Un trato

Simón pregunta por Emilia.

-Buenas tardes, señorita. Quisiera saber si hay posibilidad de hablar con Emilia García.

- ¿Disculpe? ¿Usted quién es?

- Soy Simón Rivera, secretario del presidente Blackville.

- Un momento la voy a llamar.

Emilia sale y Luna le pregunta.

- ¿Es el venado?

- No, felizmente.

Emilia se acerca a Simón quien observa los postres, se le ve antojado.

- Buenas tardes ¿Me buscaba? - El trato es poco amigable.

- Buenas tardes, señorita Emilia. Soy Simón Rivera secretario de Archer Blackville. - el cruce de miradas remueve las entrañas de Simón.

- Acher ¿Qué? ¿De quién me está hablando?

- Señorita, - le habla con total tranquilidad - sé que el presidente ha cometido errores y es por mi voluntad que estoy aquí. El señor presidente no cumplió con la promesa de dejarla ir.

- ¡Ah! Con que así se llama el hijo de mamá. Archer. - ya sabe el nombre del venado.

- Su enojo es comprensible. - Simón cierra los puños algo le está pasando - Él está muy enojado por qué su compañía no aceptó la ayuda que él quería darle.

- No necesito ni un solo centavo que provenga de él ¡Lárguese! Y dígale a su jefe que se vaya al diablo. - le levanta la voz, su cólera se la hace sentir.

- Señorita, - intenta calmar sus nervios - cómo le dije hace unos instantes. Estoy aquí por mi propia voluntad, hemos encontrado cosas muy extrañas y está es la razón por la que vine. Acabo de recibir noticias de que la señorita Lissy, por ejemplo, se descubrió que está siendo infiel al presidente. Y eso es una prueba de que usted es inocente.

- ¿Y que resuelve con eso? No me interesa Los venados asesinos deben comprarse un bosque y perderse en él. - mantiene su enojo.

- Vine a pedir su confianza. - suelta por fin el motivo de su llegada - Estoy dispuesto a perder mi trabajo con tal de buscar la verdad. Pero no podré hacer nada más por usted sino es hasta que tenga todas las piezas del rompecabezas.

- Le agradezco que haya venido. - modera su voz al saber el motivo - Pero no confío en usted, y como secretario del presidente Blackville, puedo pensar de todo menos que en algo bueno. Puede irse.

- Comprendo. La situación es difícil y delicada. Usted y yo nunca hemos cruzado palabras. Es más, la he juzgado mal y desde el primer momento, nos hemos dejado llevar por las palabras de Lissy, pero hoy desmentidas en parte. Mis más sinceras disculpas.

- Muy bien. Siga con su trabajo, pero no vuelva más. - sentenció Emilia.

- Por favor, déjeme visitarla. Será cuando pueda, mientras tanto acepte este regalo como compensación en haber robado su tiempo y del malentendido.

- Muchas gracias por el obsequio. No debía molestarse. - ese gesto la desconcierta.

- No es ninguna molestia. Solo quería su confianza a cambio de protección.

- No hace falta. El karma existe, que ella se encargue de hacer su trabajo al tiempo debido.

- ¿Aceptaría una defensa en caso de que la señorita Lissy o el presidente haga una jugada en su contra?

- Por favor, no haga nada que pueda enojar al presidente y a su novia.

- ¿Dejará que salgan con la suya mientras usted está aquí siendo inocente?

- Usted cómo secretario conoce mejor a su presidente, ¿Quién mejor que usted para realizar las investigaciones y presentar la verdad?

- Gracias por la confianza, pero eso indica que yo no cuento con todo su apoyo.

- Ensuciarme las manos por alguien que no merece la soga al cuello. Sale caro.

- Entiendo su posición como mujer. De todos modos, muchas gracias por su tiempo. Fue un placer poder conversar con usted. Espero que me pueda recibir una próxima oportunidad.

- Señor Rivera, por favor, le dije que no vuelva más. No quiero problemas, espero haber sido clara. No tengo el más mínimo interés de ver a alguien o de oír a alguien que venga de parte de Archer Blackville. - está muy disgustada.

