San Valentín

Es víspera de San Valentín y en la confitería están full pedidos, ellas están lanzando un queque en forma de corazón con relleno de mermeladas, los tamaños de los corazones son pequeños, lo suficiente para compartir entre cuatro personas.

Pero Emilia está proponiendo hacer especiales de chocolate. En lo que van del día han hecho casi 120 unidades y muchos ya fueron vendidos. Hasta por teléfono están haciendo sus pedidos.

Archer quiere hacer una visita, pero primero va a florería, le compra un hermoso ramo con una tarjeta en la que escribe: “Querida Emily perdona mis errores, por favor una oportunidad”. Archer llega a la confitería, pero nadie le presta atención, él intenta comunicarse, pero las chicas corren por aquí, corren por allá. Hasta que Emilia sale, se pone a un rincón y amamanta a Darién.

- Emily – le habla con voz suave para asustarla - ¿Cómo estás?

- No es posible.

- Solo vine a verte, y dejarte este ramo. Pero veo que estás alimentando tu bebé. – Se hace el tonto.

- Yo, a usted no lo quiero ver.

- Te comprendo. Cometí muchos errores. Perdóname Emily, estaba ciego, actúe sin pensar.

- Por favor retírese, su presencia me incomoda.

- Lo lamento mucho Emily. No sabía de tu bebé. Emily ¿Puedo conocer a tu hijo?

- No, se está alimentando. Por favor, retírese.

- He cambiado Emily, he abierto los ojos. Yo no soy ese que tú has visto.

- Puede que ya no esté ciego, pero está sordo.

- Te comprendo Emily. Feliz día y felicidades por tu bebé.

Archer salió de la confitería con mucha tristeza, no pudo ver al niño, solo sabe que es rubio y pelucón, abandona el lugar con su auto, avanza tres cuadras y se estaciona. No soporta la indiferencia de Emilia, le duele no poder conocer a su hijo. Tantas eran sus ganas de abrazarlo, besarlo, mecerlo. Simplemente quiere ser papá, quiere asumir su rol. Mañana es San Valentín y en su corazón hay pesar.

Una vez que Darién comió y botó su chanchito, Emilia lo pone sobre su moisés y empieza a embolsar los queques que están tibios. Embolsa unos cincuenta y los otros son puestos en cajas. Aracely se acerca mientras el horno hace su trabajo.

- ¿Quién era el hombre que hablaba contigo?

- Es el venado.

- ¿Cómo llegó aquí?

- No lo sé, y no me interesa.

- Bonito ramo de flores que te regaló.

- ¿Te gusta?

- Sí, me encanta este ramo. Querida Emily perdona mis errores, por favor una oportunidad – leyó la tarjeta. - ¿Qué piensas hacer Emilia?

- Nada. Él quiere una oportunidad, me dijo que ya no es el mismo de antes.

- ¿Tú le crees?

- Lo dudo. Quiero evitarlo.

- ¿Pudo conocer a su hijo?

- No se lo he permitido ¿Y si lo secuestra?

- Desconfiar es mejor. Déjalo que sufra un poco. Lo necesita.

La conversación es interrumpida, los clientes están llegando Emilia despacha y Aracely atiende en la caja. En dos horas ya casi se han quedado sin queques.

- Emilia ¿Qué vamos a hacer? Ya casi no hay queques y nos estamos quedando sin mermeladas.

- Terminemos a las cuatro, cerramos, y hacemos más mermelada.

- ¿Qué frutas quedan?

- Tendré que ir al almacén. Aunque, en la tarde debería llegar el pedido de las frutas.

- Que hagan un alto con los queques, y preparen las mermeladas.

- Zoila ya empezó a lavar el aguaymanto, desde aquí la veo.

- Manos a la obra.

Está oscureciendo, y alguien toca la puerta.

- Hola, buenas noches ¿La señorita Emilia está?

- ¿Quién es usted?

- Simón Rivera.

- Un momento, por favor.

El olor a mermelada distrae a Simón. Luna busca a Emilia, que intenta hacer dormir a su hijo.

- Emilia, un tal Simón Rivera, te busca.

- Veré que quiere. Has dormir a Darién.

Al salir de la cocina, en el área de venta está Simón, con una caja de chocolates.

- Hola, Emilia. Pensé que era tarde, pero veo que aún trabajas.

- Buenas noches. Estamos full pedidos.

- ¿Darién está bien? ¿Necesitas ayuda?

- Ya casi estamos terminando. Gracias por tu buena voluntad.

- Veo que vino Archer.

- Pidió perdón, una oportunidad, en fin. Quiere arreglar las cosas.

- ¿Qué piensas hacer?

- La verdad es que no quiero verlo. No puedo confiar.

- Vine a saludarte por San Valentín por adelantado; mañana, quizás no será buena idea.

Simón abraza a Emilia, la mima un poco y le roba un casto beso.

- Me gustas Emilia.

- Simón, no es el momento.

- Llevo esperando por esto hace tanto tiempo.

Los besos de Simón son lentos, son suaves, con respeto. Por su parte, Archer está en su mansión, si, pudo recuperar su mansión y está en la sala bebiendo y llorando. El rechazo de Emilia aún le afecta, estaba tan cerca de su hijo y no poder verlo, ni acariciarlo; Archer ha bebido más de la cuenta.

- Emily…someday you’ll become mine… Emily… I really need you for a living… But for my mistakes, now you hate me…when I love you now… don’t hurt me Emily… I’m honest… Emily help me… don’t let me die…we both have a son growing up… let me meet my son…I love my son…I wanna live…marry me…marry me Emily…and you won’t never regret… I swear… we will be happy we three…cheers. ( algún día serás mía… Emily… Realmente te necesito para vivir… Pero por mis errores, ahora me odias… cuando te amo ahora… no me lastimes Emily. .. Soy honesto… Emily ayúdame… no me dejes morir… ambos tenemos un hijo creciendo… déjame conocer a mi hijo… Amo a mi hijo… Yo quiero vivir… cásate conmigo… cásate conmigo Emily… y nunca te arrepentirás… te lo juro… seremos felices los tres… salud.)

Estando borracho no dijo ni una sola palabra por Lissy. No la extraña ni una pizca.

Para Simón y Emilia las cosas son diferentes.

- ¿Esto es un sueño tuyo?

- Sí, muchas veces he soñado con esto. Y se ha hecho realidad. Confía en mí, Emilia.

- Acher esta detrás, Darién es su hijo, va a reclamar, lo más probable es que me lo quite.

- No puede hacer eso. Hay que llegar a un acuerdo. Emilia si él pide que vayas con él para criar al niño. Ve, por qué tú eres la madre, él es el padre. Yo un intruso que no supo mantener su lugar.

- Simón, ¿Serías capaz de hacer eso?

- Antepuse mis sentimientos, y eso está mal. Es malo destruir una familia. Pero no pude guardarlo por más tiempo. Perdóname Emilia, pero debes pensar en tu hijo.

- Acher es un asesino. No debió actuar así por cegado que estaba por las mentiras de su novia.

- Lissy mintió hasta a su amante. Es mitómana, está obstruyendo la justicia para dilatar el tiempo.

- Eso es perjudicar la vida y la salud mental de todos.

- Pero tiene un lado bueno. Más tiempo obstruye a la justicia, más miente, más años de cárcel. Ya no hay que hablar de eso es San Valentín, día del amor y la amistad.

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