Demonios

Archer está de mal humor desde que Lissy apareció. Es muy exigente con su personal.

- Se pueden apresurar que no tengo toda la mañana para esperar.

- Son unos ineptos tus sirvientes. - Lissy habla con arrogancia.

- No sé qué les pasa. Desde que has vuelto a mi vida, las cosas han cambiado.

- Bótalos y contrata nuevos.

- Puede que tengas razón. Pero ellos ya saben su trabajo, los horarios; a los nuevos habría que enseñarles, es perder el tiempo.

- Sí no lo haces tú. Lo hago yo.

- Aún no estamos casados. Después de estar casados podrás hacer lo que quieras.

- ¿Lo que yo quiera? - se le iluminan los ojos.

- ¿Alguna duda mi amor?

- No quiero separarme de ti.

- Pero si no trabajo, no habrá dinero. Y sin dinero como te mantengo.

Mientras se abrazan, ella esboza una sonrisa maquiavélica. El mayordomo vio eso a escondidas e informó al secretario.

- Graba todo, si puedes tomar fotos hazlo. Aún estoy buscando información de Emilia. Tendré que ir al penal de Santa Mónica.

- Está bien. Estaremos atentos, cualquier cosa se lo enviamos.

- Más fotos y videos hay, mejor.

- Listo.

Dejaron de comunicarse. Archer debe ir al trabajo y Lissy se queda en casa. Ella no esperó mucho a que se fuera Archer y hacer una llamada telefónica.

- ¡Aló! ¿Santiago?

- Hola mi reina. Pensé que te habías olvidado de mí.

- Como crees, estoy sola en casa. Te voy a mandar la ubicación para que me hagas compañía.

- Cómo mandes.

- Extraño la rudeza tuya.

- No hace falta. Hoy tendremos una acalorada tarde.

- Te espero.

Lissy le envía un mensaje de WhatsApp con la ubicación. Y da órdenes.

- Rápido, un amigo va a venir. Estaré en una reunión y quiero que todo esté listo. Bocaditos salados de alta cocina, vino y champagne.

- Sí, señora. - le responden.

- Y pobre de ustedes que se acerquen a estorbar.

El personal se pone a trabajar y reciben la visita. El mayordomo atiende, pero una mucama joven, aparenta jugar con el celular y toma fotos y hace vídeos cortos.

El jardinero es de edad media y es el encargado de bajar los videos de las cámaras de vídeo vigilancia. Todos lo están viendo todo mientras se guarda en un USB.

- Han visto. Es el otro.

- Sí, el jefe es un cachudo.

El jardinero sigue monitoreando las cámaras desde la computadora portátil que le dio Simón. Siguen a la parejita caliente que se va a la habitación principal, se ganaron con la lujuria en su nivel más alto.

La cámara oculta en el dormitorio está en un ángulo perfecto, se ve todo y total claridad. Está registrada la fecha y hora. Lissy tiene un amante y tiene mucho más cuerpo que Archer. Los músculos están bien tonificados. Las mucamas babean al ver al hombre y sus tatuajes. Pero cuando está totalmente encuerado. Suspiran y lo alaban como dios griego.

Archer en el trabajo es muy exigente, malhumorado. Es desconocido por su personal.

- ¿Qué es esto? - Discute con su secretario.

- Son los contratos.

- Que falta de profesionalismo, vuelve a hacer ¿Ya no sabes hacer tu trabajo?

- Muy bien señor. Lo vuelvo a hacer.

El secretario no soporta su mal humor. Supuestamente fue hacer arreglos al contrato, pero esta vez solo abre la computadora y revisa si hay actualizaciones. Y se sorprende de todo el material.

-Esto avanza más rápido de lo que creía. Iré al penal a verla.

Simón se presentó al penal con un pequeño regalo para Emilia. Ya que nunca hubo secuestro, sino que fue una modalidad de ocultar la infidelidad.

En la entrada a la prisión pide por ella …

- La señorita Emilia no está aquí, está trabajando en su taller de producción.

- Necesito verla. Por favor.

- Déjeme llamar a la directora.

El guardia recibe instrucciones y se lo transmite a Simón.

- La señora directora lo va a acompañar. Pase a la mano derecha, quinta puerta está la dirección.

- Gracias, muy amable.

Se presenta el secretario ante la directora del centro penitenciario.

- Señora, buenas tardes, casi.

- Buenas tardes. Usted está buscando a Emilia García ¿Verdad?

- Sí, necesito verla.

- Sígame, por favor.

Simón está preocupado por la situación emocional de Emilia.

- Disculpe, ¿La señorita Emilia está bien? ¿Presenta alguna queja? - esta realmente preocupado por ella.

- No, es bien portada, aunque está un poco delicada. - la directora quiere sonar que no hay nada importante.

- ¿Está enferma?

- Un señor venía hasta su celda para visitarla, supongo que es su pareja.

- Ella no tiene pareja. Lo sé, soy su conocido. - Mintió Simón.

- Bueno, el hombre venía todos los días y de repente dejó de venir.

- ¿Desde cuándo exactamente?

- Dos días. Y da el caso que ayer descubrimos que está embarazada.

Simón no lo puede creer, piensa que ese niño es hijo del presidente.

- Entiendo.

- De casualidad ¿Conoce el nombre de la persona que venía a verla?

- Es un tal Archer Blackville.

- Gracias, por la información. - funcionó la pregunta de seguridad

- En ese local está trabajando.

- Muchas gracias, señora.

- Que tenga un buen día.

En la oficina Archer busca a su secretario y no lo encuentra. Está hecho un demonio.

- ¿Dónde estás Simón?... Contesta maldito… ¿Lo han visto?

Nadie le da respuesta afirmativa, lo ignoran

- ¿Acaso no tienen ojos como para no darse cuenta de que estoy aquí? ¿Están sordos que les grito y nadie me escucha?

- Señor, estamos ocupados.

- Señor presidente, malnacida sin educación. Yo te voy a enseñar a respetar.

- Señor presidente, ha llamado el proveedor de productos de…

- Cállate y pásamelo. Te has vuelto fanática de hacer perder el tiempo.

- Señor presidente, ¿Usted no era así?

- Que te importa, ¿Es mi culpa? Ustedes han cambiado, son ustedes los ineptos. Tiene razón mi Lissy al decir que estoy rodeado de gente iletrada.

- Usted es quien cambió.

- Cállate y respétame ¿Dónde está el secretario?

- No lo sabemos.

- Ustedes nunca saben nada.

En casa Lissy está igual con los empleados.

- Necesito dos toallas. Rápido

- Sí. Señora.

De inmediato le traen dos toallas.

- Imbécil, voy a entrar a la piscina con mi invitado, ¿Tú crees que esto es idóneo para cubrir el cuerpo?

- No sabía señora.

- Muévete rápido, inútil ¿Es de educación hacer esperar a la visita?

- Tranquila muñeca. Te harás vieja muy rápido. No tengo prisa.

- Esta gente es inútil. Tendré que enseñarles a hacer las cosas bien y rápido.

- Eres muy gritona. Eso no me gusta.

- Si esa gente supiera trabajar, esto no estaría sucediendo.

Santiago abraza a Lissy.

- Muñeca, cálmate, no arruines la tarde tontamente.

- ¿Me dijiste tonta? – habló en modo de berrinche. - No soy tonta.

- Pero es una broma. Eres difícil de entender.

- Quiero que las cosas estén bien hechas.

Llegan las toallas.

- Al fin las traes.

Lissy va camino a la piscina y jala a Santiago. Éste, a sus espaldas guiña el ojo a la mucama. Ella se quedó impresionada y Santiago le sonríe.

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