- Mis intenciones no son de causar molestia. Solo quería su confianza y actualizarla de que la verdad empieza a salir. Sin más me retiro y sus peticiones serán respetadas.

- Gracias por comprender.

- Que tenga un buen día, señorita Emilia.

- Buen día, señor Simón Rivera.

Simón se fue, la plática fue formal, eso indica que Emilia tiene educación, otro indicio es que durante la conversación Emilia mostró ser firme en su palabra, así como también lo percibió en el tono de voz, pese a que la situación es delicada, fácilmente podría perder los estribos, pero fue, al contrario, Emilia domina sus emociones. Está plática es muy útil para saber un poco más de la personalidad de Emilia y que hacer y que decir en el futuro. Pero en ningún momento hubo indicio que delatara lo típico de un delincuente.

Simón llama al guardaespaldas.

- Dime Simón.

- Acabo de hablar con la señorita Emilia. Tiene buen temple, no está dispuesta a colaborar pese a ser inocente. No está dispuesta a aceptar ningún tipo de ayuda que venga del presidente Blackville.

- La señorita es testaruda.

- Es muy firme en su posición. Y ya ha pedido de no ser visitada nunca más.

- ¿No va a hacer nada? Es muy extraño ¿Quién no pelea por su libertad siendo inocente? ¿Habrá un secreto por así decirlo?

- No lo sé. Para que ella haya tomado esta decisión es por algo.

- ¿Tendrá algo que proteger?

Simón recordó lo que le dijo la directora del centro penitenciario, que ella está embarazada.

- Sí, supongo que sí. Es su decisión, tenemos que respetar.

- El presidente está muy enojado porque tú no estás.

- Déjalo, quizás se deba al rechazo tajante por un grupo de reclusas que inician su negocio de confitería incluyendo la señorita Emilia.

- Puede ser. A él no le gusta que digan no ¿Será que Emilia es muy inteligente y haya sospechado de él desde el principio?

- No es bueno sacar conclusiones sin investigación preliminar. Nos vemos en la oficina.

Simón colgó la llamada. El asunto del embarazo de Emilia lo guarda como secreto, la existencia del bebé no puede ser expuesta, hay que proteger al niño al máximo por llevar la sangre Blackville. Es un trato que hace consigo mismo.

Emilia sigue trabajando. Pero sus amigas quieren saber qué clase de visita fue, si deben dejarlo visitar o tratarlo a patadas como suelen hacerlo.

- ¿Qué quería el tipo? - Aracely fue la primera.

- Sólo quería mantenerme actualizada de la situación, vino por su propia voluntad.

- ¿Algo más? – Luna no puede quedar callada.

- Quería mi confianza a cambio de protección.

- ¿Confianza a cambio de protección?

- Lissy ya dio señales de su verdadera intención con el venado.

- Entonces, lo que tú nos dijiste el primer día era verdad. - Aracely está asombrada.

- ¿Lo volveremos a ver? – Luna parece estar interesada.

- Se lo he prohibido, no quiero nada con lo relacionado al venado, pese a que fue muy educado. Respetó mi decisión

- ¿Le comentaste de tu embarazo? -Luna está asustada.

- No, primero muerta que revelarlo.

Simón se mentaliza para aguantar el mal humor de su jefe, y sobre todo para proteger la existencia del heredero del imperio Blackville. Respira hondo antes de poner un pie delante de la entrada. Archer lo está fulminando con la mirada, la sangre la tiene hirviendo, se prepara para lo peor.

- ¿Dónde diablos te has metido? Te estuve esperando y nada que me contestas. - explota.

- Tuve una emergencia que atender. Ahora todo está controlado.

- ¿Una emergencia? ¿No podías avisar?

- Era un asunto privado, se trata de mi familia. - mintió para proteger a Emilia.

- Estas en hora de trabajo, ¿Qué te crees para hacer cosas de tu casa?

- No volverá a suceder señor presidente. - baja a cabeza, apretando los dientes para no cometer una imprudencia.

- De una vez los contratos. Si no quieres que te despida por ser incapaz.

- En breve, señor presidente.

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