Un paso al costado

Simón abraza y acaricia la espalda de Emilia.

- Emilia, solo para recordarte que esto es una despedida. Lo que pasó el día de hoy es una expresión muda de lo que estuve guardando todo este tiempo. Tú y yo no estamos destinados, pero no podía irme sin dejarte a saber la verdad de mi comportamiento de protección hacia ti y al niño.

- Simón, tú me pedías confianza y ¿era para esto? - intenta entender.

- Sé que esto no es correcto, pero a veces el corazón te dice: dilo por qué me siento muy agobiado.

- Has descargado el peso que oprimía tu corazón.

- Te tengo mucho cariño, Emilia. Soy celoso de ti y del bebé, pero me he dado cuenta de que eso es egoísmo, no tengo derechos. Ahora es Archer quien te tiene presente todo el tiempo, piensa mucho en su hijo. Cuando te invite a llevarte a tu casa, acepta y verás lo que él hizo para él.

- No quiero perdonar a Archer.

- Dale una oportunidad. Perdónalo, ya abrió los ojos, ya se dio cuenta de todo. Darién es un motivo para vivir. Él es el padre, él tiene que asumir su rol.

- ¿Estás dando un paso al costado?

- Por más que me duela, tengo que hacerlo. Es por el bien del niño, él necesita a su verdadero padre. Emilia, espero que me comprendas. Archer es de buen carácter, leal a quien ama, pero es un demonio a quien le hace daño. Él te hizo daño a causa de las mentiras.

- Fue un demonio conmigo porque amaba a Lissy y le era leal.

- Acher descubrió a Lissy en plena intimidad con dos hombres, en su propia casa.

- ¿Qué? ¿Con dos hombres? Ella debe estar enferma.

- Uno de ellos es el amante y dijo muchas cosas, allí fue que iniciamos la investigación y abrimos el proceso en su contra.

- No lo puedo creer. Yo sospechaba de una infidelidad, pero no hasta ese punto.

- Tú y Darién corrían peligro, hice mi mejor actuación.

- Ella todavía no va a prisión.

- Está obstruyendo a la justicia, pero al parecer el amante es otra víctima de Lissy, está presentando pruebas. Si lo logra, Lissy verá su fin más rápido.

- Gracias por protegernos. Pero ahora que te vas…

- Emilia, tienes que olvidarme. Considéralo como una ilusión. Debo irme para fomentar la paz.

Le dio un beso de despedida, Simón subió a su auto y se fue. De camino a casa tuvo que detenerse a un lado del camino. Tanta tristeza que tuvo que ceder a las lágrimas, Simón dio un paso al costado, él tomó la decisión de no interferir en la vida de su jefe, sacrificando a la mujer que en secreto y en silencio amó. Simón le tenía mucho cariño a Emilia, por ella que se adelantó a buscar la verdad pese a la oposición de Archer en un inicio.

- Te quiero tanto Emilia, pero no tengo otra opción.

Simón quedó bien rato llorando, botando el resto que oprimía su corazón. Conforme iba cesando las lágrimas, el dolor también. Con un largo y sentido suspiro condujo hasta su casa.

Por su lado, Archer se quedó dormido en el suelo, en medio de tantas botellas vacías de licor. Al día siguiente, la cocinera le preparó un brebaje contra la resaca. En unos minutos estaba lúcido, se fue a tomar un baño de agua fría y se vistió con ropa holgada.

Estando en su cama nueva, por su mente pasan recuerdos y se queda pensativo. Archer recuerda que Simón desde el principio trató con respeto a Emilia, que Simón fue muy insistente en iniciar la investigación usando a Lissy, luego recuerda sus constantes salidas ¿Simón tiene algo que ver con Emilia? ¿Por qué tanto respeto desde el primer momento? ¿Tan rápido se dio cuenta que Lissy estaba tramando algo? ¿Por qué Emilia no podía verlo a él, su abogado sino a Simón? No podía quedarse de brazos cruzados. Necesita saber la verdad. Si resulta que Simón y Emilia son pareja, ¿Debería dar un paso al costado? ¿Debería dejar que Simón asuma el rol de padre de su hijo? Acher se siente atrapado en un dilema, hay muchas interrogantes, muchas dudas. Por lo tanto, lo cita en el restaurante de su hotel.

Ambos se encuentran en el lugar y a la hora pactada.

- Señor presidente, buenos días.

- Nada de formalidades. Por favor, siéntate.

- ¿Algo salió mal?

- Está mañana después de la ducha empecé a recordar muchas cosas. Tengo muchas dudas y se perfectamente que tú puedes ayudarme con las respuestas.

