-¿Qué te piensas poner para el concierto esta noche?- me preguntó Camila mientras salíamos del museo.
-La verdad, no tengo ni idea, pero quiero ver si me puedo poner algo que tenga que ver con la banda, ¿Tú qué te piensas poner?- le pregunté mientras me acercaba a un puesto de manzanas cubiertas de caramelo y compraba una para cada uno.
-¿Quieres venir con las chicas y conmigo a comprar camisas iguales para el concierto?- me preguntó antes de morder la manzana.
-Claro, vamos a dejar las bicicletas y nos vamos a comprar.- le dije antes de coger la manzana con los dientes para ponerme el casco.
Al subirnos ambos en la bicicleta, Camila dijo:- hagamos una carrera, el que llegue de último al hotel, paga las camisas-. No dio espacio a terminar de comerme la manzana, ella simplemente comenzó con la carrera, así que tuve que manejar con una mano y comerme la manzana con la otra, por lo menos, era una sola recta hasta el hotel, pero perdí la carrera, cuando yo llegué, ya Camila estaba sentada en las escaleras de la entrada del hotel, esperando a que yo llegara. En cuanto me bajé de la bicicleta, se acercó y me dijo:- tienes algo de caramelo aquí – y comenzó a limpiarme con una servilleta que tenía en la mano, de repente, comenzó a bajar la intensidad con la que frotaba la servilleta a mi cara y se comenzó a acercar, comenzaron las chispas otra vez, cada vez estábamos más cerca uno del otro, los labios comenzaban a rozarse, nos mirábamos fijamente a los ojos, y en el momento que los cerramos. ¡Pum! Se abrió la puerta, y estaba saliendo un señor a fumar un cigarrillo, solo juntamos las frentes y le susurré:- la tercera es la vencida-. Ella sonrió, me dijo:- debemos devolver esto.- levantando su bicicleta y comenzando a caminar con ella hacia el lugar de donde las sacamos. Le seguí con mi bicicleta, cuando llegué, estaba conversando con el hombre que nos las alquiló, luego nos fuimos.
-si quieres pasa, y esperamos a las chicas en la habitación- me dijo Camila una vez estábamos en el lobby, a lo que no me negué. Entramos al ascensor y Camila marcó el piso 10. En el momento en el que se cerró la puerta del ascensor, la tomé por la cintura con mi mano derecha, y le quité el cabello de la cara con mi mano izquierda, y acercándola hacia mí, le dije:-La tercera es la vencida-. Ella con una sonrisa pícara, acercó sus labios a los míos y nos comenzamos a besar, no de una forma salvaje, sino de una forma más delicada y sensible. Estuvimos explorando la boca del otro hasta que se abrió la puerta del elevador. Salimos de él y fuimos hasta el final del corredor entrelazando los dedos meñiques, al llegar a la puerta de su habitación, Camila tocó y dijo:-¿Están vestidas? Vine con David.-
Desde el otro lado de la puerta, se escuchó que una dijo “no puedo creerlo”, se escucharon pasos de zapatos acercándose a la puerta, y quien abrió fue Susana, quien al vernos gritó:- ¡No puede ser, el muchacho lo logró!- y comenzó a saltar y correr como loca por toda la habitación, Paola, desde el baño, con la ducha abierta gritó:-¡Susana me debes 1$, te dije que lo lograría!-.
Ambos pasamos al cuarto, Camila se sentó en una silla de una mesa que estaba en la habitación, y yo me acosté con las piernas afuera en la cama de no sé quién, pero la verdad, era cómoda.
-¿Tan rápido estás en confianza?- me preguntó Susana mientras se acomodaba el cabello frente al espejo que estaba junto a la puerta. Yo sólo me reí, saqué mi teléfono del bolsillo para revisar los mensajes, que desde que estamos en el bote sentía como vibraba mi teléfono, y Camila le dijo a Susana:-¿Desde cuándo están apostando el resultado de mi cita?- ésta solo comenzó a reírse y dijo:- desde que dijiste que él pasaría por ti a las 8:30am-.
