18. Eres un mountruo.

ISABELLA.

Han pasado cuatro meses donde e vivido un infierno con Zeus, el a estado fuera de control completamente, a diario toma sin descanso hasta perder el conocimiento, hay días que se va y no vuelve hasta un cuarto o quinto día.

E intentando irme infinidad de veces pero es imposible estoy más que cautiva y secuestrada en esta casa, e llamado en dos ocasiones a mi madre gracias a Sophia, ya que desde que me destrozo el celular e estado incomunicada.

Pero solo le digo a mi madre que estoy bien, no quiero que sepan por qué no se dé que sea capaz Zeus si mi padre lo enfrenta, yo lo único que quiero es que ellos estén bien, aunque esté alejada de ellos.

Estoy sentada en el jardín admirando el hermoso día, adoro el tiempo que el no está en casa porque se respira paz absoluta, pero como nada es eterno escucho la puerta abrirse de golpe junto a sus gritos.

Decido ignorarlo, pero no tarda en encontrarme al verlo acercarse me levanto rápido retrocediendo, su mirada es completamente distinta, es demasiado intimidante, su rostro es serio e indescifrable.

Me agarra del brazo jalando para entrar, estoy más que asustada pongo resistencia pero es más que inútil, su fuerza es mayor a la mía, comenzamos a subir las escaleras y veo a Noelia la mamá de Sophia gritarle a Zeus.

- niño, deténgase usted no es así- la voltea a ver con ojos impregnados de odio.

- no te vuelvas a meter Noelia, tu único trabajo es cocinar así que lárgate a tu puesto- sus ojos me miran y sudo frío, porque no se que intentara.

- Zeus suéltame, detente- hace más fuerza en su agarre quejándome por el dolor que me causa.

- ¡CALLATE!- caminamos hasta su habitación al abrir me rehusó pero me avienta a la cama.

Me levanto corro para salir de la habitación pero me da un golpe cayendo al piso, lo veo cerrar con llave, se acerca a mí quitándose el saco junto a su camisa, me levanta y vuelve aventarme a la cama.

Le grito que se detenga pero es como si no escuchara, maldigo en este día que me puse un vestido, se sube a mi ejerciendo presión, abre mis piernas y solo lo hace, es tan salvaje y muy doloroso que le grito sin descanso pero sigue sin escucharme, no se cuanto tiempo pasó cuando termino, se bajó de mi, fue ducharse cuando salió se arregló.

- eres un monstruo y un malparido- lo escuché reírse me aventó un beso.

- gracias por el cumplido muñequita- solo se fue dejándome encerrada.

Me levante con un dolor tan fuerte en mis partes camine a la ventana y tenía protecciones por fuera y no podría salir, me metí al baño quedándome bajo la regadera, llorando por lo que me a echo.

Cuando salí después de casi una hora me vi al espejo y pude ver roja mi mejilla, volvieron a salir mis lágrimas ya en este punto mi corazón estaba ya pulverizado y el se encargó de dañarlo a placer.

Cuando escuche la puerta abrirse solo con su loción sabía que era el, aún estaba en el baño, sin hacer un solo ruido más que aterrorizada cuando abrió de golpe la puerta y nuevamente fui ultrajada en manos de mi marido.

Su ataque hacia mi duro tres días, donde me golpeo y me hizo lo que quiso las veces que le dio su gana, al despertar note que estaba en mi cama intente moverme pero me dolía todo, tenía morados por todo el cuerpo, escuché abrirse la puerta y mis lágrimas salían cuando el grito de Noelia me hizo voltear.

- tranquila Noelia- la vi derramar lágrimas iba a entrar Sophia pero le dio la orden que no lo hiciera, me imagino que es más que impactante.

- señora, no puede seguir viviendo así, tiene que denunciarlo- asentí, pero como le haría.

- dime como Noelia, si pudiera salir créeme que lo haría- ella asintió, sacando ropa holgada de mi guardarropa, me ayudo a levantarme quejándome del movimiento.

- el señor salió de viaje, podemos hacerlo, yo la acompaño aunque nuestro trabajo esté en juego- asentí cambiándome con ayuda de ella.

- gracias Noelia- terminamos, subió mi capucha y coloco mis lentes de sol.

Salimos a paso muy lento de la habitación fue un gran odisea bajar las escaleras pero lo logré, al salir vi a Mike con la puerta de la camioneta abierta, gire a dirección de Noelia y solo asintió.

Nos subimos yendo hasta la comandancia los minutos para llegar se hicieron más que eternos y con mucha adrenalina, al bajar con ayuda de ellos entramos y Noelia hablo.

- buenas tardes, venimos a hacer una denuncia por violencia domestica- el oficial nos veía y solo asintió.

- permítame- y se fue minutos después vino con otro hombre y me llevaron a una habitación.

El hombre preparó todo para escribir contándole todo lo que e sufrido y en estos días que me violo y golpeo sin descanso, le mostré mi cara y mi cuerpo tomando fotos para las evidencias, pero era hora de decir el nombre de mi agresor.

- señora necesito que me diga el nombre de su esposo, para asentarlo en el acta de denuncia- asentí pensando que mi calvario terminaría.

- su nombre es Zeus Lamprou- el hombre al escuchar el nombre literal soltó el bolígrafo y se levantó de inmediato hasta salir dejándome sola.

Pasaron más de diez minutos cuando entraron dos oficiales me levantaron y me sacaron de ahí, al salir vi al mismo hombre que me hizo el interrogatorio.

- lo siento señora, pero no podemos ayudarle- suspiré asintiendo y entendiendo que el que tenga dinero tiene poder en esta ciudad.

Regresamos más que frustrados por no poder hacer la denuncia, al llegar vi el auto, saliéndose mis ojos por la sorpresa no quería bajar el terror me invadía, lo vi salir de la casa acercándose a la camioneta, le pedí a Make que no quitara los seguros, pero entendí el miedo que provocaba Zeus en el.

Abrió la puerta sacándome a rastras del interior de la camioneta, entramos al despacho sentándome en la silla, sus manos estaban sobre las mías y cada vez apretaba más, lo vi ladear sus labios hasta que se incorpora.

- solo para que te quede claro, la policía no hará nada, así que resígnate Isabella, esta ciudad la manejo yo y todo lo que pase aquí me entero, eres tan ilusa- y vuelve a darme una bofetada y antes de salir se gira y me habla- aguanta ya falta poco.

- eres un monstruo Zeus Lamprou- lo escuché carcajearse hasta salir de la casa.

Y sale del despacho, me levanto saliendo lentamente de ahí y subo las escaleras llegando a mi habitación a llorar que más hacía más que llorar en esta vida tan horrible que yo misma me busque.

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