- ¿Qué tipo de dudas son?

- ¿Hay algo entre tú y Emily?

- No, señor.

- Recuerdo muy bien, que la tratabas de señorita desde el principio. Dime la verdad, ¿es tu pareja?

Simón se tomó unos segundos y responde.

- Señor presidente, yo solo he guardado respeto para con todos.

- Dime la verdad Simón. Tus ojos dicen otra cosa y tardaste en responder, ese comportamiento no es típico de ti.

Simón no le quedó de otra que contarle la historia de cómo la conoció. Archer está atento a cada palabra.

- Quédate con Emilia, si ella es la mujer que amas quédatela. Ya veré como llegar a un acuerdo con Emily para conocer a mi hijo. Buscaré un juez de paz.

- Ya di un paso al costado. Hablé con ella ayer, me he despedido de ella.

- ¿Por qué sacrificaste a Emily?

- Usted tiene un hijo con ella. Son ustedes dos los que deben criar al niño.

- ¿Qué has hecho? ¿Cuándo se ha visto que uno sacrifica su corazón para complacer a otro? Si bien es cierto que de tanto pensar en Emily llegué a tener cariño y amar a mi hijo. Podríamos llegar a un acuerdo entre los tres.

- Señor presidente, ya tomé una decisión, no fue fácil para mí.

- Quédate a almorzar conmigo, después si quieres ir a tu casa puedes ir. Yo iré a hablar con Emily, si me acepta escuchar unas palabras.

Simón no tenía ganas de comer, pero hizo un esfuerzo. Archer tampoco, el sólo pensar que ella lo va a rechazar una vez más, le duele. Otro fracaso en el intento de conocer a su hijo. Después de almorzar Simón se fue a casa y Archer fue a ver a Emilia.

Al llegar al lugar de trabajo de las confiterías, tuvo que esperar unas dos horas, los clientes hacían colas para comprar mermelada y postres. Al no haber más cola, Archer baja del auto y pide por Emilia.

- Buenas tardes, señorita, quisiera saber si la señorita Emily se encuentra.

- Buenas tardes, ¿Quién es usted?

- Soy Archer Blackville.

- Un momento por favor.

Emilia salió a los minutos, pero sola.

- Hola, Emily.

- Buenas tardes, ¿Qué desea? – lo trata como cliente.

- Emily ¿Tienes unos minutos para conversar?

- No. No tengo tiempo.

- Por favor. Sólo unos minutos.

- Usted y yo no tenemos nada de qué hablar.

- Emily, déjame expresar unas palabras. - le suplica.

Emilia suspira pesadamente, cruza los brazos.

- ¿Para decir qué?

- Emily, estuve pensando en todo lo que pasó. Quiero disculparme por mi mala conducta. He hablado con Simón, mi secretario y me contó todo. Emily ¿Tú lo quieres? Él dio un paso al costado.

- ¿Qué tanto interés en ello? - fue inexpresiva.

- Conforme iba descubriendo la verdad, iba reflexionando sobre mis errores. Sin darme cuenta empecé a sentir cariño hacia ti. Te quiero Emily, quiero conocer a mi hijo, sólo sé que es rubio porque ví solo su cabello, quiero tenerlo en brazos antes de volver a Estados Unidos.

- Usted acabó con la vida de mis padres.

- Lo siento mucho. Hice muchos errores por lealtad con la mujer equivocada. Emily, he cambiado.

- No confío.

- ¿Qué debo hacer para hallar favor a tus ojos? Soy humano.

- Aléjese.

- Por favor, quiero conocer al niño, darle mi nombre, pasar pensión por lo menos. Si no quieres que me acerque, lo voy a entender, pero verlo, aunque sea un momento. - Archer está al borde de hacer caer las lágrimas, era una necesidad conocer a su hijo.

Emilia no dijo una sola palabra, solo entró y en breve salió con el niño.

- Pero no se acerque.

- Está bien.

Él ve al niño y no puede evitar las ganas de tomarlo en brazos y besarlo.

- Le dije que no se acercara.

- Lo siento. Emily, es una necesidad que tengo. Es mi hijo, se parece a mi.

Emilia se fue con el bebé y no volvió a salir. Archer entendió y salió con el corazón hecho trizas, Emily fue muy fría, pero por lo menos vio la carita de su hijo. Se fue a casa y volvió a consumir licor, pero está vez la dosis fue mucho más alta. Estaba tan borracho que al vomitar se ensució, pero continúo al punto de perder el conocimiento. El mayordomo tuvo que llamar a emergencias y que le hagan un lavado gástrico. Se quedó en observación toda la noche.

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