Capítulo 12: Sonrisa Deslumbrante

Matthew

Tomamos el autobús de regreso hacia casa, Hannah se había apoyado todo el tiempo contra mi brazo—Hoy estas cariñosa, eh.

—Uhm...

Una vez que bajamos caminamos unas calles hacia mi casa.

—No te preocupes por la hora, yo te llevo más tarde con el automóvil de mama—Comente.

—Está bien.

— ¿Qué cocino tu madre? —Inquirió Hannah.

—No tengo la menor idea.

Sus ojos verdes eran hipnóticos, podría perder toda una tarde solo observándolos.

— ¿Qué? —Levanto una ceja observándome de mala gana— Ya sé que soy fea, no hace falta que me observes—Meneo la cabeza burlándose.

—Solo te observaba, me agrada pasar tiempo contigo—No pude evitar sonreír, agachar la mirada y observar hacia otra parte.

— ¿Por qué? —Inquirió Hannah.

—Pensaba lo linda persona que eres, te juro pensaba que eras una repugnante y terminaste siendo todo lo contrario, me gusta mucho compartir cosas contigo, tus padres son unos tontos que se pierden una persona maravillosa.

—Yo pensaba que eras el típico mujeriego que por que tiene una linda sonrisa, podría conquistar a cualquier chica—Menciono Hannah mirando hacia el frente.

—Y tienes razón, no puedo conquistar a cualquier chica, por que no puedo conquistarte a ti—Reí.

—Sigue participando Miller—Menciono Hannah riendo.

—Nunca me rindo—Le aclare.

—Oh por cierto, toma—Dijo Hannah —Abrió su mochila y me entrego mi campera.

—No te hubieras preocupado, ¿la lavaste también? —Le pregunte al sentirle rico aroma— Tiene un olor riquísimo—Me acerque hacia su cuello y lo olfatee, levante mi cabeza y visualice sus ojos verdes—Como tu aroma—Mencione sonriendo ladinamente.

Ella se hizo a un lado y se rasco la mejilla—Es el suavizante—Confeso.

Olí la campera nuevamente como un perro—Gracias, huele a ti mmm.

Ella rio.

Estire mi brazo y la atraje más a mí—Quiero conocerte más Hannah—Sonreí mirándola a los ojos.

—¿Aunque no tenga nada interesante que mostrar?—Pregunto no muy convencida.

—Siempre hay algo bueno que descubrir del otro, incluso yo no tengo cosas buenas, quizás sean pocas las cosas buenas de mí.

—Lo sé, eres un idiota la mayor parte del tiempo.

— ¿Se tenía que decir y se dijo? —Le pregunte.

—Si.

—Vez, este lado me encanta de ti, dulce, divertida, sonriente, aunque también me encanta tu seriedad, tu lado tosco y petulante, cincuenta y cincuenta.

—No creas que puedes cambiarme—Menciono Hannah mirando hacia la calle.

—Oh yo nunca trate de hacerlo.

Me dio un pellizco en el estómago, me hizo saltar para arriba —Oye quieta—Le regañe.

Le di un pellizco

— ¡No! ¡Basta! —Chillo

—Tú empezaste esta guerra—Le advertí.

La abraze y la atraje a mí —Me encanta domar fieras salvajes.

—Suéltame, tarado.

—No quiero.

Olí su cabello—Hueles bien, por lo visto te bañas —Solté una carcajada.

—Es shampoo del barato, a que gracioso...

Me acerque hasta su rostro para darle un beso

Ella se dio vuelta, me mordí el labio quedándome con las ganas.

Matthew eres un reverendo idiota, la tenías ahí, a centímetros de tus labios y te cagas otra vez los pantalones ¿es joda? ¿Eres un hombre? O ¿un marica? — Me dije a mi mismo, me di una bofetada mentalmente.

Note que me había puesto colorado, Hannah también estaba un poco rara

¿La abre cagado? —Pensé preocupado.

El celular de Hannah comenzó a sonar.

— ¿No vas a atender? —Pregunte.

—Uhm si.

Hannah fue breve hablando.

—Si—Dijo Hannah—Luego iré

—Me van a llevar

—luego hablamos, adiós.

—Era mi madre, está muy intensa últimamente, se le dio por ser la mejor madre últimamente.

