaba gritándole a Mía, al verla estaba a punto de llorar, me vio a mi y también me grito.

- estas no son horas de llegar al trabajo, no porque seas mi esposa quiera decir que tienes el derecho de llegar a la hora que te dé tu gana- asentí, ya que no quería dar ningún espectáculo en la oficina.

Me encerré en mi oficina a tratar de trabajar, ya que mi esposo estaba de pésimo humor, pasando las horas y solo sus gritos se escuchaban sin parar, me confundía sus cambios de comportamientos tan repentinos.

Pasaron las horas, no salí para nada de mi oficina privandome también de comer, al finalizar este día tan loco, tome mi bolso y unas carpetas, saliendo de mi oficina lo vi acostado en el sofá pasando de largo pero su voz me detuvo.

- mi vida, ¿nos vamos juntos?- giré para verlo, ahora si estaba más que perdida.

- sabes que si, ¿estás bien?- asintió y negó a la vez, camine hasta estar frente a él, me puse en cuclillas quedando a únicamente centímetros de nuestros labios.- ahora me dirás ¿que te sucede?, dime lo que sea, pero no me gusta que estés así mi vida, Zeus.- solo suspiro y asintió.

- solo no te enojes- asentí- Lidia trabajaba como enfermera cuidando a mi papá, él la despidió, no se el motivo, pero ella vino a mi para que la ayudara y una cosa llevó a la otra y- carraspeo- y.

- y ¿que?, Zeus ¿que paso?- tomo sus manos y solo las aprieta- dime por favor.

- me deje llevar, estaba más que perdido porque no avanzaba nuestro matrimonio y, y- me levante, más que desesperada, pero me imaginaba que había pasado en realidad.

- ¿te acostaste con ella?- bajo su cabeza y no necesite que me confirmara con voz, con tan solo hace eso me dio a entender que si- ¿pero eso fue antes de nuestro encuentro?.

- si, pero ocultarte esto me tenía más que loco- asentí, me duele enterarme que tuvo un desliz pero solo fue uno.

- vamos a descansar, este día fue una total montaña rusa- tomé sus manos para levantarlo- solo te pido que no vuelvas a tocar el tema, por favor.

Asintió y nos fuimos a la casa, al llegar nos esperaban con la cena, pero no tenía apetito y me fui a mi habitación, estaba por acostarme cuando abrieron la puerta y era Zeus.

- ¿puedes dormir conmigo?- asentí, caminando junto a él.

Entramos a su habitación acostándome en la cama, el me abrazo quedándonos más que dormidos.

Los meses avanzaron y su actitud jamás cambió, pensaba que era por lo de esa tal Lidia, pero ahora no sé que pensar, últimamente a estado tomando más de la cuenta, me duele verlo así y no saber que le pasa, ya que las veces que e intentando hablar con él terminamos peleando.

En una ocasión saco de nuevo el tema de Izan, reclamándolme que yo aún me veía con el y tenía amoríos.

RECUERDO.

Estaba sentada en uno de los camastros tomando el sol, tome mi celular y comencé a ver mis redes sociales, estaba muerta de la risa viendo videos cuando llego el arrebatándome de mis manos el celular.

- mi vida ¿que te pasa?- me levanto y está con esa mirada más que oscura.

- aún lo ves ¿verdad?, creo que soy estupido- me quedé sorprendida porque en realidad no sabía de que me hablaba- tu eres mi esposa y no dejaré que me engañes ¿entiendes?

- ¿pero de que hablas?, yo jamás te engañaría mi amor, ¿que tienes?- se acercó a mi, beso mi mejilla y azotó mi celular en la pared.

- no te hagas, sabes de quién hablo, pero para que sepas tengo ojos en todas partes Isabella- se dio media vuelta y se fue quedándome en shock por lo que acaba de suceder, pero con una gran interrogante en mi cabeza.

Al entrar a la casa lo busqué por todas partes y no estaba al ver a Sophia entendí que de nuevo se había ido y solo me quedaría un noche más a esperarlo a altas horas de la noche cayéndose de borracho.

FIN DEL RECUERDO.

Toda esta situación me estresa, solo quisiera entender que pasa por su cabeza.

Los días avanzaron y su mal humor disminuyó considerablemente, que al menos podía cruzar palabras conmigo sin gritar o pelear.

Al llegar la noche me dispuse para acostarme, ya que tengo meses durmiendo en la misma cama y a pesar de su pésimo humor siempre tenemos relaciones y esta noche no sería la excepción, besándonos hasta entregarnos al placer.

Pero después de días buenos junto a él, en especial hoy presiento que será el peor, por qué al levantarse ni siquiera me vio, ni mucho menos sé despidió, solo se fue.

Me duche y arregle para salir, en estos meses hasta e perdido peso por no comer y mal pasarme, al entrar a la oficina estaba una chica y la vi entrar a mi oficina, camine hasta el sentándome.

- mi amor ¿quién es ella?, y ¿por qué está en mi oficina?- levanto su vista y su ceja se frunció.

- solo necesito una nueva asistente, porque la que tengo siempre llega tarde, y esta empresa no tolera la impuntualidad- me quedé sorprendida quise tolerar pero esto me rebasó y solo explote.

- a ver si entiendo, me has despedido solo por llegar dos minutos tarde- asintió, respire tan fuerte que trataba de controlarme.

- a paté tú tienes que estar en casa no aquí, para eso trabajo yo, para comprarte esas zapatillas de marca- me vi a donde señalaba y negué por sus absurdas respuestas.

- esto ya se está saliendo de control, yo e aguantado tus pésimos humores, me has gritado, insultado y aún sigo aquí a tu lado, sabes por qué, porque te amo, pero que me reemplaces por estupideces no puedo tolerarlo Zeus en que te has convertido.- se levanta y camina hasta se sirve un vaso de whisky, tomándolo de un solo.

- no me e convertido en nada, solo te estoy diciendo que tu lugar es en nuestra casa e intentar darme hijos ya tenemos casi dos años y aún no puedes darme aunque sea uno- me sorprendo por su comentario.

- esto no lo deberíamos hablar aquí, pero que más da no, te gusta hacer más que espectáculo, si ese es tu mal humor podíamos haber hablado no Zeus somos adultos para andar con esas cosas- lo veo servirse de nuevo iba a beberlo pero camine a él y se lo arrebate.

- ¡ya basta!, estás trabajando, ¿que te esta pasando?, no eres el mismo desde hace tiempo, no eres del hombre que me enamore- sonríe, acercándose a mí y me arrebata el vaso.

- pues acostúmbrate muñequita porque este es el verdadero Zeus, ahora ¡LARGO!- mi ira me rebasó más de lo que pude contenerla y solo le di una bofetada, volteándolo de tan fuerte que se la di.

-eres un estúpido Zeus Lamprou- me di media vuelta y salí escuchándolo gritarme.

- yo también te amo.

Camine hasta el ascensor, las miradas de las personas que estaban en este piso me comenzaban a carcomer, después de unos eternos minutos se abrieron las puertas, al cerrarse, mis lágrimas salieron sin parar, mi pecho dolía por no entender su cambio, extrañaba ese hombre romántico, detallista, amoroso, pero ahora solo está ese hombre de cuál desconozco, es mi esposo, pero no del hombre que me enamore.

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