En ese momento, Paola salió del baño en bata, y con un gorro en la cabeza, me reí porque se veía chistosa, pero ella se acercó a mí y me dio un montón de golpes muy suaves en la barriga, mientras me los daba, me decía:- ¿Tengo cara de payasa?-. Una vez dejó de querer golpearme, me dijo:- no vayas a voltear, estoy desnuda.
Yo solamente me quedé viendo mi teléfono, estaba publicando fotos del día de hoy, no tenía intenciones de verla como Dios la trajo al mundo. Cuando me dijo:- ya puedes mirar.- yo estaba a punto de quedarme dormido, no estaba prestando nada de atención a lo que sea que estuviesen hablando. Volví a abrir los ojos, y entré a WhatsApp, mi mamá me mandó foto de los boletos de vuelta a Venezuela, y tenían hora del día de mañana a las 7am, con un mensaje que decía “cuando tengas tiempo, ven a hacer las maletas, partimos mañana por el cumpleaños de tu abuela”. Le dije a las muchachas:-¿Podemos ir a comprar las camisas? Ya son las 4pm-. Paola me miró y dijo:- calma, eso se compra en el estadio-.
Yo con la mente en que mi mamá me dijo que hiciera maletas, le dije a las muchachas:- debo ir a mi hotel, mi mamá me está llamando, chicas.- Paola y Susana solo me dijeron:-adiós, David -. Camila me acompañó hasta el ascensor, y le dije:- partiré a Venezuela nuevamente mañana en la mañana, y no quiero irme sin despedir…- Camila me interrumpió poniéndome su dedo en mis labios y diciéndome:- no te despidas, vivimos en la misma ciudad, nos volveremos a ver.- Solamente sonreí, y la besé, en cuanto llegó el ascensor, me subí y me fui directamente al hotel para hacer mis maletas.
Llegué a mi habitación y vi a mi mamá doblando la ropa sucia para meterla en una bolsa y lavarla cuando lleguemos a casa.
-Bendición mamá- le dije cuando entré por la puerta y fui al baño para ir a orinar. Cuando salí, ya ella había terminado con su ropa, y yo simplemente abrí mi maleta y metí mi ropa como Victoria me explicó cuando estábamos en casa, así habría una buena distribución en la maleta, al igual que mi mamá, metí mi ropa en una bolsa plástica para lavarla en casa. Fui al baño y tomé mi cepillo de dientes, lo guardé en la maleta, en cuestión de 15 minutos ya mi maleta estaba lista, la de mi madre también. Decidí tomar una ducha, eran las 4:30pm, aún tenía una hora y media para llegar al estadio, lo hice lo más rápido que pude, ya a las 5:00pm estaba listo, me puse una franelilla color negro, un jean bastante cómodo negro y unos zapatos “converse” tradicionales negros, me eché colonia en el cuello, en los brazos y en el pecho, me eché desodorante, me peiné y realmente lucía bien, en cuanto salí del baño, me topé con que mi mamá se había vestido exactamente igual que yo, con la diferencia en que ella tiene el cabello largo. Nos tomamos unas cuántas fotos con la increíble vista de la ventana, y salimos con las maletas ya que las íbamos a dejar en la limusina mientras estamos en el concierto, nos sentamos en el lobby esperando al chófer de la limo para irnos al concierto, yo saqué mi teléfono y comencé a tirarme fotos lo suficientemente cool como para subirlas al feed de Instagram y de Facebook, salí para tomarme fotos en las escaleras y vi venir la limusina, avisé a mi mamá que ya nos habían venido a buscar, y sorpresivamente, quien se bajó de la limusina fue el Sr. Davies, quien me saludó con un apretón de manos. -Buenas tardes, David, te ves muy bien.- me sentí bien cuando me dijo eso, ya no me caía tan mal como cuando lo conocí, así que le respondí con un:- buenas tardes Sr. Davies, muchas gracias, igual usted-.
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