— ¿y eso es malo? o ¿bueno? —Inquirí curioso.

—No lo sé, es raro... siempre fue tan, tan distante conmigo.

—Deberías darle una oportunidad, es tu madre a fin de cuentas, no la justifico pero por lo menos podrían tener una mejor comunicación, no lo sé, solo has lo que mejor te haga sentir a ti.

—Sí, veré que tal siguen las cosas.

— ¿Cómo están las cosas con tu padre? —Inquirí con cierta pesadez.

—Mmm, bien creo, ósea no hemos hablado mucho, ya sabes tiene problemas...—Explico entristecida.

—Claro, entiendo.

Llegamos a casa tome mis llaves y abrí la puerta estaba oscuro.

—Creo que tú mama salió—Menciono Hannah.

—Puede ser, seguro a comprar algo—Comente.

—Pasa nena, no muerdo—Le alenté.

—Que idiota.

Ingreso y encendí el interruptor

— ¡Sorpresa! — Gritaron todos

— ¡Feliz cumpleaños Hannah! —Exclamo Abbie dándole un abrazo.

— ¿Cómo lo supiste? —Inquirió Hannah estupefacta observándome perpleja.

—Ah, eso fue tarea mía —Dije riendo—Te busque en Facebook, Facebook te delato.

El lugar estaba lleno de globos, y un cartel que cruzaba de una punta a la otra que decía:

"Feliz cumpleaños Hannah por muchos años más de amistad"

Ella miraba todo embobada.

—Hola Hannah —Esto está buenísimo —Dijo Steve saludando con la boca llena —Tienes que probar estos Cupcakes, que hizo Maggie, feliz cumpleaños, hoy subo diez kilos—Se carcajeo.

—Gracias Steve.

Emilia se le aferro de atrás.

—Me estas asfixiando—Dijo Hannah riendo.

— ¡Feliz cumpleaños Hannah!—Exclamo Emilia dándole una bolsa con un obsequio.

—No sabía que regalarte, ah sí que te traje bombones, a todos nos gustan, no podía fallar.

—Soy alérgica al chocolate —Dijo Hannah observándola seria

La cara de Emilia quedo en shock— ¿Enserio? —Inquirió abriendo la boca en grande.

—Es broma —Dijo Hannah—Riendo.

—Te deje sin palabras —Mencione en un susurro rápido en su oído, y luego asentí varias veces—Le guiñe un ojo.

—Nunca creí que lo sabrías—Confeso.

—Ven vamos a la cocina, falta lo más importante —Dijo Abbie.

Mama estaba colocando unas velas sobre un gran pastel de chocolate, la madre de Hannah entro por la puerta y ella quedo en shock, inmóvil observándola

— ¿Qué haces aquí? —Inquirió Hannah observando a su madre.

—Quiero disfrutar el cumpleaños de mi hija—Menciono.

—Bueno acomódese señora —Mencione sentándola en una silla—Mi casa es su casa—Comente alegremente.

—Espero lo disfrutes estuve toda la tarde haciéndolo—Comento Mama a Hannah,

—Claro que si Maggie, no debió molestarse —Menciono Hannah.

Nos reunimos todos en la cocina.

¡Feliz cumpleaños a ti!

¡Feliz cumpleaños a ti!

¡Feliz cumpleaños querida Hannah!

¡Feliz cumpleaños a ti!

—Pide un deseo Hannah—Dije riendo.

—Me siento una niña de cinco años—Rodé los ojos.

—Bueno si quieres te hago un Show privado en mi cuarto niña grande—Me mofe de ella.

Ella soltó una carcajada

Hannah miro la vela y dio un fuerte soplido apagándola.

Steve y yo descorchamos dos botellas de Champagne.

—Falta lo más importante Hannah debes brindar conmigo—Serví dos copas y le entregue la botella a Abbie

—Por nosotros—Le entregue la copa a Hannah.

—Eres un... un...

— ¿Un qué? ¿Un imbécil? —Pregunte sonreíendo.

—No, eres un gran amigo —Menciono Hannah dándome un abrazo bien fuerte.

Sonreí—Tu lo eres para mí —juntamos las copas, el sonido del cristal chocando, di un trago y me quede observándola.

Eres hermosa

—Ten Hannah es mi obsequio—Dijo Abbie

—No debiste regalarme nada.

