¿Primer beso?

Estuvimos un momento en silencio, y luego me dijo:- veo que tu mamá y tú se llevan muy bien ¿Y tu padre?-.

-Yo no conozco a mi papá, siempre he estado solo con mi mamá, no me importaría si de la nada aparece.- respondí mientras me terminaba de comer las fresas de mi helado. Camila tenía una cara muy distinta a como la tenía cuando la fui a buscar, ya no estaba sonriendo, así que para tratar de cortar la tensión un poco, comencé a cantar una parte de una canción muy vieja de Calle 13: “cambia esa cara de sería, esa cara de intelectual de enciclopedia”. Como lo pensé, dio resultado, Camila se comenzó a reír como loca, tanto que una señora delante de nosotros se volteó y nos dijo “Sshhhh”, yo sólo la miré y le dije:- sshhhh You!-. La señora se molestó y se cambió de lugar, y en ese momento, comenzó el espectáculo.

Comenzaron a salir hombres con traje rojo y los sombreros extraños que son idénticos a los que usan los guardias reales ingleses, parecen pelucas, estaban marchando hacia adelante y en perfecta sincronización, sacamos los teléfonos y comenzamos a grabar, bueno, yo comencé a grabar, Camila comenzó a moverse por todos lados para tomar fotos desde todos los ángulos con su teléfono, dejó su monedero tirado junto al árbol, y todo un desastre de migajas de galletas y servilletas, recogí todo, boté eso en un basurero junto al árbol, y metí su monedero en mi bolsillo trasero, cuando volví a mirar hacia donde estaba, ya no estaba ahí, comencé a buscarla con la mirada, pero no la conseguía, habían demasiadas personas viendo cómo los guardias doblaban la bandera de Canadá. En cuanto terminó el evento, seguí buscándola con la mirada, pero no la alcanzaba a ver, la llamé a su teléfono, repicó una sola vez cuando escuché su voz detrás de mi diciendo:-Tranquilo, no me pasó nada-. En cuanto voltee, traía dos limonadas, y me dio una.

-¿Cómo las pagaste? Tu monedero lo tengo yo- le pregunté antes de tomar un sorbo.

-Aún no las pago, en este momento vamos a pagar-. Después de decir esto, ambos nos comenzamos a reír mientras caminábamos hacia un puesto de cócteles que estaba cerca del río, al llegar, iba a pagar pero ella me dijo:-No, tranquilo, yo lo pedí, yo pago- y me picó el ojo.

Nos fuimos bebiendo la limonada mientras caminábamos hacia el sitio donde dejamos las bicicletas, charlando sobre lo linda que es la cultura canadiense, llegando a la conclusión de que aquí hay una gran adicción a la miel.

Cuando estábamos a punto de subirnos a las bicicletas, vi que estaba un cartel que decía “boat trip”, así que le dije a Camila:- oye Cam, ¿Quieres hacer el tour por el río en ese bote?-. Ella volteó, vio el bote, vio el cartel, y soltó la bicicleta, luego dijo:- vamos-.

Fuimos hasta el bote, y el señor estaba hablando en francés, así que Camila fue quien pidió los boletos para el tour, y nos subimos al bote, donde habían unas ocho personas más, nos pusimos un salvavidas y nos sentamos. Estábamos pasando por debajo de puentes, y llegamos hasta un tipo de puerta que va río arriba, que a juzgar por la traducción que me dio Camila, era únicamente para barcos de carga.

Todo estaba siendo increíble, no me importaba nada más que ese momento, nos estábamos viendo a los ojos y acercándonos cada vez, estábamos a escasos centímetros de juntar nuestros labios cuando de repente nuestro momento se vio arruinado por una pareja junto a nosotros, que amablemente me pidió que les tomara una foto, tomé su teléfono, les tomé una foto y copié su idea, no iba a intentar besarla de nuevo, el instante donde las chispas estaban saltando, pasó, así que comencé a tirar fotos y selfies de nosotros.

El viaje por el río había terminado, y ya era mediodía, por lo que ya estaba comenzando a tener hambre.

-¿Qué otra atracción tenemos que visitar?- le pregunté a Camila.

-No hables de atracción hasta que no hayamos almorzado, me muero de hambre.- me respondió con una sonrisa en su rostro.

Sacamos las bicicletas, y nos quedamos parados pensando en dónde podríamos comer algo que estuviese cerca, en ese momento recordé que ayer, mientras estaba en ByWard Market, guardé la ubicación, así que saqué mi teléfono y busqué la ubicación, nos colocamos los cascos y fuimos directamente hacia donde el GPS nos estaba indicando, pasaron 13 minutos y ya estábamos sentados en la mesa donde comí con su padre un día antes, ambos pedimos macarrones con queso, que es un plato típico de Canadá, y el primero que pruebo que no tiene miel, nos tomamos un Gatorade cada uno, y ya estábamos listos para ir a la siguiente atracción, que estaba justamente junto al mercado. Pagué la cuenta y entramos a la galería de arte nacional, donde las pinturas eran muy lindas, y en su mayoría, hechas en el siglo XIX, estuvimos viendo pinturas y tomando fotos como por dos horas, realmente lindo todo, pero ya eran las 2pm y el museo estaba a punto de cerrar por horario de almuerzos, así que nos sacaron educadamente del museo.