El infierno arder II

Stephen

Salimos del lugar y luego de cerciorarme que Amanda entre a su auto y se marche, meto a Irina en mi auto colocándola  en el asiento del lado del pasajero.

- No tienes derecho, déjame. - dice tratando de empujarme.

- Deja de hacer eso, voy a  abrochar el cinturón. - informo mirándola enojado, y al parecer eso la calma.

- Cuando hace eso de ponerte Mandon, me asustas... y me excitas. - susurra. ignoso su palabras y término de abrochar el cinturón para  quedarme viendo sus labios unos segundos. - ¿Me quieres besar como anoche? - pregunta y eso hace que  deje de verla, Cierro la puerta, rodeo  el auto y entro del otro lado.

- Quédate quieta, cuidado y haces que tengamos un accidente. - digo mientras me abrochó el cinturón.

Varios minutos después llegamos al edificio, estacionó el auto en el parqueadero, me bajó de el, lo rodeo, abro la puerta del lado del pasajero. Ella está despierta pero en todo el viaje se mantuvo callada al parecer ya se calmó.  Sin embargo me mantengo alerta a cualquier movimiento brusco.

- Sal. -le digo y me mira enojada, pero obedece y lentamente empieza a salir del coche.

-  No quiero entrar a tu estúpido apartamento. -  comenta y ruedo los ojos,  antes de que  haga una locura, vuelvo a hacer lo mismo de hace rato y la echó en mi hombro, esta vez no hay protestas de su parte, cierro la puerta del auto y me aseguro de que haya quedado bien cerrada y me dirijo hacia el ascensor.

-  Es una muy linda vista desde aquí. ;  dice y frunzo el ceño no comprendiendo. -  Tienes un muy, muy lindo trasero. -  comenta y siento  mis mejillas calentarse.

-  No digas nada.

-  No creo que sea la primera chica que te dice que tienes un lindo trasero. -  comenta y vuelve a reírse. No digo nada y sólo me mantengo en silencio durante el ascensor.

Al llegar al apartamento se me dificulta un poco meter la llave en la rendija pero lo logró, cierro la puerta y subo las escaleras, voy hacia su habitación la cual está sin seguro, así que puedo abrir la puerta y meternos en ella.  Al  estar junto a la cama la tiró en un movimiento brusco lo cual hace que rebote en el colchón.

- ¡Ay eres un idiota!  Ten más cuidado. -  se queja de igual manera no respondo nada y me dispongo a salir del lugar.

-  Espera,  espera -  dice sentándose a la orilla de la cama. -  No me siento bien.

-  Claro, como no, si   te tomaste medio bar. -

-  No, no es eso...  Yo,  no puedo ver. -  dice parpadeando una y otra vez, aquello me asusta.  ¿Le dieron trago  adulterado ? pienso y corro rápidamente hacia donde ella sentándome al lado.

- ¿ Estás segura? -  cuestiono y ella levanta la cabeza,  me mira y sonríe para luego tirarse encima de mi y hacer que caiga en la cama.

- Irina  por favor . - exclamó al darme  cuenta de que todo fue una mentira.

-  En la guerra y en el amor todo se vale. - musita para luego intentar besarme, pero muevo mi rostro hacia un lado esquivandola.

- No seas malo, sólo quiero un beso. - dice estirando sus labios, aquello me causa gracias, pero evitó reírme.

- Vamos Irina, basta, duerme, descansa. - le oído tomándola por la cintura y colocándola aún lado, pero en un movimiento rápido ella enrrolla sus piernas en mi cintura, quedando ahora yo encima.

- Irina por favor - exijo ya un poco molesto.

- No te voy a dejar ir - musita y aprieta más el agarre con sus piernas y enrrolla sus brazos en mi cuello.

¡Joder no puede ser!

- Vamos Irina no te comportes así, suéltame. - le pido, pero ella lo que hace es sonreír, luego mueve su cadera hacia arriba rozando nuestras anatomías.

¡Maldición!

-¿ Cuento tiempo dura tu amigo de aya bajo en reaccionar? - pregunta   moviéndose.

Pues en unos segundos reaccionara si no la detengo.

- Basta - exclamó colocando mi mano en  su abdomen,  aquello causa un espasmo en ella y  envía electricidad a mi cuerpo.

¡Mierda, mierda tengo que salir de aquí, si no voy a terminar cogiéndomela.

Ella sonríe y echa su cabeza hacia atrás dejándome ver su hermoso cuello, provocándome, decido mirar hacia más abajo , y distraerme,  pero es peor, pues  su escote me muestra sus  pechos

¡Mierda, mierda!

-Irina suéltame joder. - digo desesperado.

- ¿Por qué? - cuestiona y vuelve a mover sus caderas, en ese momento mi amigo reacciona y ella al sentirlo muerde su  labio.  - alguien quiere salir a jugar.

- ¡Mierda Irina basta! - gritó para  asustarla,  y lo logro, pero eso no hace que me sueltes y después sonríe.