—Pero si no es nada, ¿o no hermano? —Inquirió Abbie

—Claro que no —Mencione apoyándola.

—A mí me invitaron hace no sé, diez minutos, así que te regalo mi valiosa presencia bella dama —Comento Steve dándole una reverencia

Hannah rio —Con eso basta no te preocupes.

Hannah abrió la bolsa y saco una remera de color negro de una banda de Metal Nightwish.

—Me encanta, me gusta mucho.

— ¡Lo sabía! —Chillo—Sabía que te iba a gustar—Menciono Abbie emocionada.

—Hija, toma —Dijo la madre de Hannah

— ¿Qué es? —Le pregunto.

—Es tu obsequio por tu cumpleaños.

Hannah abrió la bolsa y saco una campera de cuero oscura, se veía linda.

—Va contigo —Mencione.

—Gracias Mama—Comento Hannah dándole un beso y un abrazo— ¿Papa no vendrá? —Le pregunto.

Ella negó con la cabeza.

— ¿Señora cómo es su nombre? —Inquirió Mama

—Edith.

— ¿Puedo hablar contigo un momento Edith? —Pregunto mama algo seria.

—Claro.

Mama y Edith fueron a la biblioteca y se encerraron ¿Qué trama mama?

Me acerque a Hannah por detrás y le hable al oído — ¿Quieres ver mi obsequio? —Le pregunte.

— ¿Eh?, no debiste regalarme nada, esto es más que suficiente tonto.

—Más vale que lo aceptes, porque no te voy a hablar más en el resto de mi vida si no lo haces—Sonrei.

Caminamos hasta el garaje abrimos la puerta y había una bicicleta nueva con un gran moño rojo.

—No voy a aceptar esto —Comento Hannah mirándome fijamente.

— ¿Por qué? —Le pregunte.

—Es demasiado.

—Pruébala

—No, no quiero—Dijo Hannah firmemente.

—Escucha Hannah—Dijo Abbie seriamente ingresando en el Garaje—Matthew gasto todos sus ahorros en ella, no es justo que le hagas esto, es un desprecio horrible el que le haces, si lo hizo fue porque te quiere y créeme que no a cualquiera le hace un regalo así.

—Déjennos solos un momento —Le ordene a Abbie

—Okey, vamos preciosa ese pastel nos espera—Dijo Steve

—Claro que si —Dijo Abbie siguiéndolo de atrás.

—Escucha Matthew, fue muy lindo tu gesto, pero de verdad no puedo aceptar esto, un regalo como el de tu hermana está bien, pero esto es demasiado.

— ¿Me vas a despreciar? —Le pregunte.

—No escucha, nunca me habían tratado así, para mí esto es genial, que mama este aquí ya es un logro inmenso, me hiciste muy feliz hoy —Dijo Hannah con lágrimas en los ojos —De verdad, nunca creí que la pasaría tan bien como hoy.

—Acéptala Hannah, no te estoy pidiendo nada a cambio si es lo que piensas, recordé que tu papa la había vendido, así que ¿porque no reponerla? —Tome su rostro con mis manos—No llores, por que verte feliz es lo que más quiero en este mundo.

—Es que conociéndolo a papa, la destrozara o la venderá cuando no esté—Bajo la cabeza—Tus ahorros se irán a la calle y no quiero.

—Preciosa—Sujete su rostro—No importa si sucede eso.

— ¿De veras? —Inquirió.

—Vamos— Le lance el casco.

— ¿A dónde? —Pregunto

—A dar una vuelta—Me coloque un casco.

—Pero nos están esperando—Menciono preocupada.

—No se van a ir —Dije riendo.

Hannah se puso el casco y se montó a la bicicleta, abrí el garaje tome mi bicicleta y salimos andando.

—Nunca creíste que en tu cumpleaños haríamos esto ¿no? —Inquirí riendo.

— ¡Para nada! —Soltó una risa.

— ¡Somos unos prófugos! —Exclame.

— ¡Es el mejor cumpleaños de mi vida! —Grito Hannah.

—y yo estoy feliz de haberlo compartido contigo.

Pedaleamos un buen rato hasta que llegamos a un parque público había juegos y bancos donde nos sentamos.

—Necesito hacer ejercicio más seguido, no doy más —Menciono Hannah casi hiperventilando.

