15. Comportamiento extraño.

ZEUS.

Al despertarme aún vi a mi esposa dormida junto a mi, verla a plena luz del día, como Dios la trajo al mundo, era algo maravilloso, miles de veces me imagine esa escena y hoy sin pensar que sucedería aquí la tengo a mi lado.

Me quedo aun observándola y hasta dormida es aún más hermosa, siento vibrar mi teléfono y me doy cuesta que es Lidia de nuevo, me levanto me pongo mi ropa y salgo para regresarle la llamada.

📲 ¿que quieres Lidia?, ya dejé dicho todo ayer.

📲 si lo sé, Zeus no me dejes yo te amo.

📲 yo no arruinaré mi matrimonio por ti, lo que paso fue un error, entiende no vuelvas a llamar.

📲 te arrepentirás entiendes y tu esposa pronto se enterará de lo que tú y yo hicimos a escondidas de ella.

Y colgó la llamada, estaba tan furioso que sin pensarla aventé el celular al piso, haciéndose trizas por la fuerza, salí del despacho buscando a uno de los de seguridad, ella no vendrá a arruinar lo que tanto me a costado construir.

Al cruzar la puerta le hago señas a Mike que se acerque.

- ¿necesita algo señor?- asentí, volteando al interior para fijarme si aún no anda Isa.

- necesito que le llames a Michael y dile que haga lo posible porque no hable Lidia- el asiente y se va.

Vuelvo a entrar y veo bajando a mi hermosa esposa, camino hacia ella abrazándola hasta besarla.

- hola mi vida, ¿descansaste?- le pregunto y ella asiente.

- muy bien mi cielo, ¿quieres algo en especial de almorzar?- niego y ella se va a la cocina.

Entro a mi despacho más que estresado por esta situación y pensar que fui a verla solo por ayudarla, ya que papá la despidió, el motivo no lo sé y nunca le pregunte a mi papá.

Pero caí en tres ocasiones y la última fue hace un mes, pero al decirle que ya no nos veríamos amenazó con suicidarse por ese motivo salí casi corriendo de mi casa ayer, al estar en su departamento intento seducirme de nuevo pero era traicionar de nuevo a Isa.

Y ahora me sale con esto, en mal momento me deje llevar por mi estúpida debilidad.

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ISABELLA.

Al despertarme me levanté, me sentía tan bien con energías, como una nueva yo, no lo sé o son figuraciones mías, fui a mi habitación me duche y me arregle un poco, regrese a la habitación de mi esposo, al darme cuenta de las sábanas las cambie de inmediato.

Y baje ya que no lo vi por ningún lado, al estar en el último escalón se acercó a abrazarme, era como vivir ahora nuestra luna de miel después de tiempo, hice el almuerzo puse la mesa y no lo vi, así que fui a buscarlo a su despacho.

Toque dos veces pero nadie respondió, abrí lentamente y lo vi más que ido de la mente me acerque dándole un beso pegando un brinco por asustarlo, me vio y solo sonrió, lo tome de la mano para levantarlo.

- anda mi amor ya está el almuerzo- me jalo sentándome en sus piernas beso mis manos una y otra vez.

- mi vida perdoname- lo vi extrañada por su disculpa, iba a hablar y solo se levantó caminando hasta el comedor- vamos a almorzar muñequita.

Todo el rato que duramos almorzando no volvió a hablar me parecía más que extraño, ya que el siempre me buscaba para platicar y hoy está más que perdido pensando en no sé que y sin casi probar mi comida.

Al terminar me levanté recogiendo mi plato y me fui a la cocina, al regresar aún lo vi perdido esto era más que extraño, me acerco golpeando la mesa el se exaltó tirando los cubiertos al piso y me vio más que sorprendido.

- Zeus, me dirás de una buena vez que te está pasando, ese no eres tú- se levantó, solo me vio y se fue- a donde vas, te estoy hablando.

- ¿que quieres saber?, estoy bien, no pasa nada- asentí, más que frustrada porque no me dice que sucede en realidad.

- está bien, no es necesario que me grites solo contéstame y ya- me volvió a abrazar, recostando su rostro cerca de mi cuello.

- te e dicho que hoy te ves tan hermosa- niego- hueles tan rico; mi vida- se incorpora tomando mis hombros viéndome a los ojos- pase lo que pase, sabes que te amo ¿verdad?.

Asentí, sin entender una sola palabra de a que se refería, beso mi frente y se fue al despacho olvidándose por completo de nuestro fin de semana juntos, ya mañana volveríamos a nuestra rutina, con esa actitud me está confundiendo un poco, no sé que ocurrió para que tenga ese semblante.

Subí a mi habitación, tome mi bolsa baje las escaleras y volví tocar a su puerta sin obtener respuesta, abrí y de nuevo está perdido viendo a la ventana, me acerque y le hablé demasiadas veces sin tener su atención, tome la libreta que tenía sobre el escritorio y solo le escribí que regresaría más tarde.

Y me fui para con mis papás, al llegar se sorprendieron al verme así que solo les dije que tenía ganas de verlos sin dar más explicaciones, me estuve gran parte de la tarde hasta que comenzó a oscurecer, al llegar entre a la casa y estaba más que silenciosa la casa.

Entre al despacho y no lo vi, subí las escaleras entre a su habitación tampoco estaba, sin dudar marqué su número pero me mandaba inmediatamente a buzón, me preocupa que este así no podía entender, porque de su comportamiento tan extraño y su cambio repentino, entre a mi habitación me duche, me puse mi pijama y me disponía a acostarme porque de dormir lo dudo.

No se cuantas horas pasaron, estaba concentrada leyendo un libro cuando escuché la puerta azotarse, me puse mi bata, mis sandalias y salí con miedo, ya que estaba sola en la casa, al bajar las escaleras vi a Zeus que lo traían los guardaespaldas, corrí a el.

- ¿dónde estaba?- les hable a los hombres.

- en un bar, patrona pero lo trajimos, ya que estaban por cerrar- asentí.

- por favor llévenlo a la habitación- asintieron y los vi subirlo con dificultad.

Fui a la cocina a preparar café más que cargado, lo prepare lo más amargo y subí a la habitación, al entrar estaba sentado en la esquina, me acerque dándole la taza de café.

- ten esto te hará bien cariño- solo asintió sin verme, mientras lo tomaba yo le quitaba los zapatos, pero me tomo de la mano y solamente me veía a los ojos.

- ¿sabes que te amo verdad?- hablaba arrastrando las palabras pero solo asentí a su pregunta.

- demasiado mi vida, ahora somos solo uno- asintió levantándose hasta encerrarse en el baño.

Me quedé sentada esperándolo pero no se en que momento me ganó el sueño sin saber a que hora saldría del baño, ni tampoco si le sirvió el café para que bajara sus niveles tan altos de alcohol.

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