- Ya te dije que eso me asusta, pero que también me excita, así que acabas de hacer que me moje.  - comenta y abro los ojos, de mi boca sale un jadeo.  Ella sonríe y continua moviéndo sus caderas. - Vamos Stephen, hazme el amor. - susurra y comienza a besar mi cuello. - quiero que me hagas el amor. - vuelve a decir mientras me besa. - que seas tu el primero y... -   dice  y luego se detiene para mirarme.

Yo analizó lo último que dijo .

- ¿Nunca  has tenido sexo? - cuestionó, ella se sonrroja, y muerde su labio inferior, luego mueve la cabeza de un lado a otro. 

Mierda eso debería  apagarme, pero no, todo lo contrario, hace que mis ganas de  hacérselo aumenten.   La idea de imaginar ser el primero  me vuelve una especie de hombres de las cavernas queriendo follarla hacerla mía y que ningún otro la toque.

¡Maldición debo salir de esta habitación!

Sacando fuerza de voluntad quién  sabe de dónde, me levanto de la cama con ella pegada a mi, tomo sus brazos y con fuerza, pero sin hacerle daño las quito de mi cuello, ella se queja y se remueve protestando lo que causa que nuestras anatomías se rosen y aquello hace más difícil está situación, pero aún así me mantengo firme en que no la puedo tocar,  pero ella no se rinde y estoy al borde de la locura.

- ¡Mierda basta, suéltame, te estás comportando como una cría, maldita sea! - gritó y se queda quieta. Miro sus ojos y se que la he cagado,   he lastimado su orgullo al llamarla cría. afloja sus piernas y me deja libre. - Irina.

- No digas nada, - susurra y rueda hasta quedar en el centro de la cama, voy a salir de la habitación Pero no puedo dejarla así.  Tal vez me arrepienta de esto pero vuelvo a colocarme al lado de la cama y la miró.

-  Prometes que no vas a intentar nada. -  digo, ella me mira para luego asenti, le creo y me acuesto a su lado.

-  Lo siento no eres una niña. - pero eres menor que yo.

-  Sólo seis años. -  dice.

-  Exacto. - concuerdo.

-  Mamá y papá se llevan siente y aún así me tuvieron. - explica.

- Y mira  cómo terminaron. -  le digo, recordando algo que me contó mi padre acerca de la relación de sus padres.

- Es porqué Leonel es  un idiota. -  contesta y sonrió al oír como llama a su propio padre.

-  Tal vez yo también lo sea. -   comento  y  deja salir un suspiro.

- ¿ Desde cuándo te gustó? -   pregunto lo que me ha estado rondando desde anoche.

-  La última vez que fuiste a casa. - responde  rápidamente, pero por alguna razón no le creo.

-  Tenías 16. - comento frunciendo el ceño

- ¿ Y es que acaso hay  una ley que diga que no te puede gustar un chico mayor que tú? - pregunta rodando los ojos.

-  Sí -  respondo y sonrío. -  Una relación entre tú y yo sería muy complicada  Irina.

- ¿ Por qué?  he visto muchas parejas con diferencia de edad. - responde  inclinándose, colocando su cabeza en su brazo.

-  Más que por la diferencia de edad es el hecho de que nuestros padres están casados, tu padre odia al mío por el simple hecho de que se casó con tu mamá,  ¿Crees que si se enterara que su hija está saliendo con su hermanastro le haría gracia?. -  cuestiono y ella frunce  el ceño.

-  A mí nunca me a  importado lo que quiere o no quiere mi padre. - sisea. - El  quería que yo fuera abogada y mírame estoy estudiando diseño de modas. - dice y sonrío.

-  Esto es distinto. - trato de hacerla entender.

-  No, no lo es, si  yo puedo estudiar lo que  quiera, puedo salir con quien yo quiera y yo  quiero salir contigo.

- Además de lo  que  ya he  mencionado. . - continuó  evitando lo último que dijo. -  está Vanessa.

-  Creí que Vanessa  y tú ya no tenía nada. - sisea molesta

- Se supone que no tenemos nada, pero ella no quiere aceptarlo y yo no puedo estar con nadie hasta que  ella no se le haya  quitado el capricho. - explicó. -  Creeme Vanesa no está bien de la cabeza, y  puede llegar a ser peligrosa.

-  No le tengo miedo. - asegura.

- No,  sé que no, pero si te pasara algo por mi culpa, yo  no me lo perdonaría. - susupiro. - Mira lo que debes hacer es, hacer amigos  de tu edad, salir  con ellos, busca  amigos con los que  tengas  cosas en común estoy seguro que lo que sientes por mí es sólo un ca....

-  No lo digas. - dice colocando su mano en mis labios. - no digas esa palabra.

-  Está bien. -  concuerdo quitando su mano de mis labios.

-  Se lo que siento. - dice mirándome a los ojos, lo cual hace que me ponga nervioso.

- ¿ Y qué es lo que sientes? - cuestionó.

-   Tú lo sabes. - me dice sin dejar de mirarme, la intensidad de su mirada, y lo que veo en ellos me abruma.

-  No, no lo sé. - respondo queriendo  hacerme el tonto.

-  Ahora soy yo la que quiero que salgas de la habitación. -  dice y asiento.  Me levanto de la cama y camino hacia la puerta, volteó a verla y ella me ha dado la espalda,  quiero decir algo pero no sé qué,  tal vez es mejor así.

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