—No te me vayas a morir en tu cumpleaños—Suplique.

—Claro que no.

— ¿Vamos a los columpio? Seamos niños unos instantes.

—Está bien.

Dejamos las bicicletas estacionadas en sus respectivos lugares.

— ¿Sabes hace cuanto que no venía aquí? Años —Menciono Hannah.

—Yo pensaba que ya no cabía en el columpio—Solté una risa—Ya soy todo un grandote—Rei.

—Es verdad—Comento Hannah observándome feliz.

—Tu madre parece buena gente, a simple vista.

—O yo nunca dije que no lo fuera, nunca me levanto la mano o algo por el estilo solo ha sido así, lejana conmigo.

— ¿Cómo hicieron que venga? —Pregunto Hannah

—A pues eso fue gracias a Abbie, le dije que fuera a hablar con ella.

—Ya veo, tú madre debió cocinar como loca.

—Emm si bastante.

Me pare del columpio, Hannah hizo lo mismo.

—Envidio tu familia Matthew—Confeso Hannah.

—Soy afortunado ¿No?

Me senté contra un árbol—Ven—Di unas palmadas en el césped.

Hannah se sentó delante de mí y se dejó caer hacia atrás, la envolví con mis brazos, sentía su calor que emanaba de su espalda.

—Eres demasiado afortunado—Dijo Hannah

—A veces uno no se da cuenta de lo que tiene.

—Está haciendo frio ahora que traspiramos un poco, debí haber traído una campera—Mencione.

—Está bien, no tengo frio.

— ¿Segura?

Giro su cabeza y me miro a los ojos—Sí.

—Tus ojos son hermosos Hannah.

Nos quedamos unos instantes mirándonos, que quizás fueron minutos y no nos dimos cuenta por qué quedamos desconectados de todo lo que pasaba a nuestro alrededor, nada más importaba que el hoy , el ahora ,este mismo instante.

Me acerque a sus labios.

—Matthew—Dijo Hannah en un susurro.

—No digas nada por favor—Susurre—Hoy no digas nada...—Musite.

Sentía mi respiración acelerada, al igual que la de Hannah, acaricie su mejilla, su piel tan suave, sus mejillas estaban ruborizadas, no podía ni imaginarme como debían de estar las mías, no podía creer que me encontrara en esta situación con Hannah la persona que tanto quiero y admiro.

Sé que ella estaba igual que yo anhelante, imaginando como seria la sensación que provocaría besarnos

Nuestros labios se acercaron con suavidad, el corazón se me disparo quizás rompía todos los parámetros médicos si tomaran mis signos vitales, porque sin lugar a dudas esta chica provoca en mi cosas que jamás había experimentado.

Sus labios sabían tan bien, su aliento fresco, tan cálida...

Hannah cerró con lentitud los ojos disfrutando, dejándose llevar, le daba suaves y cortos besos en los labios disfrutándolos como no había disfrutado otros en toda mi vida.

La abraze más fuertemente y la bese con más deseo, en un momento le hice abrir los labios y atraves de ahí tímidamente coloque mi lengua en el interior de su boca.

Si el beso parecía increíble, a partir de aquí fue de otro mundo, alucinante.

La atraje más a mí y en un jugueteo de nuestras lenguas se le escapo un leve gemido, implorando más.

Supe en este instante que ningún beso con experiencia que había recibido podría compararse o superar esta hermosa experiencia.

Nos separamos tímidamente, ella evito mirarme a los ojos y se recostó sobre mi pecho.

Le di un abrazo y la atraje más a mí, apoye mi frente sobre su cuello respirando su olor, sintiendo su calor.

—Nunca te alejes por favor —Dijo Hannah en voz baja

Tome su mejilla y la obligue a mirarme, una lagrima recorría su mejilla sin embargo sonrió al verme, se veía feliz.

—No lo hare, nunca lo hare preciosa.

Ella se acercó a mí y estampo nuevamente sus labios con los míos.

Nota del Autor: Wau, carajo esto estuvo bueno sí que si xD

Sí que me demore en actualizar esta historia soy un pésimo escritor

Se va a llorar al baño xD

No me olvide de ustedes e.e

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Un abrazo de gol para todos los que siguen esta historia ¡son unos genios!

D.P

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